sábado, noviembre 11, 2006

"Psico" - terapia


Hoy voy a ver a Les Luthiers, pero pido atención para otro visionario del humor, también argentino (corrijo, es uruguayo), con un inmenso talento para retratar la vida: Leo Masliah.

Hoy estoy cansado, estoy mustio, con una bronca tremenda, con demasiado trabajo. También tengo ganas de salir, pero no creo que pueda. Es la típica mierda envuelta en el típico lazo.
Pero no hablemos de mí que es algo aburridísimo. Hablemos de las soluciones.
El monólogo de la autoayuda, por Leo Masliah.

En una época la gente era muy solidaria, todo el mundo se ayudaba, se daba una mano en lo que cada uno podía precisar. Después poco a poco las cosas empezaron a cambiar la gente dejó de contar con la ayuda de los demás y le empezó a pedir las cosas a Dios. Y Dios al principio les daba todo lo que le pedíam pero después se borró: la gente rezaba, rezaba y no pasaba nada. Entonces la gente como ya no podía contar con la ayuda de la demás gente ni con Dios, se inventó el camino de la "autoayuda". Hoy en día es la única manera de mantenere siempre a flote: nadie puede esperar nada de los demás, los demás siempre te van a hundir.

Por eso hay que practicar la "auto-ayuda". Pero paradójicamente la autoayuda no es algo que se pueda aprender solo, hay libros por ahí que te dicen lo que hay que hacer, pero no les hagan caso, porque son libros de autoayuda, sí, pero para el autor nada más. Son para que él gane guita. Las técnicas de autoayuda que proponen esos libros son falsas, son para que el lector se perjudique, y es lógico porque cuando uno jode a los demás, siempre mejora un poquito: aunque sea por la posición en la que queda con respecto a ellos.

Así que bueno, yo tengo otro método de autoayuda que me gustaría poner en consideración de ustedes. El asunto es así: yo digo frases y ustedes las tienen que repetir en voz alta. Quizás algunas les cuesta un poco repetirlas porque no están muy de acuerdo con lo que dicen, pero yo les pido que no se fijen en eso ahora. El ejercicio consiste en dejarse llevar, para practicar siempre hay tiempo.

Así que vamos a probar con la primera frase que es así: "soy una buena persona". Repitan conmigo: "soooy una bueeena peeersooona". No sean tímidos, aunque no lo crean repítanlo igual, aunque sea falso. Desués se van a ir autoconvenciendo. Vamos a probar con la siguiente frase: "soy una excelente persona". No tengan un dejo de modestia que les impida superarse. Una técnica para poder decir esto mejor es en la palabra excelente, que tiene cuatro "e", la tercera la pueden alargar un poco, pueden decir "soy una exceleeeeente persona" o la "n" que sigue: "soy una excelennnnnnte persona". Enfatiza más la idea.

La siguiente frase: "los demás son una basura". Se lo pueden decir a quien tienen al lado si necesitan material para inspirarse, pero de todas maneras esa frase cuesta mucho menos, genera un poco más de convicción. Sigamos: "yo no lo soy, si basureo a alguien es porque él primero basureó". La frase es larga pero apréndansela porque es muy importante. Igual que esta otra: "todo el mundo, en mayor o menor grado, me jodió; todos tienen su parte de responsabilidad de la situación por la que estoy pasando". No los veo anotar, se están perdiendo esto que es la medula de la parte interpretativa del asunto: porque para poder salir del pozo en el que estamos, lo primero que tenemos que hacer es entender cómo fuimos a parar ahí. Recién después vamos a poder tomar las medidas que nos conduzcan a superar esa situación, situación que a esta altura la podríamos resumir tal vez en la fórmula "todo el mundo me jodió".

La actitud que vamos a contraponer a eso está dada por esta frase: "ya que todo el mundo me jodió, yo tengo el derecho de joder a todos". Anoten eso por favor, pero no lo repitan en voz alta porque sino el que tienen al lado puede empezar a sospechar que ustedes le van a hacer algo. Pero el quid del asunto es: "tengo el derecho de joder a todos". ¿Y cómo puedo ejercer tal derecho? Muy simple, con la siguiente frase: "voy a joder a todos".
Repítanla, pero en voz baja, mientras van planificando la forma de llevarla a cabo; y planifiquen con total libertad, dejen de lado cualquier escrúpulo. Recuerden que esto es nada más que un ejercicio, un ejercicio de autoayuda.

Si les preocupa el daño que podrían causar a los demás, están meando fuera del tarro. Porque acá no se trata de los demás, se trata de uno mismo. La caridad bien entendida empieza por casa. Además ustedes no se pueden preocupar por los demás porque los demás ahora ya vimos que tienen quien les ayude: se tienen a ELLOS. Y ustedes se tienen a USTEDES. Eso no quiere decir que de vez en cuando uno no le pueda tender una mano a otra persona. Sí, se puede hacer, porque sirve mucho de práctica. O sea, todos los errores que ustedes cometan cuando ayuden a otro, después, cuando necesiten hacer eso a ustedes mismos, ya no los van a cometer, les va a salir mucho mejor.

Todo sabemos que esto pasa. ¿Verdad, canallas?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

....un cafecito?

HombreRevenido dijo...

¿un cafecito? Vale.
Que conste que voy mejorando.
Gracias, Bio.

Anónimo dijo...

...una o dos de azucar?

HombreRevenido dijo...

Dos de azúcar, Bio. Y palmera de chocolate (la felicidad no tiene precio).

Carlos, interesante eso que presentas (sobre todo lo de "matar con una espada prestada"). Lo estudiaré atentamente. Gracias.