lunes, junio 25, 2007

Gato encerrado

Ayer por la noche me dio por ponerme a pensar. Ojo niños, no lo intentéis en vuestras casas que puede ser peligroso, sobre todo si no se está acostumbrado.
Tras caerme del sofá unas cuantas veces me di cuenta de que no iba a llegar a ninguna conclusión. Los que me conocen saben que soy un conversador infatigable, y como yo mismo me conozco evitaba todos mis trucos y no conseguí convencerme de nada.

De todos modos, "pensar" es una palabra de doble filo. Pensar no es lo mismo que darle vueltas a las cosas, eso sería más bien "centrifugar". Pensar no es sobrevolar con el helicóptero de la mente la crisis de rehenes de un problema, eso se llama "vuelo de reconocimiento" y/o/u "obsesión". Tampoco creo que sea pensar esa costumbre de imaginar un futuro feliz, eso sería "rezar" para algunos, para otros simple "masturbación".
Pensar, creo, es volver a empezar de cero. Con lo que eso cansa.

Ese es el tema. Creo que es muy positivo ser un chimpancé firme, con sus principios. Pero cuidado, todos conocemos gente que presume de ser sincera y es simplemente desagradable; o que presume de ser libre y es simplemente egocéntrica; o que en vez de tener convicciones tiene dogmas.
Todos, en algún momento, hemos rectificado, algo nos ha abierto los ojos y hemos pasado a entender lo que despreciábamos, o incluso hemos dejado que la marea o la estadística nos llevara a equivocarnos. Ser fiel a uno mismo, por tanto, es saber rectificar. Y sobre todo, hacerlo sin saber si esta vez se ha acertado o se tendrá que volver a cambiar de rumbo.

Los cristianos inventaron su religión para camuflar esa necesidad de saber qué está bien y qué está mal. No conozco suficiente otras religiones, pero imagino que será parecido (marxismo incluido). Limpiar la conciencia es una forma de evitar la incertidumbre. Aunque la realidad es que, en su cronografía particular, uno muere y es entonces cuando conoce el veredicto. Antes no. Es una paradoja similar a la del "gato de Schrödinger" en la mecánica cuántica.

El gato está en una caja opaca, junto a un veneno que sólo respirará si un átomo radiactivo emite una partícula alfa. La posibilidad de que eso ocurra es del 50%. Por lo tanto, dentro de la caja tenemos un gato que está muerto y vivo (quizás todos lo estemos) a partes iguales. ¿Cuál es la única forma de resolver el enigma? Abrir la caja. Divagar no nos sirve; al gato menos que a nadie.

Toda decisión comparte ciertos aspectos dramáticos de la paradoja del "gato de Schrödinger". Y cualquiera que no repare en la complejidad, cualquiera que insista: "es muy sencillo" para defender que algo es correcto o erróneo, estará traicionando a la realidad.
Si se opina que lo verdaderamente noble es hacer algo sin esperar una recompensa... no debe de haber algo tan noble a corto plazo como pensar.
¿Y a largo plazo? No lo sabremos hasta que se abra la caja.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

mr. revenido...no sabe lo que me gustó leerle hoy y aprender cosas como lo del gato cuántico... adoro aprender cosas y bucear en las aguas oscuras del ser humano...

tiene mucha razón en muchas cosas en el tema de las religiones,por ejemplo. pero me da la sensación de que nuestra naturaleza humana tremendamente socializada y culturizada no nos permite partir de cero en ninguno de nuestros pensamientos... es posible tomar perspectiva, incluso negar lo conocido... pero como conocido (aunque negado ya sirve como base no?)
uff! siento haberme puesto tan asquerosilla... pero he vuelto a estudiar y además este tipo de temas (no fisica cuantica sino antropología) y me ha tocado la fibra nerd! jajajaja
un beso enorme!

HombreRevenido dijo...

Me alegra que lo hayas leído hasta el final, Meri. Eso de por sí ya es un mérito.

Partir de cero es imposible, está claro. Y si lo fuera, ya es partir de algo. Allí has estado rápida. Aunque yo intentaba reflejar que una de las claves del pensamiento es que hasta nuestra creencia más consolidada puede ser matizada o borrada de un plumazo. Y eso es bueno. Hay que ser humildes y construirse despacio, sabiendo que unos cimientos sólidos y unos cimientos frágiles tienen, a simple vista, el mismo aspecto.

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo, el tema de los cimientos da para mucho... y el de la humildad para más!! a mi me parece estupendísimo que las personas sean humildes, pero de un modo bien entendido, es decir, humildes para seguir escuchando y aprendiendo y ser capaces de entender que lo suyo es sólo parte de un todo mucho más complejo... no la pseudohumildad instaurada por los católicos basada en sentimientos de inferioridad y culpas... qué paquete que le tengo a los católicos por dior!

en realidad, una creencia no deja de ser eso... creencia, y por lo tanto susceptible de ser revatida en cualquier momento. Creo que la clave es construirnos tomando todas las perspectivas posibles y no cerrarse nunca a nada.

no se, insisto, hoy me has pillado chica coñazo... lo siento!

HombreRevenido dijo...

Meri, los católicos son gente como tú y como yo. Mi abuela por ejemplo, es más católica que Ratzinger, y ni tiene sentimientos de inferioridad ni de culpabilidad.

Creo que pensar suele ser una herejía en la mayoría de las religiones, y lo que es peor, en la mayoría de ateísmos (¿existe la palabra?).
Si crees que te voy a dar la razón vas lista... jeje, es broma ¿eh? yo también soy dado al coñazo y a las conversaciones interminables sin sentido. Agradezco la contribución, pequeña antropóloga.

Carlos Peña dijo...

Me gusta tu post. Me gusta la descripción que haces de lo que es pensar, pero sobre todo de lo que no es pensar. Por otro lado, prohibir pensar es algo que hace no solo la iglesia, también la mayoría de los gobiernos, los militares, la tele, muchas universidades y centros educativos, algunos padres, los jefes... Propongo buscar la manera de duplicar las posibilidades de que una partícula alfa entre en la caja, propongo sacar antes al gato y meter a todos los que intentan prohibir pensar, porque asesinan a la razón en beneficio de su propia avaricia e interés, y propongo abrir luego la caja y bailar alrededor como indios que piden al cielo la lluvia.

Anónimo dijo...

¿pensar ayuda a tomar decisiones? yo creo que pensar demasiado te paraliza y acabas por no abrir la caja, o ese es el pensamiento de "vuelo de reconocimiento"? se puede empezar de O? creo que al menos necesitas creer en una certeza "fiable" para poder reconstruirte...genial tu reflexión de qué es pensar

HombreRevenido dijo...

Peza, pensar no es algo muy popular, en eso tienes razón.
Pero eso sí, sacar al gato, meter a la gente, trucar el artilugio desmerece un poco el objetivo de la metáfora. Eso sí, que conste que no tengo nada en contra de los gatos, y sí en contra de la mala gente que consideran peligroso pensar y equivocarse.

Cardo, cuántas preguntas. Imagino que será retórica, pero yo las contesto todas, ya puestos...
Creo que pensar quizás ayude a tomar mejor las decisiones, pero no está comprobado. Por eso hasta que uno no abre la caja no sabe el resultado. Aunque no pensar y decidir no son lo mismo, una decisión puede tomarse sin pensar, incluso sin actuar.
Y sí, cuando el pensamiento paraliza es una obsesión, hay que reaccionar y ser más imaginativo.
Cuando hablaba de empezar de cero me refería a ser crítico hasta con las certezas, no a rechazarlas de raíz. Sólo hay una cosa más irresponsable que construir la casa sin cimientos, y es no comprobar que los cimientos son de fiar.

Alberto Colombo dijo...

Historicamente pensar lo unico que me trajo son problemas.
Por eso a ciertos personajes como pudene ser Dinho o Paris Hilton ocasionalmente los envidio

HombreRevenido dijo...

Alberto, todos en algún momento echamos en falta la felicidad de cloroformo de los bobos (me refiero a esos que incluso lo son más que nosotros).
Pero a mí me gustan los problemas, mientras sean manejables y con solución.

Anónimo dijo...

Personalmente, no tengo claro que el pensamiento ayude a resolver nuestros problemas. Cuanto más pienso en un problema más complicado me resulta, puedo analizarlo, compararlo, mirarlo desde arriba, desde abajo, intentarlo desde el punto de vista de los demás, reflexionar… y después ¿qué?. Puedo acertar mi decisión más o menos, ni siquiera lo sabré, por lo tanto el pensamiento no me parece que sea la solución.
Creo que el pensar es una distracción, una reacción acumulada, apiñada, mezclada y confundida por nuestra propia existencia, su origen está pues en el yo, y sólo cuando seamos capaces de observarnos sinceramente, sin condenas ni justificaciones, y cuando solucionemos los problemas con nosotros mismos, resolveremos los demás. Por eso, para comprender algo no basta con pensar en ello, con eso te puedes distraer y ya, hay que observarlo. Las mejores decisiones se toman cuando la mente está en blanco, o no?

HombreRevenido dijo...

Nuakchot, yo he insistido en que no está comprobado que pensar ayude a tomar las decisiones correctas. Por eso la caja y la incertidumbre. Precisamente porque el pensamiento sólo nos puede ayudar a meditar la respuesta, pero nunca a acertar.

Y yo he excluido muchas formas del barullo mental de la acepción de pensar. Aunque mi definición no pretendía ser exacta, se conformaba con ser divertida. Y para que lo fuera tuve que pensar...

Hay un componente irracional importante en la vida. Y las mejores decisiones se tomarían con la mente y el corazón en blanco, algo que, por suerte, es imposible.