jueves, enero 10, 2008

Pelusilla en el alma

Adán, dicen, tenía de todo menos ombligo. Imaginemos el primer día en el Paraíso (un aburrimiento tremendo, poniendo nombres a los animales: a ti calamar, a ti chipirón, a ti croqueta de mar), que se convirtió en magia y misterio cuando apareció Eva ("aparta, que no sé lo grande que se puede llegar a hacer esto").

Seres desestructurados, sin ombligo, sin centro neurálgico, sin lugar para albergar el alma-zen. Hagamos un ejercicio, apoyemos dos dedos sobre el ombligo y sintamos el bullicio interior de nuestra singularidad (eso, o que a media mañana nos entra el hambre). El ombligo nos une a ese linaje de monos (no lo olvidemos) que se remonta a la antigüedad, pero a la vez es único, nos diferencia y nadie nos lo puede arrebatar.

El eminente profesor Karl Kruszelnicki de la Universidad de Sydney elaboró un estudio sobre la pelusilla del ombligo y concluyó que la misma estaba formada por fibras sobrantes de la ropa, piel muerta y algo de vello. Se le olvidó añadir que la pelusilla es la negrura de nuestra alma, el pecado menos original, que se acumula para taparnos el ombligo, para difuminar nuestra conciencia.
En su estudio resaltó a Graham Barker, un tipo de Perth (Australia), que lleva coleccionando la pelusilla de su ombligo desde 1984. Aquí tenéis su web, que es una guarrada, pero sé que no podréis resistir la tentación de visitarla.

El lado oscuro nos atrae.
Durante el despiadado pero necesario ejercicio de la higiene personal, detengámosnos un instante y contemplemos ese monumento de nuestra propia maldad, pelusilla blanda y pegajosa.
Ni Adán ni Eva tuvieron, y así les fue.

10 comentarios:

Peibols dijo...

Mira, hoy que la foto no me ha gustado, sí que te he leido...

A mi los ombligos me dan bastante dentera.
Las borretas me parecen graciosas porque cada día son de un color.

Pero por todo lo demás no me me gustan.

Browner dijo...

Kruszelnicki, ¡que gran científico!, hace años que sigo de cerca su carrera. Creo que está preparando una tésis sobre la cera de las orejas...
Por cierto, he visitado la web y, sí, es una guarrada. Desde las fotos de Aramis Fuster en tanga no había visto nada parecido.

Anónimo dijo...

Impresionante post hombre. E impresionante enlace el del tal Barker. Me llama la atención como se decoloran las pelusillas con el paso de los años. Se podrían hacer grandes combinaciones para decoración con ellas. Me gusta. En cualquier caso lo que más me angustia en estos momentos es ¿porqué le pondría chipirón al chipirón?

HombreRevenido dijo...

Peibols, un ombligo es sensual e incitante, no puede ser que te de dentera. Es imposible. Aunque bueno, si tú lo dices...

Kruszemichistris es el científico del pueblo, Browner. Le queremos.
Lo de la web no tiene nombre, ascazo total.

Impresionante comentario, Spanish Johnny.
Lo de los nombres de los animales será una cosa que pensaré cuando me jubile. ¿La pelusilla del ombligo será buen combustible? En eso pensaré ahora mismo.

La gata Lola dijo...

Di que sí mon amour, que a mi también me dan cosita los melicos... M.E.L.I.C.O. qué gran palabra!!!
Y chicos, vuestra higiene corporal deja mucho que desear. A mi nunca me han salido borretas en el ombligo... En el alma sí, pero en el ombligo nunca oye. Será que sois unos guarretes o que yo soy un poco rara?

HombreRevenido dijo...

Eso de que nunca te han salido borretas en el ombligo es imposible, Gata Lola, a no ser que te duches tres veces al día.
Es verdad, como concluyó el estudio de la Universidad de Sydney, que los hombres crean más pelusilla que las mujeres (porque el pelo es un factor aglutinante).

Métete el dedo en el ombligo y verás.

Peibols dijo...

Pues los de los demás no sé, pero el mío me da mucha dentera.
No soporto que me lo toquen.
Ni meter mi propio dedo.

También me da dentera que me toquen los codos y las rodillas.

HombreRevenido dijo...

Bueno, entiendo que te dé dentera que te toquen tu propio ombligo, Peibols. Pero ¿ni siquiera te gusta que te lo toquen con la frente? ¿eh?

Alberto Colombo dijo...

Hummmmm no se si les fue tan mal a Adan y Eva. Se entregaron libremente a la lujuria .... y ninguno de los dos tenia suegra.

No conocieron el euribor y menos aun el IVA.

HombreRevenido dijo...

En un mundo tan burocratizado como el del Paraíso seguro que había impuestos que pagar (con el sudor de la frente o en cómodas mensualidades), Alberto.
Pero lo de la suegra es definitivo, jejeje. Sin duda.