lunes, octubre 27, 2008

Comiendo Pelos como Herejía Poética

Nacimos con las bocas muertas
y conectados a la misma banda ancha
que los fantasmas.

Es la sintaxis que une las cifras
lo que encubre la mentira de Dios
cuando el sol muere de otro infarto,
y el entendimiento nos empuja
a la más absoluta de las soledades.
Vivimos en un carnaval por cuenta propia
en un mundo
que no es más que un charco de ranas.

La adicción a algo que no existe en
rea
__________li
____________________dad,
no admite resistencia,
se te llenan los sesos de burbujas,
se te secan y mueres.

Más asustado que nunca,
el perímetro de mi mente
se adelgaza hasta alcanzar
el volumen exacto de mi esfínter,
y vuelvo de la muerte.




Siempre hay algo mágicamente teledirigido en todos los descubrimientos. Y éste no iba a ser menos. "Comiendo Pelos como Herejía Poética" es el magnífico título para la poesía almizcleña y oscura, turbia y magnética, de Cesc Fortuny y Marian Raméntol. Dos cabezas, cuatro manos, veinte dedos, metáforas con dientes.




Puede explotarte el cerebro
mientras viajas en metro,
o sangrarte la nariz intencionadamente
para dejar el rastro preciso
hacia tus alucinaciones.
Doscientas dieciséis gotas
hacia la ausencia de un hospital de arena.

Dios no es más que una migraña
en la nebulosa de la consciencia,
un Ibuprofeno a tiempo y seguirás cuerdo.
Si somos un mero experimento,
entonces ha sido un fracaso.


El akelarre civilizado de la poesía, transportada en libros y en vagones que descarrilan, almacenada en frases efervescentes, expendida sin receta, audaz hasta donde a la palabra convencional le alcanza. Sabéis (sé) que me gusta (os gusta) descubrir autores con magma. Magma que crepita. Aparentemente inofensivo. De sobras letal.

216 palabras para nombrar a Dios,
San Pedro aún no ha abierto,
en el gran supermercado
se olvidaron de la puerta de salida.

216 contenedores guarda-dientes
se convierten en el único metal
capaz de pagar la pensión de tu osamenta.

Gritaré desde la zona infectada de los alvéolos,
al fin y al cabo
la violencia y la injusticia son limítrofes,
allí donde el oxígeno busca corromperse
para atormentar al incauto poema que aún no he escrito,
y que pienso dedicarme.

Deberíamos dejar de ser una plaga,
si no queremos arrastrar el vientre
por el filo del bisturí de Anubis.

Acompañando a algunas barrigas
que siguen en aumento,
las princesas
se inyectan ácido en la aorta y ...
en la delegación de Hacienda, están
repartiendo mallas de verdugo
mientras este país se vuela la tapa de los sesos.

.

7 comentarios:

Chic dijo...

"Dios no es más que una migraña
en la nebulosa de la consciencia"

Joder, que bueno. Habrá que ir a alguna biblioteca y encontrarlo en el desproposito de la CDU.

HombreRevenido dijo...

Chic, creo que el libro es bastante reciente, será difícil encontrarlo ya en las bibliotecas.

Leo directamente de internet (esa chistera mágica):
Se vende a 10 € y si os interesa lo podéis conseguir por medio de la editorial: info@ediciones-atenas.com o contactando conmigo ya sea a través de este mismo portal como mediante el mail Ladymarianaltema@gmail.com

Pero ojito, que igual pronto tenemos sorpresas al respecto. Permanezca atento a su blog de referencia. Y luego pásate por aquí, que habrá noticias.

Duende dijo...

Unos optimistas estos chicos. Buena pinta tiene.

HombreRevenido dijo...

Duende, los poetas desgarrados tienen estas cosas.
Sí que pinta bien, sí.

Ignacio Bermejo dijo...

Me gusta esta forma de encontrar poesía en donde menos se sospecha. Creo que es el camino. Sí.

HombreRevenido dijo...

Así es, Ignacio, la sorpresa de las metáforas dan tanto placer...

Penis Stretch dijo...

Creo que es un punto de vista muy interesante hacia Dios y la poesia y me gusto conocer tu forma de pensar.