lunes, julio 20, 2009

A propósito del polvo lunar


Recuerdo estar en el colegio, en primero de EGB. El profe nos preguntó si el hombre había llegado a la Luna. Por su tono ya imaginábamos que él sabía la respuesta, que era una de esas preguntas que hacen los maestros para involucrarnos a los niños y a los primates en la explicación. Todos dijimos que sí.
Luego nos preguntó si el hombre había llegado a Marte. Claro, por supuesto, respondimos los menos prudentes. Pues no, resulta que no habíamos llegado a Marte. Los equívocos del cine de ciencia ficción eran notables. Apenas habíamos llegado al satélite fluorescente, nada más.

Resulta extraño ¿verdad?. Lo que a los niños de 1969 les supuso un tremendo orgullo, para los niños de 1982 era una obviedad (con la decepción añadida de no haber sabido pasar de allí).

Imaginen un adolescente que conquista a una joven guapa y luminosa después de grandes esfuerzos, después de enormes cálculos e intentos. La convence, la posee, la hace suya (o nuestra) y después mira al cielo estrellado. Millones de luces esperándole, Skywalker en ciernes, territorios inexplorados a los que llevar su sable luminoso.

Bueno, pues ese adolescente, la humanidad, recuerda hoy con nostalgia ese momento cumbre en que se sintió poderoso y libre.
Ese cincuentón se pavonea orgulloso de su hazaña del verano de 1969 sin pensar ni un momento en que lleva 40 años sin follar.
Resulta un poco patético y alguien debería decírselo.


(Eso sin contar que hay gente que todavía piensa que se lo inventó)
.

6 comentarios:

semifusa dijo...

Hombre Revenido, es que ese cincuentón está permanentemente en la luna, pero en la de Valencia.

Y, después de todo, estar siempre con los pies en la tierra también es algo patético, ¿no?

:)

cardo dijo...

todo estuvo muy bien calculado: pisemos la luna más menos por el mes de julio, así tendremos una noticia que dar en verano al menos durante unos 40 años

Chic dijo...

En Twitter hoy la gente ponía frases que pudo pronunciar Armstrong al pisar la luna. Una era especialmente buena: ¿Puedo bajar ya, Stanley?

HombreRevenido dijo...

Cierto, Semifusa. Pero no estaría de más que ese cincuentón dejara a un lado sus ensoñaciones, sus recuerdos lejanos y se pusiera de nuevo manos a la obra. Que lleva viviendo demasiados años de las rentas.

Cardo, es una buena teoría, sí. Con el especial del hombre en la luna, un tiburón que muerde a un bañista en Australia, los fichajes del fúmbol y alguna celebridad que la palma, los periodistas pueden llenar los periódicos al menos hasta que llegue la gran catástrofe de septiembre.

Chic, qué ocurrentes los jóvenes del twitter.
La frase que dijo, la del pequeño paso y el gran salto, también la podía haber escrito Stanley. Siempre nos quedará esa bendita duda.
Yo siempre pienso en el que ni siquiera bajó a la luna. Me gustaría saber en qué pensó.

Ender Muab'Dib dijo...

"territorios inexplorados a los que llevar su sable luminoso"

Jajaja, brillante analogía. Y una vez leída la entrada, el título me encanta.


"Yo siempre pienso en el que ni siquiera bajó a la luna. Me gustaría saber en qué pensó."

Ayer, para mi artículo sobre el dueño de la Luna terminé leyendo sobre la misión Apolo XI y me puse a pensar precisamente en Collins, que desde la nave no podía ver a sus compañeros en la superficie lunar. ¿Cómo pasaría esas horas de incertidumbre? Supongo que desde Tierra le mantendrían informado, pero estar tan cerca y no poder ser apenas partícipe de tal momento...

Yo, años después, me habría arrepentido de no haber llegado a pisar el satélite. Tuvo que ser una sensación increible.

HombreRevenido dijo...

Ender, imagino que los astronautas, que van a soportar una increíble presión, pasan por un lavado de cerebro que intenta evitar que se les pasen ciertas cosas por la cabeza.
Pero realmente ese tío se debía estar reconcomiendo los higadillos, tantas horas solo, tan lejos de la tierra, tan lejos de la luna...
Da para una novela que seguro que alguien ha escrito ya.