sábado, marzo 27, 2010

Elogio del crimen (Karl Marx)

Un filósofo produce ideas, un poeta poemas, un sacerdote sermones, un profesor compendios, etc. El criminal no sólo produce delitos, sino también la legislación en lo criminal, y con ello, al mismo tiempo, el profesor que diserta acerca de la legislación y, además de esto, el inevitable compendio en el cual el mismo profesor lanza sus disertaciones al mercado general como "mercancías". Esto trae aparejado el aumento de la riqueza nacional, muy aparte del disfrute personal que (...) el manuscrito del compendio otorga a quien le dio origen.

Lo que es más, el criminal produce todo el conjunto de la policía y la justicia criminal, los alguaciles, jueces, verdugos, jurados, etc.; y todos estos distintos ramos de negocios, que constituyen a la vez, muchas categorías de la división social del trabajo, desarrollan distintas capacidades del espíritu humano, crean nuevas necesidades y nuevas maneras de satisfacerlas. La tortura por sí sola engendró los más ingeniosos inventos mecánicos y empleó a muchos honrados artesanos en la producción de sus instrumentos.

El criminal produce una impresión, en parte moral y en parte trágica, según sea el caso, y de esta manera presta un "servicio" al despertar los sentimientos morales y estéticos del público. No sólo produce compendios sobre la legislación criminal, no sólo códigos penales, y junto con ellos legisladores en ese terreno, sino también artes, bellas letras, novelas e inclusive tragedias (...). El delincuente rompe la monotonía y la seguridad cotidiana de la vida burguesa. De esta manera le impide estancarse y engendra esa inquieta tensión y agilidad sin las cuales hasta el acicate de la competencia se embotaría. De tal manera estimula las fuerzas productivas. El crimen descarga al mercado de trabajo de una parte de la superpoblación sobrante, reduciendo así la competencia entre los trabajadores y ponientos coto hasta cierto punto a la baja del salario y, al mismo tiempo, la lucha contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma población. Por todas estas razones, el delincuente actúa como una de esas "compensaciones" naturales que contribuyen a restablecer el equilibrio adecuado y abren toda una perspectiva de ramas "útiles" de trabajo.

Se pueden mostrar en detalle los efectos del delincuente sobre el desarrollo de la capacidad productiva. ¿Las cerraduras hubiesen llegado alguna vez a su actual grado de excelencia, si no hubiesen existido ladrones?. ¿La fabricación de billetes de banco habría llegado a su perfección actual si no hubiese habido falsificadores?. ¿El microscopio se habría abierto paso en la esfera del comercio común, a no ser por los fraudes comerciales?. ¿Acaso la química práctica no debe tanto a la adulteración de las mercancías y los esfuerzos por descubrirla, como al honesto celo por la producción?. El crimen, gracias a sus métodos permanentemente renovados de ataque contra la propiedad, procrea constantemente nuevos métodos de defensa, con lo cual es tan productivo como las huelgas para la invención de las máquinas.


Karl Marx (1818-1883)
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5 comentarios:

Cambridge dijo...

Verdades como puños.

Texto igual de válido, en la edad del Iphone.

nhtg dijo...

Nusé, tras leerlo y decidir que era muy acertado he pensado que gracias a los pecadores hay Iglesia y confesión y cielo e infierno; y que gracias a los pobres el sistema capitalista se sostiene con un dinamismo que ya querrían los paises comunistas. Vaya, que qué complicado es todo...

HombreRevenido dijo...

Pues sí, Cambridge. Leer a Karl Marx siempre es interesante y actual. Lástima que sus seguidores, en muchas ocasiones, carezcan de su sentido común.

Nhtg, los pobres funcionan en cualquier sistema político o económico. Siempre están de moda.
La clave es esa, es todo muy complicado. Por mucho que se empeñen en contarnos que es todo muy sencillo.

Espartaco dijo...

Leer a los clásicos, a los pensadores siempre es aleccionador. Leer a Marx lo es. Lo que no creo es que sus seguidores lo hayan leído.

HombreRevenido dijo...

Espartaco, estoy de acuerdo. Siempre se aprende de alguien brillante, aunque pueda tener una opinión diferente a la de uno mismo.
Lo contrario que con la gran mayoría de lo políticos, que no aprenderíamos de ellos ni aunque se esforzaran entre todos por tener una idea.