miércoles, marzo 16, 2011

Dudosas elecciones

Sé que os gustan los misterios misteriosos, que escucháis inquietos los relatos de terror, con esa mezcla entre el placer y el miedo. Luego no dormís por la noche, pataleáis de los nervios, pero es vuestra culpa, vosotros os lo habéis buscado.
Hoy voy a hablar de una cosa de muchísimo miedo, así que sugiero que las almas sensibles se vayan a hacer dibujo libre, que luego, cuando tenéis pesadillas y no dejáis dormir a nadie, es a mí a quien llaman indignados vuestros padres. Avisados quedáis.

Me gustaría reflexionar un momento sobre las elecciones universitarias. Más concretamente sobre los representantes de los alumnos.

En el colegio era sencillo. Tenías que votar delegado y subdelegado de clase. Listas abiertas y votación directa. A veces votabas al más listo, otras veces al más responsable, probabas con el más gamberro y luego con el más tonto. Si había una elección cada trimestre (e imagino que el primer delegado fue en 3º de EGB) calculo 18 votaciones (no cuento los años de bachillerato porque una nebulosa hormonal me impide recordarlos). Al final, la desidia democrática llevaba a inventarse nombres o a votar a aquel compañero que se fue del colegio en 5º porque a sus padres les perseguía la interpol.
La duda era: ¿ser subdelegado es bueno o es malo?. Por un lado eras el gran perdedor, no pintabas nada. Por otro lado tenías un cargo sin demasiado desgaste. Como Rubalcaba, conozco a un muchacho que pasó de subdelegado toda su vida escolar. Ahora es viceconsejero de algo (ha triunfado en la vida).


Ni hablar del consejo escolar, que era simplemente una compleja terapia. El psicólogo del cole entraba en clase y nos decía que iban a entrar unos alumnos con baja autoestima a pedirnos que les votáramos, que nos portáramos bien con ellos o nos calzaría un par de hostias per cápita (psicología clásica). Los muchachuelos se presentaban educadamente y luego un día te llevaban a votar. Elegías el nombre más gracioso de la lista y punto. Imagino que como en aquel capítulo de los Simpsons en el que juegan a las sillas con una silla de más para que ningún niño se frustre, el departamento correspondiente garantizaba que nadie perdiera en los comicios y todos contentos.

Pero en la universidad la cosa cambiaba. De repente el runrún era otro. ¿Sabéis ese día en que daban fiesta a todo el mundo para votar a los representantes estudiantiles?. Pues había gente que iba a votar. Y además, había gente que se presentaba a esas elecciones. Lo que leéis, no me invento nada.
Resulta que aprovechando el día libre por las elecciones, a traición, se organizaban unas elecciones en la universidad.

A lo mejor alguno de vosotros participó en uno de esos partidos didácticos (juego de rol complejo) y nos puede contar cómo se vivían las campañas, cómo se ideaban esos eslóganes potentes, cómo se creaban esos carteles evocadores, y ya de paso, quién pagaba las facturas.
Las consignas se repetían, generación tras generación, "¡¡vótanos si quieres, que quiten los deberes!!", o el magnífico "¡¡más pornografía, en la reprografía!!". Los radicales amedrentaban al rector con indirectas, los más formales se abrochaban hasta el último botón de la camisa, y luego estaban los mini-yos, que simplemente eran la cantera de algún partido político.
Una vez vi un meeting electoral en un bar, un jueves por la noche (sabían dónde encontrarnos esos jodidos sabuesos) y podías comprobar que ellos y ellas eran como nosotros. Raspabas con la uña y te dabas cuenta de que estábamos hechos del mismo material: piel, huesos, ingenuidad y cinismo. ¿Entonces? ¿qué hacían perdiendo el tiempo con esas historias?.
Imagino que todo lo hacían por las mismas razones que un universitario hace algo, por follar. Pero todavía me pregunto si hay algo más, algo oculto, ocultista tal vez.

Espero que vuestros testimonios ayuden a desentrañar este misterio.

Por cierto, en las elecciones internas de la Academia de Chimpancés se ha decidido que no haya representantes de alumnos en el consejo escolar. Por lo menos hasta que devolváis el futbolín que os llevasteis de la sala de profesores.
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6 comentarios:

Espartaco dijo...

Siempre pensé que era o por follar o por una buena cantidad de cerveza.

HombreRevenido dijo...

Espartaco, a mí no se me ocurre nada más que pueda aceptar a cambio un joven universitario por participar en este rollo.

Titoh666 dijo...

Hay otro motivo fundamental para participar en ese tipo de rollos... aprobar. Estar en el Consejo suponía pasar horas con profesores.... y eso da nota o ayuda mucho a que pasen por alto "errorcillos" en los exámenes... :)
P.D. Que conste que yo nunca fui elegido para nada de esto. Pero conozco gente que si.... y aprobaron. Lo que no sé es si follaron también. :p

HombreRevenido dijo...

Titoh666, interesante.

Claro, a ti y a mí no nos hacían falta esta ayudas. Nosotros nada de "errorcillos". O lo hacíamos todo bien o la cagábamos a lo grande.

Titoh666 dijo...

De todo hay en la viña del Señor... cagadas monumentales (siempre con honor) y pequeños malentendidos. Pocas veces lo hice "todo bien" jeje,

HombreRevenido dijo...

Titoh666, realmente me siento más identificado con tu versión.
Es verdad, yo creo que lo hacía todo mal. Excepto cuando quería hacer el mal, que entonces al hacerlo mal terminaba haciendo el bien.