lunes, abril 18, 2011

Escenas para la reflexión (1)


Hay muchas cosas en esta foto que me resultan perturbadoras.

Primero esa actitud de los batracios, esa tierna condescendencia, ese cariño sordo, ese "vale, no es muy guapo, pero me trata bien". No sé realmente si están follando o están cruzando la carretera. A lo mejor el de detrás no guardaba la distancia de seguridad y al frenar el de delante ha acabado encima de él.
No sé, quizás el sapo de debajo trata de llevar a un hospital a su compañero herido. Tal vez esté pensando, venga, un par de saltos más y llegamos al otro lado de la carretera. A la salvación, por así decirlo.

A todo esto, un autobús se acerca en el horizonte. Ya es mala suerte, ¿verdad?. El destino ominoso acecha.
Quiero creer que la historia acaba bien, sin aplastamientos ni desgracias. Hoy no podría soportar un final amargo.

¿Qué pensáis vosotros? ¿sufrís? ¿disfrutáis? ¿os habéis marchado ya de vacaciones?
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6 comentarios:

PepitoGrillo dijo...

Creo que acaba bien porque han cruzado más de la mitad de la calzada y el conductor del autobús además de probablemente ir por su derecha no va a tener tan mala leche como para atropellar también al autor de la foto quien se ha compadecido de los sapos y les va a ayudar en su tránsito para que nada les ocurra.
Y si es de otra manera pues lo siento por los sapos que nada saben de autobuses ni carreteras y tampoco de la insensibilidad y la sensibilidad humanas.
Saludos

Dina dijo...

Llegó una princesita y le dio un beso justo a tiempo para que se convirtiera en principe y de un brinco pudiera alcanzar la acera (librándose así del atropello)

HombreRevenido dijo...

Pepito Grillo, no contaba con el fotógrafo como aliado de última hora.
Ya me quedo más tranquilo.

Dina, espero que la princesa besara a los dos sapos y se salvaran los dos.
Y luego que se apañe con los dos príncipes. Al final será ella la que acabará encantada.

Anónimo dijo...

Yo creo que el de detrás está sobando (del verbo dormir no de manosear) y el de debajo tiene cara de decir: "Joder, qué pesado es este tío".

P.D.: También creo que no se salvan ni de coña.

pazzos dijo...

El autobus va todo acelerado, con los ojillos brillantes de lujuria porque quiere proponerles un trío.
Los batracios, que no saben decir ¡no!(¿o acaso habéis visto a un sapo decir sí?), terminan con los ojos más saltones que nunca.

HombreRevenido dijo...

MO, hay una relación tumultuosa entre ambos, no hay duda.
Si al final hay una desgracia será debida a esa falta total de empatía.

Pazzos, del deseo al atropello hay solo un paso. De la vida a la muerte. De la pasión a la desgracia.
La literatura está llena de ejemplos de este tipo. Un montón de ejemplos. Ahora mismo no se me ocurre ninguno porque sólo puedo pensar en lo que voy a cenar, pero los hay.