lunes, julio 25, 2011

Balanza

Si quiere saber lo que vale un hombre moralmente considerado en conjunto, no hay sino que considerar su destino también en general. Tal destino no es más que necesidad, miseria, dolor, tormento y muerte. Existe una justicia, y la suerte del hombre no sería tan triste si él mismo no fuese tan indigno. En este sentido podemos decir que el destino del mundo es su sentencia. Si se pusiere en uno de los platillos de la balanza toda la miseria del mundo y en el otro todas las culpas de los hombres, la aguja permanecería en el fiel.

Arthur Schopenhauer (1788-1860), en "El mundo como voluntad y representación", Libro 4º, Cap LXIII

5 comentarios:

Mrs. Nancy Botwin dijo...

Me dejo ésta para septiembre.
Decidido.

AM Editorial dijo...

Qué projjjundo!!

Es cierto, somos indignos, unos más que otros. Tenemos oportunidades, comodidades, opciones... y no sabemos ver más que lo que nos falta.

Cuando alguien se presenta ante nosotros y vemos cómo ha superado esas carencias o las sobrevive, entonces, por un momento, somos realmente conscientes de cuánto nos ha dado la vida y lo poco que hemos hecho para merecerlo.

Aún y con esta miserable existencia, habrá que recordar el mensaje de Mercedes Sosa, "gracias a la vida... que me ha dado tanto".

Un abrazo!

Nana dijo...

Huyyy, pero profe, pasar de Teo en el parque a esto, ¿no es un poco fuerte?

La humanidad es patética en el sentido de que somos dignos de lástima y de cierta piedad. En eso estoy de acuerdo.

Panjabi dijo...

El mundo en si, la naturaleza,no es ni buena ni mala, es el hombre con su indignidad el que genera sus miserias, por lo tanto es lógico que ambos platos se iguales.. ahora bien despues de las cervecitas y cenas del fin de semana lo que menos me apetece es hablar de basculas...

HombreRevenido dijo...

Nancy Botwin, pues de Schopenhauer en los exámenes siempre cae al menos medio punto.

AM Editorial, así se manifiesta la voluntad, como un continuo anhelo imposible de satisfacer. Sólo si somos capaces de controlar ese deseo podremos disfrutar de los dones de la vida.

Nana, aquí en la Academia somos imprevisibles. Y el que se maree que se tome una biodramina.
Somos homínidos, no se puede ser nada peor. Bueno sí, homínido y escritor.

Panjabi, "uno son el reo y el verdugo". Allí a Schopenhauer le sale la vena oriental. En definitiva, trata a tu prójimo como a ti mismo... porque en realidad, eres tú mismo.

Por eso mismo, tus cervecitas y cenas (de alguna forma misteriosa) también las he disfrutado yo. Espero que no me toque pagar.