sábado, julio 09, 2011

Felicidad obligatoria



He sido profesor de literatura inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y he tratado de prescindir en lo posible de la historia de la literatura. Cuando mis estudiantes me pedían bibliografía yo les decía: "no importa la bibliografía; al fin de todo, Shakespeare no supo nada de bibliografia shakespeariana". Johnson no pudo prever los libros que se escribirían sobre él. ¿Por qué no estudian directamente los textos? Si estos textos les agradan, bien; y si no les agradan, déjenlos, ya que la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda: tanto valdría hablar de felicidad obligatoria. Creo que la poesía es algo que se siente, y si ustedes no sienten la poesía, si no tienen sentimiento de belleza, si un relato no los lleva al deseo de saber qué ocurrirá después, el autor no ha escrito para ustedes. Déjenlo de lado, que la literatura es bastante rica para ofrecerles algún autor digno de su atención, o indigno hoy de su atención y que leerán mañana.

Jorge Luis Borges (1899 - 1986)
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8 comentarios:

elmasfato dijo...

"La letra con sangre entra" o el "dogma de fé" nunca nos darán la misma satisfacción personal que nos ofrece algo que descubrimos por nosotros mismos. En la literatura como en todo hace más una gota de miel que un barril de hiel. Cuando el gusanillo te ha picado... date por perdido.

Anónimo dijo...

Borges siempre será el refugio de mis ojos cansados y descreidos.
Gracias por dar cuenta de su lucidez en esta academia.

Sin peluca -quitándome el sombrero-,

Mrs. Botwin.

pazzos dijo...

Ayer quedé con un amigo que venía de comprar "El koala asesino". Mi chica, atraída por el título, se puso a leerlo en la barra. Se quedó tan enganchada que el camarero, intrigado, le quitó el libro y se puso a leer. Al rato, otro camarero estaba leyendo por encima del hombro. Todo esto un viernes noche, hora punta en el bar. ¡A poco nos echan a todos!

HombreRevenido dijo...

Elmasfato, esa es la idea. Los "caminos académicos uniformes" no sirven a la hora de transmitir el arte o la pasión. Eso hay que descubrirlo por uno mismo, y cada cual tiene su propio camino.

Mrs. Botwin, la opinión del maestro Borges siempre ha sido tenida en cuenta en esta humilde Academia. Volvemos a sus cuentos, a sus poemas y a sus reflexiones de forma recurrente, como un devoto a su biblia.

Pazzos, el título es bastante bueno: "El koala asesino", jeje, así es normal sentir curiosidad.
Pero es a ese sentimiento, el impulso, al que se refería Borges. La pasión por la lectura tiene sus caprichos, y hay que abandonarse a ellos, relajarse y disfrutar. Que para eso está.

Anónimo dijo...

Cuánta razón tiene Borges!
Siempre me han parecido una aberración ciertas lecturas obligadas en los colegios-institutos. Que te obliguen a leer con 13 años "El Buscón" de Quevedo por ejemplo, es abocarte irremisiblemente hacia la fobia literaria, al menos durante un tiempo...
Tampoco entiendo a aquellos que por narices tienen que acabarse un libro que no les está gustando nada. Para qué perder el tiempo de esa manera tan absurda pudiendo aprovechar para leer algo que te entusiasme...

HombreRevenido dijo...

Así es la cosa, Aliena. Es una catástrofe educativa obligar a un adolescente a leer un libro contreto. Es una especie de matrimonio concertado, algo completamente absurdo e inadmisible.

De qué nos sirve estudiar literatura si se nos olvida promover la lectura como lo que es, uno de los placeres de la vida. Un placer libre, claro.

Jorge Luis dijo...

Aquí el tocayo sabía de lo que hablaba, y quizás es esas sean las cosas que nos hacen falta en la educación, como aprender a desaprender, a soportarnos a nosotros mismos o a preguntarnos por el sentido de las cosas.
Y no tanta regla y programación, que luego nos dicen que somos libres y entendemos que podemos elegir el color del próximo collar.

HombreRevenido dijo...

Jorge Luis, bien explicado. La libertad es una cosa muy seria, más importante (por ejemplo) que la literatura. Aún diría más, la literatura (como la mayoría de las cosas absurdamente importantes de la vida) nace de la libertad.
Educarnos a ser libres debería ser una prioridad. Elegir el color del collar, como tú dices, es una forma más de esclavitud.