miércoles, enero 18, 2012

El Santo Locutorio

Que conste en acta: Si alguna de las religiones que agitan los brazos frente a mí tratando de llamar la atención elige a Chiquito de la Calzada como su Sumo Pontífice, yo me afilio, me bautizo o lo que se haga ahora.

La gente quiere creer, de eso no hay duda. Lo único que exigimos es que nos lo cuenten un poco bien. Es lo menos que se puede pedir. Cúrratelo un poco o, sencillamente, sé auténtico. Lo que sea pero auténtico. Un sinvergüenza, vale, pero auténtico. Por eso y por mucho más vamos a detenernos un par de minutos en el tío de la foto, un corredor de seguros de Sevilla llamado Clemente Domínguez.

En 1968, la mismísima Virgen María estaba dándose un paseo por una finca cercana a Utrera y decidió aparecerse a cuatro niñas de malicia preadolescente. No importa que pareciera que estaban inventándose lo de la aparición para justificarse por volver tarde a casa, la realidad se imponía. Pronto, cientos de videntes empezaron a contactar con la Virgen en ese mismo lugar.
El Palmar de Troya se convierte así en el locutorio de la cristiandad.
Clemente Domínguez y su amiguete Manuel Alonso trincan a la ocasión de los pelos, se dan cuenta de que allí van a ganarse algunos duros y se suben al carro. Clemente decidé que verá a la Virgen y Manuel se postula para ser su agente artístico. Estos dos pícaros asociados consiguen destacar, porque lo auténtico siempre se abre camino.

El dúo añadía a sus "trances sagrados" unos primarios efectos especiales (estigmas de la crucifixión, sangre y esas performances). Tanta expectación empezaba a generar, tantos ojos atraía, que el resto de videntes estaban decididas (era una mayoría femenina) a pulírselo. Clemente y Manuel, Manuel y Clemente, se olieron la tostada y prepararon su comparecencia-revelación a lo grande. Cuando los videntes esperaban que iniciara una guerra, una confrontación abierta, Clemente se desmarcó con unas instrucciones muy claras del Altísimo: decía que todos los videntes del Palmar eran verdaderos. ¡Bang!. ¡Todos auténticos! ¿se puede ser más genial?. Sus rivales se quedaban sin munición y empezaron a refugiarse bajo el paraguas de su extraordinario carisma. Eso ya no lo paraba nadie.

Las apariciones marianas eran tendencia en el siglo XX. Así que nadie iba a querer permanecer ajeno a este pintoresco fenómeno que, ¿quién sabe?, a lo mejor acababa teniendo un recorrido a largo plazo, como en Fátima (Portugal) y Lourdes (Francia). Que los españoles no fuéramos capaces de gestionar un milagro así nos avergonzaba. Acabábamos de ganar Eurovisión por primera vez, nuestra ambición no tenía límites.

¡¡Les sigo desde el primer disco!!

El 15 de abril de 1970 había 30.000 personas viendo a Clemente en El Palmar. Muchísimas más que viendo a Curro Romero en la Maestranza. El ascenso había sido imparable y, para no perder carrerilla, en 1974 funda la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. Ya tiene fieles, repercusión mediática, enchufe en el iglesia y, lo más importante de todo, un gran inversor suizo, Maurice Revaz.
Entre la confusión, los dos cabecillas son ordenados obispos por un arzobispo vietnamita, Ngo Dinh Thuc Pierre Martín. ¿Cómo había pasado Clemente de ser conocido en el ambiente de Sevilla como "La Voltio" a ser obispo?. También debió de preguntárselo alguien en Roma y frenó, envidioso, todo ese despliegue.

Si había sido la Virgen María en cuerpo y alma inmaculada la que les había elegido, la Iglesia de Roma no era nadie para deslegitimarles. Tenían la excusa para provocar el cisma.
Se convirtieron en la Iglesia Cristiana Palmaria, la única verdadera, y proclamaron a Clemente como su nuevo Papa: Gregorio XVII.
Unos meses antes, Clemente había perdido los dos ojos en un accidente de tráfico. El drama de su figura ciega añadió patetismo a sus revelaciones, a sus diálogos con el Cielo, le dio el toque de misticismo que necesitaban. Su fiel colega, Manuel, siguió velando por el sagrado negocio. El dinero llegaba de donantes procedentes de todo el mundo, se construyó una basílica de flipar en El Palmar de Troya y la congregación empezó a disfrutar de cierto hermetismo de secta.

Luego dirán que los andaluces no son exageraos. Se les fue de las manos el chalé.

Las profecías internas que se manejaban decían que Clemente moriría crucificado en Palestina y volvería bajo el nombre de "Pedro II, la venganza" para estar presente en las primeras hostias del apocalipsis, que son las que hacen ilusión de verdad.
Su pontificado añadió algunos cromos al álbum de santos. Poca cosa. San Francisco Franco, San Carrero Blanco, San Cristóbal Colón, y así.
Excomulgó un poco a bulto: Juan Carlos I y toda la familia real, los comunistas, los espectadores de "Jesucristo Superstar"...

Su vida de entrega absoluta tuvo pocos lunares. Hubo gente en la congregación que se puso pesadita con el tema de los abusos sexuales. Al final, en 1997, Clemente tuvo que salir a admitirlos y pedir perdón. Y aún así hubo gente que todavía no estaba contenta. Por el amor de Dios ¿qué más quieren?, ¡¡ha pedido perdón!!. Algunos nunca están contentos.

Murió a los 58 años, el 22 de marzo de 2005. Y le sucedió su amigo Manuel, cuyo primer impulso fue llamarse Santo Papa Manolo I, pero como había desarrollado un fino olfato para el marketing durante toda esa peripecia, se lo pensó mejor y decidió que Pedro II estaría mejor. Su papado fue breve y murió hace 6 meses. Ahora hay otro que ya no nos importa una puta mierda.
Porque lo grande de esta historia no es la credulidad del homínido medio, sino el mensaje de aliento a las nuevas generaciones de emprendedores que tienen que levantar este país. Todo es posible, hermanos. Piensa a lo grande. Apunta alto. El sacerdote es sólo un funcionario, lo que mola es ir a por nota, a por cardenal como mínimo.
Quien diga que en este país no hay talento se equivoca. Sólo hay que aprender a orientarlo de una manera creativa y ejecutiva. El tándem Clemente - Manolo nos enseña una valiosa lección.

Cread vuestra Iglesia, convenced a vuestro mecenas suizo y despúés... qué sé yo, dadme un puesto como coordinador general de los campamentos universitarios femeninos (por ejemplo).
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8 comentarios:

Verillo dijo...

Alucinada me dejas!!será porque por aquel entonces yo no estaba ni pensada..y que después tampoco he prestado demasiado interes al tema religioso pero esto... esto no tiene ni nombre!!por el amor de dios!!y nunca mejor dicho!!y la legion de seguidores, eso ya se sale!!desde luego al mas puro estilo "Año Mariano"...genialidad en estado puro!

poison ivy dijo...

Amen, yo también quiero un puesto (de madre superiora, o hermana en la Fe, o algo). Fundemos "Monos de la revelación", los creacionistas nos lapidaran y ya tendremos hasta mártires.

pazzos dijo...

el santoral del Palmar me recuerda a una religión vietnamita, el Caodaísmo, que incluye entre sus santos a Victor Hugo y Luis Pasteur. También me recuerda la fábrica de santos de Clemente a la de Juan Pablo II. Y Maciel y Clemente compartían muchas aficiones.

Anniehall dijo...

Este es al que tiraron al Tormes en Alba de ídem una vez que quiso ver las reliquias de Santa Teresa no?

Ay, qué tío! qué diría mi padre.

El niño desgraciaíto dijo...

Como dice Anniehall, mi conocimiento del papa Clemente viene por este incidente en Alba de Tormes, el pueblo de mi madre. Es que hay cosas como la Santa que es mejor no tocar...

HombreRevenido dijo...

Verillo, yo soy también joven pero menos, así que recuerdo esta historia del Informe Semanal. Una locura colosal.
"Año Mariano" se inspiró ligeramente en la jugada de El Palmar de Troya, y el resultado fue tronchante, como la vida misma.

Poison Ivy, ideaca. Tomo nota porque ya va siendo hora de ganar dinero a lo grande.

Pazzos, ¿lo ves?, Clemente (no confundir con Javier Clemente) era un aglutinador de tendencias. Cogió lo mejor de cada uno.
Tienes razón en lo de los santos. Clemente excomulgó a Juan Pablo II, y viceversa. Pero, al final, ambos coincidieron y canonizaron a un misma persona: Escrivá de Balaguer.

Anniehall y Niño Desgraciaíto, grandísima esta peripecia en Alba de Tormes.
Otro episodio más de esta bendita historia. Los lugareños hicieron bien, si vas a hacerte el gracioso hazlo en tu casa. Si no, al río.

AM Editorial dijo...

¡Toma ya! Menudo novelón salía de esta historia... para que luego digan. La realidad supera a la ficción, pero de largo.

La pregunta es en qué se diferencian estos dos individuos de cualquier empresa "triunfadora". Me remito a las palabras de mi abuela, hoy sólo se vive del engaño.

Un abrazo!

HombreRevenido dijo...

AM Editorial, di que sí. La de detalles y tramas secundarias que me he dejado en mi relato. Como se entera la HBO les hace 4 temporadas de 25 capítulos.

Yo no estoy seguro de que sea sólo un engaño. Ellos vendían fe, que es uno de los productos más elaborados que existen.