lunes, noviembre 26, 2012

Tómese un café


Yo tengo un amigo que... así empiezan algunas de las más crudas historias de nuestra cultura greco-latina. El mismo Virgilio podría haber comenzado así la Eneida: "Yo tengo un amigo que..."

Yo tengo un amigo que fue a inscribir a su hijo al registro, aquí en Huesconsin. Se levantó por la mañana, cargado de ilusión, y se acercó a la oficina correspondiente.

Cuando llegó, no había ni rastro de la encargada del trámite. Estamos tan habituados a llegar a un ministerio, administración pública, registro o uno de esos sitios y que no esté la persona que buscamos que ya ni nos escandalizamos. Pero sigue sucediendo, no es ningún mito.
Como la susodicha había salido a descansar (¿?), le sugirieron a mi amigo que se fuera a tomar un café. Total, estaba de baja por paternidad ¿no?... Qué más da, "tómese un café" y déjenos tranquilos.

"Tómese un café" es casi un  nuevo "Vuelva usted mañana" (el clásico artículo de Larra que todo el mundo tendría que haber leído ya).
Resulta que mi amigo no quería tomarse un café. Mi amigo quería que le atendieran y realizar ese sencillo trámite. Y resulta, además, que mi amigo no estaba de baja, porque mi amigo es autónomo y no tiene baja por paternidad.
Se debería haber cagado en la displicencia del señor que le decía "no se ponga usted así" o en el morro monumental de la señora que a la media hora seguía sin regresar a su puesto de trabajo. Pero mi amigo no lo hizo, por vergüenza (ajena, mayormente).

Mi amigo les preguntó si ellos le iban a pagar la multa por aparcar en zona azul. "Baja y echa más dinero", le sugirieron con tremenda lógica.

A los 30 minutos de espera, el mismo que le había dicho "tómese un café", cogió al toro por los cuernos y le dijo a mi amigo: "trae los papeles que ya los meto yo". ¿Es o no es para cabrearse?.

Casi una hora después de la llegada de mi amigo (que no soy yo, pero podría serlo, como podríamos serlo cualquiera) la señora seguía sin regresar a su puesto de trabajo.
A lo mejor fue algo casual, sí, por los cojones.

Luego van y les quitan la paga extra a todos los funcionarios, cuando lo lógico sería mandar a la calle a los inútiles y a los parásitos, dejando tranquilos a los demás, a los funcionarios útiles, a los imprescindibles, a los que se lo ganan dignamente.

Y aquí concluye este típico cuento español. A mi amigo, que es buena persona, ya se le ha pasado el mosqueo. Seguro que no le hace gracia que cuente esto, pero los lunes me enciendo, me pongo en plan cantautor protesta y no hay quien me detenga.
Luego nos asombramos que nuestro mundo de caraduras de caramelo y chupatintas de algodón de azúcar esté en crisis.

12 comentarios:

Alejandro dijo...

Dile a tu amigo que no se enfade, que no vale la pena. Yo sufrí este verano un episodio igualmente lamentable al inscribir a mis hijas.

3 veces tuve que ir al registro de mi pueblo, un juzgado de paz, en el que estaba todo el mundo de vacaciones menos una oficial. Las excusas eran de lo más variopinto para no tener los papeles firmados y a mí directamente me dijeron lo del vuelva usted mañana...

Muy triste y muy cotidiano.

Abrazos, maestro.

Mara dijo...

A mi este mes de Agosto me pasó esto...

http://eramossomosyseremos.blogspot.com.es/2012/08/asi-va-el-pais-colega.html

¡¡¡Es una verguenza!!! Y si a tu amigo se le ha pasado, a mi todavía no!!!

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Pues yo hice un post contando algo así (y citando a Larra) y entraron un huevo de funcionarios a ponerme verde!!!
Preparate!!

Peter dijo...

Seguro que la señora estaba haciéndose las uñas y la compra en el súper, que luego vas un viernes por la trde y es un sindios las cola que hay para pagar

El niño desgraciaíto dijo...

Es que lo de rebajarle a todo el mundo la nómina un x% es lo fácil. Lo que habría que hacer es quitar a todos los parásitos que hay, que son parásitos de todos y afean a la función pública en general.

Nisi dijo...

Triste realidad... Lo que más me ha gustado es que no demonizas a todos los funcionarios, que es lo que está ahora de moda. Yo no soy funcionaria, pero vivo rodeada de ellos y te aseguro que a unos cuantos los pondría de patitas en la calle sin parpadear (otros muchos curran como campeones, pero eso no está de moda decirlo).
A todo esto... ¿cómo se llamba la criatura? :)

Mrs. Nancy Botwin dijo...

Con el café en la mano derecha y las hojitas de mi designación como servicio mínimo del 26 y 27 en la izquierda -faltaría más- le digo: deme fuego, querido.

A ver si fumándome un algo se me pasa el cabreo y vislumbro poesía o plátanos en los rincones.

BeS.O.S.

ro dijo...

Luego me quitan la paga extra a mí, que me hago cien kilómetros de ida y cien de vuelta a trabajar a un pueblo de m... con chavales que no quieren aprender nada. Y además les pongo buena cara, y voy aunque me esté muriendo de una ciática (la semana pasada, por ejemplo) o aunque nieve (dicen que esta semana, por ejemplo) y además me los llevo de excursión, en mis horas libres, esas en las que debería estar con mi familia (este jueves, por ejemplo). Y luego voy un día a hacer algún papel y se escandalizan. Es que los sábados sólo estoy yo, y no puedo con todo, me dijo la de la oficina de la dirección provincial de educación la última vez. Y en mi clase estoy yo sola, con treinta hormonas con patas y no me pasa nada (de momento).

Un asco.

Hala. Ya descargué la mala uva. Y lo bien que sienta...

Verillo dijo...

La verdad es que no me sorprende lo que cuentas...Lo que si me dejo boquiabierta fue una vez en la que encontre no solo a un funcionario en su lugar de trabajo, sino que ademas tenia ganas de trabajar y me atendio con simpatia...Estuve por llamar a Iker Jimenez!

La Maripili dijo...

La culpa es de la mujer que se quedó en casa mientras su marido hacía las gestiones!
Fuera de broma, es cierto, menos chupatintas y más trabajo pero....es tan difícil cribar...además los humanos, que enseguida nos ponemos del lado de los sufrientes, en cuanto dijeron que los funcionarios podrían ser despedidos, nos echamos las manos a la cabeza.

La Maripili dijo...

seguimiento de comentarios...

HombreRevenido dijo...

Alejandro, es triste que siga sucediendo.
De todos modos, si la señora hubiera estado de vacaciones, oye, mala suerte. Pero es que estaba por ahí, de picos pardos.

Mara, así va el país, está claro. No hay quién se acostumbre.

Gonzalo, menos mal que a mí me lee menos gente que a ti. De momento hemos evitado el conflicto armado.

Peter, esa es la pena. Si le hubiera dado una lipotimia por trabajar bajo el sol... pero no, estaba de parranda. Muy profesional, la madre que la parió.

Niño desgraciaíto, esa es la idea.
Pero a ver quién es el valiente que le pone el cascabel al gato.

Nisi, cierto. La generalización es una injusticia casi siempre, pero en el caso de los funcionarios lo es mucho más.
No voy a decir cómo se llama la criatura, sólo espero que el funcionario escribiera el nombre bien y en la casilla correcta.

Mrs. Nancy Botwin, tome fuego. Y queme una subsecretaría de algo.

Ro, desahógate, que es gratis.
Da asco y pena.

Verillo, de esos hay más de 1 y más de 100. Son los grandes perjudicados de tanto caradura.

Maripili, el problema es que hay tantos tipos diferentes de funcionario que la generalización es de locos.
De todos modos, despedir por despedir es dramático. Despedir a los inútiles, justo y necesario.