martes, diciembre 04, 2018

EmpaChef

Vamos carburando poco a poco. Calculo que para febrero estará la sandwichera de hacer posts a pleno rendimiento.

Hay un programa en la primera cadena que se llama MasterChef, no sé si lo conocéis. Lo voy a explicar porque yo no escribo sólo para vosotros, también tengo que pensar en las generaciones futuras.
Unas personas (a veces famosas, va a tandas) compiten por ver quién cocina mejor en ambiente de confrontación y camaradería. Sus platos los juzgan cocineros muy conocidos por salir en el programa.



Bien. Pues yo MasterChef no lo veo. Es superior a mis fuerzas. Me perturban estos programas y ahora mismo lo explicaré. Lo anterior era prosa-bechamel, ahora viene el toque maestro del cocinero primate.

Si cocinan en la tele me pongo nervioso. Hay muchos platos y yo no puedo probarlos. Ya me entendéis. Están allí, cocinando, emplatando, ¿y qué hacen luego? ¿Lo tiran?
Es pornográfico. Alguna vez he llegado a lamer la plantalla y se me erizaron los pelos del bigote por la electricidad estática.
Me pasaba también con TopChef. Y con ChimpanChef. Cualquier programa que tenga Chef en el nombre me saca de mis casillas.

Sufrí mucho con el mítico Con las manos en la masa. Luego llegó Arguiñano y ni siquiera los chistes malos mitigaron mi desazón. Creo que hay un CANAL COCINA. Diabólico. Me parece el martirio de Tántalo.

Para que veáis que no me lo invento

Yo soy un mamífero muy primario y si veo cocinar me pongo a salivar.
Estamos montando una asociación de damnificados por si queréis apuntaros.

3 comentarios:

molinos dijo...

Eres de otra época, eres un hombre del renacimiento, un mono del pleistoceno, todavía intentas ver la tele. :)

Carmina dijo...


No soporto el programa, aunque no coincidamos en las razones. En realidad, no tengo idea de por qué lo odio.

Pero voy a aprovechar tu post para largar sobre otro programa de Mediaset. Gracias por el espacio. Si consideras que debo pagarte algo por utilizar el espacio, dímelo. Lo pago con mucho gusto y los añades a los 4 euros que tenías para invertir. Que no soy una aprovechada.

Veo Pasapalabra. Pero se me llevan los demonios con el hecho de que el concursante tenga que jugar por narices con un equipo impuesto, formado usualmente por iletrados y/o analfabetos funcionales que están allí sólo porque están de promoción de algún disco o espectáculo. Que los concursantes que se está jugando cantidades grandes de dinero y tienen que ver como unos descerebrados malgastan los segundos que les dan para contestar en risitas y gracietas. He dicho.

Gracias por la oportunidad.

HombreRevenido dijo...

El único mono que todavía lame la tele, Molinos, anacrónico pero sin perder la esperanza en los nuevos formatos del futuro.

Carmina, hay que lanzar a creadores y trabajadores de Pasapalabra al mar con una catapulta. Secundo la moción.