martes, septiembre 05, 2006

Anoche

Salgo de la oficina y vuelvo a casa, enrabietado. Son las doce de la noche. Paso junto a la puerta metálica que veo todos los días. Ella sale a respirar. Me ve venir. Desaprueba que le mire, como midiendo algún agravio. Se fija un poco más.

- ¿Dónde vas así de triste?
- Salgo de trabajar - respondo sorprendido.
- Ay, niño, qué me cuentas a mí

Ríe. Río con ella.
No hay engaño en su sonrisa.
Sigo mi camino.

- Cuidate, princesa - me despido.

Los escritores y las putas sonreímos igual.

Me jode que la mulatita de las buenas noches, la del saludo sin prostituir, que no pide nada a cambio y da todo (una explicación, casi un credo), nunca me leerá. Va por ella.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Como de costumbre estoy de acuerdo contigo, Sed-tiembre no es mes muy animado pero no estés triste.
Será el agujero de la capa de ozono, los patéticos coleccionables, la vuelta al curro o la falta de besos y abrazos. Y no de esos que regalan por cuatro perras las princesas de la noche, sino esos de verdad.

Peibols dijo...

Quien tiene una amiga en la prostitución, tiene cien años de perdón

HombreRevenido dijo...

Animons, septiembre es una mierda, desde el colegio. Y el primer lunes de septiembre ya ni te cuento.
La sonrisa de la princesa del cuento no tenía precio, como las cosas importantes de la vida. Y vale más que cualquier cosa que haga detrás de esa puerta.

Peibols, dejando a un lado el drama (o esclavitud) de alguna de estas mujeres, y que NADIE haga algo por evitarlo, te doy la razón.
No he querido frivolizar, pero es cierto, ella no se vende más de lo que me vendo yo.
Y prefiero una amiga puta que un amigo concejal.

Anónimo dijo...

uwHombrerevenido siento estar en descuerdo contigo, ya no estamos en el colegio, y septiembre es un mes igual de estupendo que el resto (aunque haya meses mejores,claro). Di que tampoco puedo ser muy objetiva,quizás porque en ese "primer lunes de semptiembre" naci yo.

HombreRevenido dijo...

Ostras. Anónima, ahí me has pillado.
¡Felicidades!. Que nacieras ese día lo cambia todo.

HombreRevenido dijo...

Tranqui, Macbeth, estoy bien. Agotado pero sin lágrimas. El buen poeta (e incluso el malo) se ríe, porque hay demasiados motivos para ello.