viernes, abril 06, 2007

Abismos, microbios y resurrección



La lejía y el salfumán
cuando mueren ¿dónde van?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos has salido cotilla.
Milenios llevamos ya,
desde que Adán su costilla,
le obligaran a empeñar.
Y quedó claro al inicio,
de aventura singular,
que el paraíso de unos,
hacia el que caminar,
son cloacas para otros,
y al final, la libertad.

Con cariño, desde el mar,
la lejía y el salfumán.


Está bien el blog, no lo había visto nunca. Un saludo, Manolo.

HombreRevenido dijo...

Manolo, que tras limpiar,
los productos de limpieza
se junten allá en el mar
con la absoluta vileza
de su rival la basura...
es paradoja segura.