jueves, junio 14, 2007

Esperando algo




Esperando a Godot (Samuel Beckett)
-1955-


Vladimir / Estragón / Pozzo




− No perdamos el tiempo en discursos inútiles. Hagamos algo, ahora que se presenta la ocasión. No siempre nos necesitan. La verdad es que no se nos necesita. Otros lo harían igual que nosotros, si no mejor. La llamada que acabamos de escuchar va dirigida a toda la Humanidad. Pero en este lugar, en este momento, nosotros somos la Humanidad, lo queramos o no. Aprovechemos la ocasión antes de que sea tarde. Representemos dignamente a la escoria en la que la desgracia nos ha sumido. ¿Qué te parece?
− No te escuchaba
− Bien es verdad que quedándonos de brazos cruzados, pensando los pros y los contras, también hacemos honor a nuestra condición. El tigre se precipita en auxilio de sus semejantes sin pensarlo, si no se refugia en lo más espeso de la selva. Pero la cuestión no es esta. ¿Qué hacemos aquí?, es lo que tenemos que preguntarnos. Tenemos la suerte de saberlo. Sí, en medio de la inmensa confusión, una sola cosa está clara: esperamos a que venga Godot.
− Es verdad
− ¡Socorro!
− O que caiga la noche. Tenemos una cita, y se acabó. No somos santos, pero hemos acudido a la cita. ¿Cuántos pueden decir lo mismo?
− Miles de millones
− ¿Tú crees?
− No sé
− Quizás
− ¡Socorro!
− Lo evidente es que el tiempo, en estas condiciones, pasa despacio y nos lleva a llenarlo de acciones que, ¿cómo lo diría?, a primera vista pueden parecer razonables, y a las cuales estamos acostumbrados. Me dirás que es para impedir que nuestra razón se nuble. De acuerdo. Pero he aquí lo que me pregunto a veces: ¿no andan errantes ya en la continua noche los grandes abismos? ¿Me sigues?
− Todos nacemos locos. Algunos siguen siéndolo.
− ¡Socorro! ¡Les daré dinero!
− ¿Cuánto?
− Cien francos
− Es poco
− No serás capaz...
− ¿Te parece suficiente?
− No, quiero decir que no serás capaz de sostener que cuando vine al mundo ya estaba mal de la cabeza. Pero la cuestión no es esta.
− ¡Doscientos!
− Estamos esperando. Nos aburrimos como ostras, qué duda cabe. Bueno. Se nos presenta una diversión y ¿qué hacemos? La dejamos que se pudra. Venga, manos a la obra. Dentro de un momento todo habrá pasado. Estaremos otra vez solos en medio de la nada.
− ¡Doscientos!
− Ya vamos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien captado.

HombreRevenido dijo...

Es que me fijo mucho, Ana. Y el mérito es del libro del que copio, claro.

Anónimo dijo...

Sabes que yo me imaginaba a lucky como el tarado de pulp fiction?

HombreRevenido dijo...

Ana, curiosa comparación. Yo es que leí la obra por primera vez cuando todavía no había visto "Pulp fiction", y siempre he visto al personaje de forma inocente. Pero ahora que lo dices...

Anónimo dijo...

yo también estoy esperando a Godot, aunque no sirva para nada. Pero ... seguro que vendrá no? aunque sea mañana.
tú quieres hacerme llorar no? que cosas más raras lees

HombreRevenido dijo...

Nuakchot, si te sirve de algo todos esperamos a Godot. Es posible que hoy no venga. Pero mañana seguro. Y si no al otro. Y si ya no ha llegado el lunes, ¿sabes qué?, nos vamos a buscarle y a decirle un par de cosas bien dichas a la cara. ¡Hombreya! Que no me entere yo que lloras.

Anónimo dijo...

vale, pues no te enteres ;)

HombreRevenido dijo...

Nuakchot, piensa que a veces lo de menos es si viene o no viene Godot. El inmovilismo es lo trágico, pensar que sólo nos queda esperar. Así que nada de llorar, pega una voltereta y muévete hacia adeltante, hacia atrás o agitada como un gremlin con cosquillas.
Y eso que llorar es bueno para la higiene ocular y la del corazón. Pero sólo un rato.

Anónimo dijo...

vale, sólo un poco. Gracias :)