martes, septiembre 18, 2007

Los martes: CINECLUB - 63 - Cuatro bodas y un funeral


Four Wedings and a funeral - 1993 - Director: Mike Newell

Reparto:
· Hugh Grant (Charles)
· Andie MacDowell (Carrie)
· Kristin Scott Thomas (Fiona)
· Simon Callow

Guión: Richard Curtis
Fotografía: Richard Rodney Bennett

Dos personas se enamoran, viven juntas, y de repente un día se les acaba la conversación, por completo, no tienen absolutamente nada que decirse el uno al otro, así es, pánico. Entonces, de pronto, se le ocurre al tipo una forma de salir del callejón: Pedirle que se case con él. De repente tienen tema de conversación para el resto de su vida.
Así describe el excéntrico Garew su teoría sobre el matrimonio, la fiesta burguesa por antonomasia. Y en esta película se suceden las bodas, enmarcan con su extraña atemporalidad la vida de un grupo de solteros que observan pasar el mundo a su alrededor, tan rápido como el tic-tac de esa farsa interior que llaman reloj biológico.

Esta sorprendente comedia no cede a los convencionalismos jolibudienses y tampoco nos enfanga de cinismo. Es la versión inglesa del "chico encuentra chica". Aunque, de paso, el chico despierta dos veces al lado de la chica, tiene que sufrir después la boda de ésta y los tropiezos subsiguientes. ¿Es el matrimonio un brindis al sol? ¿es Charles un caradura? ¿es Carrie angelical o arpía? Qué importa eso. El amor, la amistad, se sobreponen, a carcajada limpia, con personajes de verdad. Como ese oficiante, personaje insustituible, interpretado por un impagable Mr.Bean.

La fiesta simbiótica, lo pagano y lo sagrado, la hecatombe inconsciente. El matrimonio como corte limpio de un mundo enredado, queriendo simbolizar el poder de redención del encuentro.

Y son los reencuentros (tan reconocibles) los que forjan esta película. Como las dudas echistenciales o ese tar-tar-tartamudeo tan típico, tan encantador en las películas y tan ridículo en nosotros mismos. Excesos y defectos de información; mezclas peligrosas. Como la peripecia de Charles cuando le sientan con todas sus ex en la misma mesa, o la famosa escena:
—¿Cómo está tu maravillosa novia?
—Ya no es mi novia.
—Me alegro. No sé si sabías que se la tiraba media pandilla, según decían.
—Ahora es mi mujer.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Dicen de los ingleses que son muy diplomáticos,pero ya ves,cuando se lo proponen son de lo más cínico.Pa matarlos!

HombreRevenido dijo...

Sí, Orleans, a veces cuando se lo proponen son graciosos y corrosivos.
No nos viene mal de vez en cuando.

Peibols dijo...

Y no olvides la banda sonora, que hay un par de temotos (quitando el baladón de Elton) brutales.

A mi es que Hugh no me gusta nada.

Pero la peli sí.
Un clásico de los 90.

Ayer, cuando cruzabas la calle Cavia hablando por el móvil, tenías ese look de inglés despitado... estabas muy mono (y muy chimpancé)

Alberto Colombo dijo...

Buena peli es de esas que podes ver con tu mujer sin aburrirse ninguno de los dos. A el le encajan perfecto estos papeles y ella es una lastima que no actue mas pero es un hecho que debe lucrar mas con las publicidades que hace...

HombreRevenido dijo...

Razón tienes, Peibols, como de costumbre, banda sonora excelente. Toda una película referente para que el resto de comedias al uso se pusieran las pilas con la música.

¿Me viste? ostras, qué cosas. Pues me estaba poniendo unas tripas la operadora de Vodafone...

Alberto, la verdad es que en el tema "comedia romántica" se hace cada bodrio... pero cuando se hace bien, con ironía y buen gusto, es perfecto, gusta a todo el mundo.