jueves, noviembre 29, 2007

De ratones y hombres


Hoy en día cualquier mindundi conduce un Mercedes, usa una perfecta imitación de Rolex, tiene el móvil más molón... No hay símbolos de clase, de señorío, de estatus. Todo es fachada, amigos y amigas. No os olvidéis de la lección de hoy, que luego os la meten doblada.

Para conocer bien a alguien hay que mirar de puertas para adentro (y no me refiero a si tiene las pelotas limpias o el corazón grande), me refiero a la mesa de su ordenador. Pensad que la alfombrilla del ratón nos conoce mejor que nuestra madre, del mismo modo que una cosa es lo que decimos que somos y otra lo que tenemos en la carpeta "Mis Documentos".

¿Qué vida útil tiene una alfombrilla de ratón? ¿qué hay de freudiano en ella? ¿por qué nos aferramos de esa forma a nuestro roñoso ejemplar?
Tenemos alfombrillas de propaganda, gratuitas. Lo sabemos y sin embargo las mantenemos año tras año. Hay gente que cambia de pareja cada tres meses, de coche cada dos años y le dura una alfombrilla de ratón desde que sacaron el Internet.


A veces prevalece la ergonomía de los reposamuñecas. No es mala cosa, que las muñecas sufren mucho. Ya me entendéis.
A veces son engendros técnicos con teléfono, termómetro, calculadora, alarma, que, efectivamente, hacen que todo el mundo confirme las sospechas que tenía sobre ti.
A veces dan rienda a deseos secretos (o no tanto).


Si hasta la multinacional lexicomobiliaria sueca lo incluye para decorar nuestras vidas, al precio de un café malo o un periódico peor.

Y yo lo que creo es que las alfombrillas de ratón aparecen en la vida de uno, son originales, son sórdidas, son intrascendentes, pero se hacen un hueco en nuestra historia. Nos enamoramos de ellas, en silencio, sin darnos cuenta, y un día nos preguntamos ¿por qué precisamente esa?.

La miramos.
La tocamos.


¿Y por qué no? Si a mí me gusta...
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9 comentarios:

La gata Lola dijo...

Está visto que yo no le soy fiel ni a mi alfombrilla de ratón... tengo una en cada puerto!

la maru dijo...

Yo no tengo alfombrilla. Será por eso que el ratón está como triste y lleno de borreta? Pensanrán mis compis, basándose en esa falsa apariencia, que soy una dejada de la vida, una descuidada triste y con borreta? Me la pediré para Reyes. Prometido.

Anónimo dijo...

El que apareció en mi vida fue el ratón óptico e hizo desaparecer un cachivache menos de mi mesa, que no estoy yo para malgastar espacio...esto no dice nada malo de mi, no???

HombreRevenido dijo...

Gata Lola, pero al final siempre vuelves a la de tu casa, a la que te lleva aguantando tanto tiempo, en la salud y en la enfermedad...

Maru, mejor no saber lo que piensan tus compis de ti. Si encima supieran que eres una blogger con borreta ya sería la hecatombre. Hazte una de ganchillo si eso.

Incluso un ratón óptico (u oftalmólogo) necesita una buena alfombrilla, Cardo. Pregúntale y te dirá que quiere una alfombrilla mullida y suave. Los roedores son asín.

Unknown dijo...

Ostras,la alfombrilla del jamón ha hecho que me descojone de la risa!!!Pero es cinco jotas o simple jamóncico de bodega???

Anónimo dijo...

La mía la fabricaron los suecos cuando inventaron internet (o antes) y ahí sigue, como una campeona.
Aunque desde que se pusieron de moda los portátiles la tengo un poquico olvidada...

HombreRevenido dijo...

Considero que con un jamón normalillo es suficiente, Orleans, no es necesario hacer alardes. Una alfombrilla de jamón serrano es una idea excelente. El jamón de york también sale bien.

Ay, Anay, qué gran servicio ha hecho esa alfombrilla. Espero que la visites los fines de semana y le quites la pelusa.

Alberto Colombo dijo...

Todo un tema el de la alfombrilla del raton , en Argentina le llamamos pad.

La mia la deseche hace poco por que de tan sucia y de tantos germenes teme que cobrase vida.

Ahora me parece que me duraria muchiiiiisimo menos la alfombrilla que veo en la ultima foto...

HombreRevenido dijo...

Sí, ese sería un modelo de alfombrilla desechable, que nos duraría una tarde, Alberto. Más caro, pero mejor.