domingo, marzo 16, 2008

Observando a las arañas


Lo mejor de escribir un blog es que todo el universo se confabula para ofrecerte el material que necesitas. Un día cualquiera llego a casa, abro el buzón y miro con asombro un sobre apergaminado, y sé que algo extraño va a suceder. El sello es un orangután con tutú, el símbolo nacional de Gabón. El remitente es el profesor Mondadientes, un explorador indomable que descubrió la relación entre no cortarse las uñas de los pies y aumentar la talla de zapatos. También fue el segundo hombre en fracasar al intentar cruzar el océano Atlántico buceando. Tomo la carta y la guardo en el bolsillo, tratando de contener la impaciencia, andando despacio, haciendo como si no me importara, disimulando el incremento del ritmo cardiaco.

Era una carta farragosa: ... querido chimpancé... soy un ferviente admirador de sus... los hombres de ciencia le estaremos profundamente agradecidos siempre... ni siquiera Jesucristo fue capaz de rimar como usted... un buen cauce para hacer público mi último estudio... no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme... permítame robarle su tiempo para... peludo pero elegante...

Y allí tenía ante mí el trabajo al que había dedicado los últimos años, recluido en el África, sacrificando su vida por la ciencia:
Algunas arañas se hacen las muertas para conseguir sexo.

Había observado una conducta novedosa en la especie pisaura mirabilis. Los machos acudían a los lugares de apareamiento, discotecas, akelarres, la orilla del mar a la luz de la luna, y allí algunos de ellos urdían su plan, se colocaban en la boca un trozo de comida y luego se hacían los muertos.
Cuando la hembra acudía por allí, veía el supuesto cadáver, se acercaba a arrebatarle la comida de la boca y, sin comerlo ni beberlo (yo no quería, no sé qué me pasó, me echaron algo en la bebida) el macho revive y la cubre. La sorpresa, el ABC de la seducción.

El 89% de los machos que utilizan el truco triunfan, decía el estudio. Sólo el 40% de los que juegan limpio (lo que ya de por sí es un gesto de desinterés y mal gusto) consiguen su propósito.

Decía Ken Kesey (un escritor muy peculiar del que hablaré otro día): "El secreto de un buen jugador es saber descubrir qué espera el otro, y saber hacer creer que va a obtenerlo".
Por eso el macho de la pisaura mirabilis ofrece el drama de su cuerpo inerte y alimentación gratuita.
Y tal vez por ello también la hembra va donde sabe que están los machos, se hace la tonta, finge sorpresa y, como en la foto, al final no puede disimular su sonrisa.
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14 comentarios:

Anónimo dijo...

Menudo bicho, se merece el rango de Animal Acojonante.

Uno que se hace el muerto, otra que se hace la tonta... al final se lo hace todo el mundo.

Pequeña Silvi dijo...

Bueno, yo por la comida no me acercaría...pero sí tuviese una cerveza helada en su inerte ¿mano? puede que me hiciese la tonta...

la maru dijo...

Muy interesante. En el sexo y en la seducción todo vale si existe consentimiento de ambas partes. Hacerse el muerto no es una gran estrategia de ligue pero oye si le funciona.

Wilwarin dijo...

Al fin y al cabo qué nos han contado los cuentos de hadas de toda la vida... una que se hace la dormida, otro que pasaba por ahí; uy que he perdido el zapato, trae moza que te lo pongo yo y así de paso te veo el muslo...

Está claro que la realidad siempre supera a la ficción.

Corzo dijo...

Ahora entiendo yo lo de "es ley de vida" , o te haces el muerto o no generas "más vida".
A partir de ahora y hasta nuevas indicaciones, salvo para mis amigos, estoy muerto en mi cama con fresas y champagne cerca de la boca, que como mi cadaver están fri@s.
Abstenerse curiosos...

Pequeña Silvi dijo...

...estamos empezando a rozar la necrofilia...

HombreRevenido dijo...

Anay, el reino animal es el reino del disimulo, ya no te puedes fiar de nadie. Pero hay que asumirlo, a los homínidos también nos la dan con queso.

Puede ser una nueva táctica para el ligue de barra, Pequeña Silvi. Más por sed que por zoofilia.

Sí parece, Maru, que algo de consentimiento hay, aunque ninguna araña vaya a confesarlo nunca.

Wilwarin, eso que dices es muy cierto. El mito de Blancanieves es similarmente igual, pero cambiando los sexos y el número de patas.
Vivir para ver.

Corzo, la invitación queda cursada. Ya si algún bicho se presenta al hilo del reclamo puedes decirle aquello de "tú no vienes a comer". O bueno...

Ana Boyero dijo...

Me ha molado un huevo, y la foto es cojonuda. Me gusta la idea de que las hembras se hagan las tontilanas.

ARAÑITA: uy,uy,uy si tiene un pinchito de tortilla en la boca... uy, uy, uy para que cogerlo y comermelo en mi casa si puedo ponerme encima de este cadaver de araña que por cierto que fuerte esta... uy, uy, uy qué furito lo que noto por aquí, sera el rigor mortis?...uy uy uy no lo sé pero qué gustito... venga coño levantate ya hijo que hace media hora que me he comido el pincho y me vas a cortar el rollo.

ARAÑITO: te pillé!

Ana Boyero dijo...

*furito=durito.

HombreRevenido dijo...

Las hembras o se hacen las tontas o se hacen las listas, eso siempre es así, Ana de los Podcast.
Es fascinante esa maquiavélica araña que cuentas. Ingenua y maligna, despiadadamente encantadora.
Ayyyn, las mujeres...

Ana Boyero dijo...

Jajaja, más mono es el arañito que cree, inocente perdido, que ha logrado engañar a una hembra xD

PD: "Ana de los podcast", jajaja.

HombreRevenido dijo...

A. de los P., no tiene mérito engañar al araño. Piensa que ni siquiera con todo a favor consigue triunfar en un 100% de la veces (un simple 89%).
Los araños somos fáciles. Son, quiero decir.

Alberto Colombo dijo...

Yo si me hago el muerto mi mujer llama a la funeraria para que me saquen lo mas posible de la cama y ella pueda dormir.....je

HombreRevenido dijo...

Eso les pasa a las arañas también, Alberto, se casan y el cortejo de ahora finjo, ahora me la cuelas, queda en el olvido. Pero se ganan otras muchas cosas. Ahora no me acuerdo pero las hay.