miércoles, mayo 14, 2008

Sortilegio

El público espera ansioso sin disimular un nerviosismo que se hace evidente cuando de tanto en tanto se elevan algunas voces al unísono, formando una suerte de cadencia que rebota contra las paredes. Es entonces cuando se producen los primeros cambios de luces que dejan asumir que todo está por comenzar. De pronto, los primeros acordes de la guitarra, anuncian que va a nacer en el aire, un cante por bulerías.

El cantaor delgado de estatura mediana, pelo largo y mirada tímida se acerca hacia el micrófono de pie; lo acomoda convenientemente a su altura al tiempo que carraspea como quien se aclara la garganta, y le hace una señal con sus ojos al joven guitarrista que tiene los ojos clavados en él, y se dirige hacia el público con tono hosco y tímido a la vez:

– Señores, yo con un poquito de silencio me puedo concentrar un poquito mejor y me podéis escuchar mejor... ¿no? por bien de todos... si queréis ¿no? – y luego otro carraspeo y el doblar de sus palmas.

Aunque sus palabras no logran que la gente haga silencio, él se muestra sosegado, casi ausente, quizá porque sabe que en contados segundos se producirá un extraño milagro: apenas comience a cantar, cuando de su garganta surjan las primeras estrofas.

De pronto de un modo prodigioso e incontenible, desaparece todo punto de referencia: el escenario, las voces de la gente, la guitarra y las palmas. Su voz emite un quejido casi sobrehumano de raíces ancestrales que se va elevando y los asistentes se van quedando callados, presa del encantamiento que se engendra desde el escenario. Y los sueños toman la forma de música y la música de duende, y todo es magia y sortilegio.
Se entiende, claro está, porque están escuchando al más grande de los hechiceros de la voz y el sentimiento: a don José Monje Cruz... Camarón de la Isla.

Carlos Palladino - Buenos Aires, Argentina




El video es del concierto legendario en el Cirque d'Hiver en París (1987). A la guitarra el Maestro Tomate.
El contralatido de las vísceras, la nostalgia del mito, arte grande.
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios! Los pelos como escarpias ma has puesto!

Si hay algo que lamentaré (bueno, entre otras muchas cosas) es tener que irme de este mundo sin haber visto un sortilegio de Camarón en directo. Maldita sea!

HombreRevenido dijo...

Comparto tu frustración, Spanish Johnny.
Ya sabemos por qué el Señor se lo llevó a Él y no a Teddy Bautista (que merece la muerte mucho más). En el tablao del cielo se escucha ahora al más grande.

la maru dijo...

Preciosa lectura. Camarón el más grande, sin discusión.

HombreRevenido dijo...

El que más llegó a la gente por lo menos, Maru, eso ya no hay tiquismiquis que nos lo quite.

Anónimo dijo...

Hay músicos que solo con oir un acorde suyo ya te ponen los pelos de punta, coincido con todos vosotros, en que Camaron es uno de ellos.

Olé, José Monje Cruz, que suene bien alto tu nombre.

HombreRevenido dijo...

Músico del mejor instrumento, del más antiguo: la voz.
Razón tienes, Pistols.