lunes, mayo 11, 2009

Ojito conmigo


Aquí donde me veis soy una máquina entrenada para matar.
Fui (sigo siendo, porque esto no caduca como el DNI) cinturón amarillo-naranja de taekwondo.
Fue una época difícil en la que era demasiado pequeño para apuntarme a furbito (lo que de verdad me apetecía) y sin embargo, curiosamente, no lo era para un arte marcial.

Varios de vosotros, amables lectores (Serjuzu, Lupus, Mon), me habéis recordado con vuestras cartas la natural agresividad de algunos primates:
* Cuidadora del zoo sufre un intento de violación por parte de un chimpancé.
* Bokito el gorila la lía parda

La continencia física (que no verbal) puede alcanzarse con duros entrenamientos, con filosofía oriental y estrategias para canalizar la energía.
Por eso mi madre me apuntó a taekwondo.
Por eso y por quedarse un rato tranquila de vez en cuando.


Recuerdo varios momentos:
- Un campeonato caótico y absurdo en el que gané una medalla de plantronce (como todo el mundo).
- El día en el que nos escondimos con mi primo entre unas colchonetas para picarnos clase y nos pillaron.
- El día en que pasé del chándal al kimono.
- El día en que pasé del cinturón blanco al amarillo.
- El día en que nuestro profesor se cabreó por no sé qué y nadie respiraba.
- Los gritos (¡kiá!), acompañando las patadas (¡kiá!), y los puñetazos (¡kiá!).
- Pelear a hostia limpia, sin acordarse de los fundamentos aprendidos. Contra un chaval al que no conocía y que tampoco me había hecho nada.
- Enrollar el cinturón y marcharme a casa.
- Recordar el gimnasio y pensar que en ese sitio hay ahora oficinas del Gobierno de Aragón.
- Sentirse Karate Kid, mucho antes de que se rodara la película.
- Aborrecerlo.

Otro día os contaré cuando me apuntaron a hacer manualidades. Y aluego os contaré mis experiencias con el catecismo.
Ya será tarea vuestra estrapolar y averiguar las causas por las que me volví un escritor atormentado.

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7 comentarios:

nhtg dijo...

Lo que me he podido reir... buenisimo el blog

Ra dijo...

Mucho antes de que se rodara Karate Kid?... (emoticono)interesante.

Yo abandoné en el blanco-amarillo. Su constancia dice mucho de usted, Sr. Reve :)

karlos dijo...

Mire usted, mi evolucion ha sido inversa, pase por el catecismo y por clase de jota (1 singular), nada, y despues de años de ciclismo y futbol, acabo preparandome el cinturon negro de taekwondo.

HombreRevenido dijo...

Gracias, nhtg. Pero... la verdad... ummm... yo escribo en serio.
Espero que vuelvas muchas veces y te rías de vez en cuando.

Ra, he exagerado con lo de mucho antes. Para un niño un año es una eternidad. Yo tenía 6-7 años cuando revolucioné el taekwondo. Nací en 1976, así que... en 1982-83. Un año antes de la película lo dejé. Ya ves. Un pionero.

Karlos, yo creo que a mí me cogió demasiado joven. Porque sé que a los que llegaron más tarde les ha enganchado.
Recuérdame que no me pelee contigo, por cierto.

Serjuzu dijo...

Yo llegué a verde de judo :P

Hoy, desde la selva, te he enviado otra postal ¡¡¡Hay que ver como esta el reino animal!!!

Lasa dijo...

Buo!!

Cada uno tenemos un pequenio guerrero dentro de nosotros, Karate Kid, Star Wars, y Presing Catch nos han educado.

En mi caso yo le doy al Tai Chi, que no lo parece, pero tambien es un arte marcial...

HombreRevenido dijo...

Serjuzu, que seas cinturón verde de judo me inspira respeto. Aunque creo que eres más mortífero con una raqueta de badminton entre las manos (y no es metáfora).
Gracias por las postales, tío Matt.

Lasa, el taichi es un arte marcial muy interesante. A lo mejor no es lo mejor para defenderse de un ataque fulgurante, pero me parece un ejercicio equilibrado y relajante.

Bueno, si te ataca un perezoso a lo mejor sí que te sirve de defensa.