jueves, noviembre 19, 2009

Fauna descontrolada

Seguro que conocéis las leyendas urbanas sobre esa gente que compraba un cocodrilo pequeño como mascota y luego, cuando crecía, lo abandonaba por la boca de una alcantarilla. Luego el bicho crecía y crecía hasta volverse un monstruo fosforescente.

Nunca he estado en el subsuelo de Nueva York para comprobarlo. Ni siquiera he estado en Nueva York, ahora que me lo preguntáis.

Por cierto, dices que te deshiciste de la ladilla aquella ¿verdad?


No, es que me ha parecido ver una sombra por el callejón.
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4 comentarios:

Lupus dijo...

Habría que proponerte como ONG, acabas de quitarme toda el hambre que traía.

HombreRevenido dijo...

Os estáis aburguesando, Lupus.
Y eso no puede ser.

chaly vera dijo...

lA COLA ES LO MAS DELICIOSO, POR ACA NOS COMEMOS LOS CAIMANES NO LOS VOTAMOS EN LA ALCANTARILLA, PODRIAN TRANSFORMARSE...

HombreRevenido dijo...

Genial Chaly Vera, impresionado estoy. Nunca he probado la cola de caimán (sin dobles sentidos), pero seguro que está buena, con guarnición.