martes, enero 12, 2010

Animales Acojonantes (45) - EL PELÍCANO PARDO


El pelícano pardo es un ave poco avezada, de gran carisma y enorme pico. Pescador vocacional, tiene una alimentación muy variada consistente únicamente en pescado crudo. Es variada porque a veces come mucho y otras veces poco.
Se lanza en pleno vuelo a capturar los peces de la superficie y, si no lo consigue, tras el chapuzón, disimula como queriendo dar a entender que sólo quería refrescarse un poco.

Ya se sabe que en la costa es un engorro no tener bolsillos. El pelícano pardo utiliza la boca para solventarlo. No nos engañemos, esa costumbre es más una cuestión de ingenio y necesidad que un mérito de la evolución.
El método sirve, todo hay que decirlo, aunque no serán las primeras ni las últimas llaves que se traga en un frenazo.


Forman una pareja cada año y la seleccionan con un rito de apareamiento singular. Empieza el macho luciéndose, hasta que es elegido por alguna hembra que decide acercarse. Entonces el macho la rechaza, pero ella debe perseverar hasta que él acepte. A partir de ese momento, con las cartas encima de la mesa, comienza un cortejo insano consistente en la agresión y sumisión mutua. Si se pasan de agresivos la otra parte se marchará dándolo por imposible. Si se pasan de sumisos se marchará por mostrar debilidad. Vamos, que no hay quien acierte. Al final, tras anidar y copular, se ríen de sus desavenencias (qué jóvenes e impetuosos éramos ayer, ¿verdad?)

Le gusta:
- La brisa del mar
- Salpicar
- Los estuches de dos pisos

No le gusta:
- Las fugas de petróleo
- Las puertas giratorias
- No saber qué hacer después de comulgar
.

7 comentarios:

nhtg dijo...

En fin, no sé qué comentar salvo que me encantan los posts de los animales acojonantes en su versión final de las cosas que les gusta y no les gusta hacer (bueno, en éste el rollo sado-maso del apareamiento también ha tenido su puntillo).

Lo de que no les gusta no saber qué hacer después de comulgar es mítico. Sobre todo pensando en que se les pegue la forma, no ya en el paladar, sino en algún rincón perdido de la bolsa... ya me contarás como va a sacarla de allí sin dedos...

Ra dijo...

Vamos, que por poquito no son humanos pardos.

HombreRevenido dijo...

Nhtg, es que para conocer bien a un animal no sólo es importante analizar su clasificación zoológica, es mucho más relevante conocer sus gustos y aficiones.
Lo de la comunión, tú lo has dicho. Un poema.

Ra, no te digo que no. Alguno (humano) tiene también plumas, pico y papada.

Ra dijo...

Me preguntaba cuál sería la canción del miércoles... porque imagino que el viernes toca The Cure en la Academia :) (lo sé, me cuelo de listilla)

HombreRevenido dijo...

Ra, te diría cuál será la canción del viernes pero todavía no lo he pensado. Falta tanto...

Unknown dijo...

Lo voy a poner como comentario para ver si de una vez aprendo: como buen madrileño que soy (aunque expatriado), además de ser del Atleti (en Madrid es que es del Madrid o es de fuera o tiene un bar) soy un leista de cojones (¿o es laísta? - no se, como le prestamos mucha atención...)

El caso es que ese el macho del pelícano pardo LE rechaza me suena raro de cojones. Maestro Ud como oscense debería sacarme de mi duda: ¿fue un desliz? ¿sigo sin haber entendido lo de le y la?

Por favor, si es la primera la opción elegida hágame un justificante para mi próximos "LE" incorrectos...

Me encantan los animales acojonantes; cada vez que me acuerdo del caballito de mar...

HombreRevenido dijo...

Expatriado, seguro que muchas veces me cuelo y escribo cosas mal (es lo que tiene la inmediatez del blog, que se improvisa el 90% y no se comprueban demasiado las cosas). Así que nadie está libre de pecado.

En el caso que nos ocupa, el pronombre se refiere al complemento indirecto (¿A quién rechaza? A ELLA). Entonces se utiliza el genérico, LE.

Si la hembra rechaza al pelícano macho: LE RECHAZA.
Si el macho rechaza al pelícano hembra:
LE RECHAZA.
Se escribe igual.
El laísmo es aplicarle un género femenino al complemento indirecto. Ese es el error.


Imaginemos otro caso:
El pelícano hembra tiene una postura respecto a este blog (una postura favorable). Y el macho del pelícano rechaza esa postura (qué son esas chorradas que lees).
Podríamos decir que el pelícano hembra tiene una postura favorable y el pelícano macho LA rechaza.
En este caso el pronombre es complemento directo (¿qué rechaza? la postura).

Vamos, esta es mi justificación para lo que yo he escrito. Me puedo confundir, pero no rectificaré (mi honra está en juego).

Los madrileños tenéis acentuado ese laísmo (la gusta, la dije) y no seré yo quien lo critique. Cada cuál que hable como pueda y sepa. Mientras sea limpio.