viernes, marzo 19, 2010

A ojo

Si os digo la verdad, aunque parezca una herejía científica, me encanta la historia del arzobispo James Usher, un irlandés sobrio (es broma) que en el año 1593 se propuso a calcular la edad del planeta Tierra.

El tío se puso a analizar los textos del Antiguo Testamento, hizo sus proyecciones, sus ajustes y al final llegó a la conclusión de que el planeta apareció como tal el año 4.004 antes de Cristo. Olé tus santos cojones.
Pero no os creáis que se quedó allí, no. Dio hasta el día: el 23 de octubre del 4.004 a.C., ¡¡y la hora!!: las 9 de la mañana.
A quien madruga... ya sabéis.

Lo grandioso es que hasta no hace tanto siglos se consideraba un dato correcto. Es decir, un tío se pone a garabatear con una libreta y un poco de whisky, luego lanza un dato: la tierra tiene 5.597 años. Y se sienta a vivir como un sabio el resto de su vida.

Luego te pones a analizar detalladamente con el fechado radiométrico (así cualquiera) y el tío no se desvió por tanto, porque la edad de la Tierra es de unos 4.500 millones de años.

Pensadlo bien un instante.
Dato a ojo, sin tener ni puta idea, con cara de convicción, nervios de acero y, sobre todo, siendo el primero = Reconocimiento universal.
Medición radiométrica exacta, pero cuatrocientos años tarde = Anonimato (no te conocen ni en tu casa).

Espero que os sirva para sacar conclusiones y para entender mejor el mundo que nos rodea.
Esta tira de Dilbert plasma una idea similar:

(click para ampliar)
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4 comentarios:

Ra dijo...

Sirve, sirve.

HombreRevenido dijo...

El paralelismo con alguna de las cosas que vemos en el mundo que nos rodea es dramático, Ra.
Aunque reconozco que tiene su encanto este caradura irlandés.

Lasa dijo...

¿Has probado a contarle a alguien que no sea de tu ciudad la "historia" de una calle por la que esteis paseando? Al principio cuesta inventarse cosas ingeniosas, pero las calles como Del León, De los Franceses, Del 2 de Mayo, etc... son una enorme fuente de falacias con las que te puedes convertir en un potencial guia de tu localidad. Pero como tu dices, siempre hay que poner cara de convicción.

HombreRevenido dijo...

Lasa, exacto. Si es sencillo ser un guía ficticio por las calles de tu ciudad... imagínate lo fácil que fue para algunos espabilados hacer de guías espirituales. Todo encaja, cuanto más inverosímil mejor. Trinidades, anatemas, concepciones delirantes, panes, peces...

Si es que en el fondo está todo inventado.