miércoles, mayo 09, 2012

El otro gol de Drogba


Octubre de 2005. Costa de Marfil es un país asolado por una guerra civil que no acaba de sofocarse. Grupos de rebeldes desafían al gobierno (tal vez ilegítimo), nadie reconoce a nadie la autoridad moral para empezar de nuevo. Es uno más de esos países arruinados por la violencia, un territorio sin horizonte, sin futuro.

Los jugadores de la selección de Costa de Marfil acaban de derrotar a Sudán (3-1) y esperan noticias del otro partido decisivo. Un par de minutos les separan de clasificarse para el mundial de Alemania'2006, el mayor logro deportivo imaginable. En Yaundé, se señala un penalty en el descuento a favor de la selección de Camerún. Si marcan, se acaba el sueño costamarfileño. Momentos de angustia. Pierre Wome lanza fuera. Lágrimas de tristeza y de alegría.

En el vestuario, interrumpiendo la celebración, el capitán de "les elephantes", el imponente delantero Didier Drogba, reune a sus compañeros, se dirije a la cámara arrodillado y lanza un mensaje:  "Ciudadanos de Costa de Marfil, del norte, sur, este y oeste, os pedimos de rodillas que os perdonéis los unos a los otros. Un gran país como el nuestro no puede rendirse al caos. Dejad vuestras armas y organizad unas elecciones libres". Aquí las imágenes.

Drogba había nacido en Adijan, en el sur del país, zona controlada por el gobierno. El norte era territorio en manos de los insurgentes. Cuando en 2006 nuestro hombre es elegido mejor jugador africano, decide que el primer lugar al que viajará a festejar con sus compatriotas su éxito es a la ciudad norteña de Bouaké, fortaleza de los rebeldes. Comienza un ambicioso plan. ¿Quién en el norte puede negarse a recibir al flamante ídolo nacional? ¿quién en el sur puede atreverse a criticar el desafío?. Didier Drogba pide jugar un partido de la selección en Bouaké, donde no había habido fútbol durante los 5 años de hostilidades.

El 3 de junio de 2007, los ministros del gobierno y los cabecillas rebeldes acuden al partido Costa de Marfil-Madagascar. Cantan juntos el himno nacional y terminan rendidos a la evidencia. Se dan la mano y comienzan una larguísima transición que concluyó con las elecciones de 2010 (que conste que Costa de Marfil no ha arreglado sus problemas, sigue siendo un polvorín).

Pero me apetecía recordar hoy el compromiso de un hombre que aprovechó su gloria deportiva (tan merecida o tan absurda como la queramos ver) para poner la primera piedra de un largo camino.
El mejor gol de Didí, el más inolvidable.
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7 comentarios:

Mrs. NB dijo...

Pues fíjese que celebro ese gol hoy con más ímpetu que los de mi Atleti.

Aprovecho la ocasión para darle al césar lo que es del césar: felicidades por su postre y premio literario.
Y, al descuido, le pongo cara a su ilustrísima.

La Maripili dijo...

Estoy con Mrs. NB, yo también celebro ese gol más que los de mi atleti.
Que me gusta a mi este blog, mira por donde!

Anónimo dijo...

olé............

PepitoGrillo dijo...

¡ Goooooooooooool !
¡¡ Gooooooooooooooooool !!
¡¡¡ Goooooooooooooooooooooooool !!!

HombreRevenido dijo...

Mrs. NB, era mi mejor foto, la más favorecedora (justo después de la depilación veraniega).

El de Drogba fue un gol para celebrar. No hay duda.

Maripili, pero cuanta colchonera hay por aquí...
El blog tiene también sus semanas malas, no te creas. En el 2007 tuvimos una.

Hund Dido, oé oeoeoeoé...

PepitoGrillo, golazo.
A celebrarlo a la fuente (a la que sea).

Alejandro dijo...

No conocía la historia pero no me sorprende. Los futbolistas africanos, no todos pero sí bastantes más que los divos de por aquí, tienen un concepto muy social de su fama. Kanouté tiene una fundación que él mismo dirige para ayudar en su país.

Grande Drogba, en todos los aspectos.

Y grande tú, maestro.

HombreRevenido dijo...

Alejandro, gracias. Es verdad que la implicación de los futbolistas africanos parece mayor desde la lejanía.
También es muy triste que tenga que ser un joven futbolista el que venga a traer la cordura a un país.