viernes, julio 13, 2012

El mañana efímero (Antonio Machado nos conocía)


La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañaba huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbre de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

(Antonio Machado, 1875-1939)

5 comentarios:

ro dijo...

Nos conocía muy bien.

Mrs. Nancy Botwin dijo...

Esto si es porno para mujeres.
Encastado.
Poético.
Eterno.

Mrs. Nancy Botwin dijo...

Sí, afirmativo.

Anónimo dijo...

Pasan guerras, gobiernos, dictadores, salvadores de la patria, y seguimos igual, como un país de pandereta (frase tópica, lo sé, pero que considero real). Lástima no haber sabido o querido ganarnos una dignidad propia...

HombreRevenido dijo...

Ro, está claro. No hemos cambiado demasiado.

Mrs. Nancy Botwin, así tendría que ser.

Anónimo/a, siempre estamos a tiempo de cambiar. Nos va a costar, pero sigue siendo posible.
Nos podemos dar un plazo razonable, no sé, un milenio más.
Cruzaremos los dedos.