martes, septiembre 18, 2012

Circu-leo



Hoy tenía un montón de cosas sobre las que escribir (mentira, estoy tieso) pero las dejo a un lado por una noticia de la que me he enterado casualmente (en Twitter) porque hablaba de ella un señor con bigote (el ABC): El Círculo de Lectores cumple 50 años.

El enunciado de la noticia, por sí solo, ya es un post. A lo mejor ni siquiera es verdad. Pero a estas alturas de la película, ¿a quién le importa la verdad?.

A lo mejor hace 60 o 70 años que nadie me habla sobre el Círculo de Lectores. Lo pongo en mayúscula por justicia. ¿Qué hacen? ¿cómo son ahora? ¿a qué dedican el tiempo libre?. Porque la fórmula de venta directa puerta por puerta no puede seguir funcionando igual que antes. A no ser que los camuflen pícaramente, tipo tupper-sex o thermomix. Sobre todo que termine en X, allí está el misterio; 4 años de carrera y 2 de máster para entender que la mercadotecnia es eso, mayormente.

A mí lo del Círculo de Lectorex me parece muy entrañable. Consumo subdesarrollado (al que pronto volveremos) lleno de buenas intenciones. Yo me enamoré de la literatura gracias a su selección de libros infantiles (además de los Mortadelos que me compraban cuando salíamos de veraneo). Yo le mentí al señor del Círculo de Lectores diciéndole que mis papás no estaban en casa (cuando sí estaban, pero no les apetecía comparecer).

El Círculo ha formado parte de mi aprendizaje. Ahora con el internet ya nunca será lo mismo. Los catálogos de antes, salpicados de sopa y fanta naranja, eran una gatera por la que acceder al sublime templo de la sabiduría. Con ellos se podía matar a una mosca pesada que te estuviera jodiendo la siesta. Intentad hacer eso ahora con la web de Amazon. No podéis ¿verdad?. Lo dicho, un atraso.

9 comentarios:

Unknown dijo...

Yo también les debo una parte importante de mi biblioteca, pero lo tenían muy mal montado. Dependías de unos distribuidores fatalmente pagados que hacían lo que podían, y que a veces eran unos sinvergüenzas de tres pares de cojones.

En mi zona hubo una época que cambiaban cada mes. Le hacías el pedido a un tipo y te lo traía otro pollo distinto al mes siguiente. Hubo un libro que me cobraron y no me trajeron. Reclamé y reclamé, pero como el que oye llover. Me negué a recibir/encargar más libros hasta que me trajeran el que me habían cobrado, y ellos lo entendieron como que me daba de baja, a pesar de que, de vez en cuando, cuando me llamaban de atención al cliente, les contaba (una vez más) el problema. Y así quedó la cosa.

El tema de los distribuidores lo llegué a conocer porque uno de ellos había sido compañero de clase mío, y me contó la movida. Hoy día, no se como sobreviven frente a Amazon u otros servicios similares (aparte de frente a los lectores tipo kindle), pero vamos, que si no sobreviven me da bastante lo mismo.

pazzos dijo...

Al Círculo le debo muchas cosas. Por ejemplo, aprendí a decir "guaflex con acetato". Y descubrí "El barco de la muerte" de Bruno Traven, probablemente porque la portada era naranja y con calaveras. Y les debo una edición espléndida de las Mil y una noches (a quien me la regaló también) que acabaré de leer cuando me jubile.

HombreRevenido dijo...

Expatriado, tu primera estafa, ¿ves como es un programa didáctico inmejorable?. Gracias por el testimonio.

Yo sólo he hablado del regusto positivo. Pero pesados eran un rato y, por lo visto, también tenían su lado oscuro.

Pazzos, ¿no serán muchas noches mil y una?
Debe de ser un tochazo...

molinos dijo...

Que bonito post rollo " Cuéntame"...

Nosotros tuvimos un comercial que se desesperaba y llegaba a casa, se sentaba en una silla que habia en la entrada y rellenaba la ficha con nosotros...era muy majete..luego tuvimos un pesadísimo al que no abríamos la puerta...era un stress.

El niño desgraciaíto dijo...

Yo nunca fui del círculo de lectores. Mi madre siempre decía que del círculo eran los que no leían o no sabían qué leer y eso se me quedó metido dentro.

Anónimo dijo...

Sobre que tiene un lado oscuro...lo confirmo¡¡¡ a mi se me metió uno a última hora en la oficina (la tengo a pie de calle) y como no supe negarme lo dejé hablar. Mi madre fue socia durante años y claro, me ganó la melancolía. Me vendió el diario de Auster y me sacó dos leuros (pa tabaco seguramente) cuando me llegó el libro de manos del "comercial bueno" se me quedó una carita de tonta bastante interesante...
en fin, que el círculox está muy arraigado en todos.

HombreRevenido dijo...

Molinos, la llegada del otoño hace que me den estos arranques de nostalgia. Mala cosa.

Los comerciales pesados eran casi casi testigos de Jehová.

Niño desgaciaíto, eso nos pasaba en mi casa. Al principio no sabíamos, luego cuando nos centramos nos borramos.

Anónimo/a, de todo se saca una buena enseñanza. Estafillas, incordios, literatura... todo forma parte del aprendizaje.

La Maripili dijo...

Es verdad...que recuerdos! gracias al círculo de lectores mi madre ha tenido una cosa más que reprocharme: te compro libros todos los meses y no te los lees, y una colección completa de biografías como la del Papa, la Reina, Mario Conde...etc

HombreRevenido dijo...

Maripili, así estamos entre todos deforestando el Amazonas.