domingo, junio 05, 2016

Consejos para un campeón

Eres el mejor. Lo sabes. Eres la mejor persona que conoces y te lo mereces todo.
Eso es así. Pero tienes que enfrentarte a un gran enemigo. Uno de esos problemas que no tienen solución. O, mejor dicho, sí la tiene, una resolución en la que acabas jodido.

El problema de Ali, antes del famoso "The Rumble in the Jungle" (su icónico combate en Kinshasa) se llamaba George Foreman.
Era más joven.
Era más grande.
Pegaba más fuerte.
Imaginad al tío más pesado que hayáis conocido en una noche de copas. Pues ese tío es un mindundi comparado con Foreman, el campeón del mundo de los pesos pesados.


La haré breve. Muhammad Ali tenía motivos para estar aterrado. Se jugaba su prestigio pugilístico mientras todos pensaban que era una res camino del matadero.
Me río yo solo pensando en los consejos que recibió aquellos días.

Seguro que alguien le dijo: "sé tú mismo, no pierdas tu identidad". Por eso, como cuenta Norman Mailer, en el vestuario le repetía a sus asistentes: "¿Qué voy a hacer?" y le respondían una y otra vez: "¡Vas a bailar!"
¿Puso en juego Ali su famoso juego de piernas? No, no bailó.

Seguro que otro tipo le aconsejó: "sé prudente, por lo que más quieras".
Ali tenía experiencia y conocía lo que nunca debe hacerse para dar ventaja al adversario.
¿Fue prudente Ali? No, no lo fue.
En el primer asalto sorprendió a todo el mundo con una serie continuada de guardias de derecha (right hand lead), un golpe muy peligroso porque el boxeador que lo da se expone al contraataque. Y no tenía enfrente a un boxeador amateur sino a la mayor bestia parda de todos los tiempos. Pero ¿qué golpe no se esperaría nunca Foreman? Exacto, la guardia de derecha.


Lo había intentado Ali, de una forma poco ortodoxa, pero no había podido tumbar al campeón en el primer asalto. Eso sí, consiguió enfurecerlo.
Imagino que muchos le habrían advertido: "no hagas que se enfade o te matará".
¿Hizo caso Ali? No, lo cabreó a conciencia, y cada vez que Foreman le sacudía una serie fina de hostias azuzaba con malicia: "¿eso es lo más fuerte que sabes pegar?"

Cualquiera que sintiera cariño o respeto por Ali le habría aconsejado, o suplicado más bien: "no te encierres en las cuerdas". Bla bla bla... es muy fuerte... bla bla bla... te arrancará la cabeza...
¿Eludió las cuerdas Ali? No, se quedó allí la mayor parte del tiempo, encajando.


Como en esos artículos del tipo "10 consejos para emprender" o "5 ejercicios para conseguir unos gluteos marmóreos", Ali pudo seguir las consignas de los demás (nacidas del sentido común). Pero eligió no hacerlo.

Su orgullo y su voluntad le ayudaron a aguantar el castigo. En el quinto asalto, Foreman empezó a desfondarse de tanto pegar enloquecidamente. Antes o después iba a rebajar la atención.

Sucedió en el octavo asalto.  Foreman tenía a Ali contra las cuerdas y descuidó la guardia. El resultado fue un KO muy fotogénico, la victoria más famosa de Ali y un nuevo capítulo en su leyenda.


Todo el mundo ha hablado estos días del deportista, del activista y filántropo... pero a mí me ha apetecido contar una historieta sin más.
Ver a un hombre con una visión, pasándose por el forro todos los consejos, me parece una espectáculo colosal y un gran ejemplo.

5 comentarios:

Luxindex dijo...

Es verdad, HombreRevenido, qué bien lo has hecho ver.

El combate, pura estrategia, es muy instructivo. Mohamed Ali (Cassius Clay para el mundo) gana por cintura e inteligencia, no por puños (aunque de boxeo hablemos). Eso sí, aunque no bailó, yo puntualizaría que se arrinconó más que una gata en celo y se hartó de hulahoop. Es más, la última hostia tipo pan de pueblo que le arrea a Foreman tampoco es para que éste se ponga así. Pa’ mí que Foreman se va al suelo exhausto de llevar casi media hora pegándole al aire. Y eso cansa mucho. Que me lo digan a mí que llevo toda una vida así. Uf.

Y sí, el público estaba con Ali, y eso cuenta.: fuese un leñazo del quince o una caricia de madre primípara a su recién nacido, el público le jaleaba cada lance que no veas.

el chico de la consuelo dijo...

Voy a comentar con la moderación que me caracteriza sobre el hijoputa de Cassius Clay.
Este tipo se creó un personaje de salvapatrias que el mismo se creyó. No era un negro de los del algodón como pudo ser mi adorado Frazier, ni siquiera uno de esos negros urbanos de barrio como pudiera luego ser Tyson. Pero se puso la bandera de salvador, construyó su personaje y a él que se dedicó toda su vida.
No es un tonto esencial como cristiano ronaldo,que es asi porque no puede ser de otra forma; sino que Clay era un tio muy inteligente que decidió vivir del show business consistente en humillar a los demás con la excusa de hacerlo por la salvación de la negritud.
Gano a Liston, consiguió el titulo mundial y se negó a ir a Vietnam con una frase memorable y brillante de que ningún vietkong le habia humillado tanto como sus compatriotas. Lo que se cuenta menos es que unos años antes le habian declarado no apto por razones intelectuales para el servicio militar.
No vamos a hablar de su pensamiento integrista religioso,intransigente hasta con su propia mujer, si no se seguía sus preceptos.
Pero pensó que a su vuelta tras la sanción, todo el mundo le iba a tratar como un rey. y así fue.Pero resulta que un pobre negro inculto, de los que él decía querer salvar se enfrento contra él y vaya por dios que le ganó, ese era Frazier. Noble, inculto,sin don de palabra,trabajador y buen boxeador.Y al que el integrista de Clay le llamo desde Tio Tom, hasta zoquete pasando por otras lindezas para humillarlo aprovechandose que el bueno de joe no sabía hacer la o con un canuto.
Y

el chico de la consuelo dijo...

Foreman era el mejor. Y sobre todo el que peleaba con más inteligencia. Pero cometió el error de creer que Clay era tan tonto como parecia. Y ahí la cagó porque Clay era un hijoputa pero no un gilipollas, más bien lo contrario.

Foreman habia ganado a Fraizer en Kingston en el segundo asalto, porque joe era como un tanquete y quiso pegar a Foreman de cerca, de muy cerca al fulano que tenía los brazos mas largos de los rings. Así que cuando Frazier se iba a acercar, Foreman ya le habia arreado cuatro guantazos desde casa. La cosa es que lo tumbó sin respirar y casi sin despeinarse.
En zaire pensó que pasaría lo mismo. Pero Ali se entrenó expresamente para recibir. de hecho contrato a varios sparrings solo para que le sacudieran en las cuerdas. Eso es lo que entendia que era su unica salvación. Si pasamos del sexto asalto encajando es la unica forma de tener oportunidades cuando el monstruo se canse un poco. Ese cobijarse en las cuerdas se llamó Rope a dope. Y ya fue el paradigma de un principio esencial. No gana el que mejor pega sino el que mejor encaja.

A partir de ahí Clay consiguió varios hagiografos como mailer, de un baboseo patético tipo marca con el madrid. Mailer era tan buen escritor como poco objetivo y ensalzó sin mesura a este personajillo en un libro llamado el combate y En la cima del mundo. (por cierto con un prólogo cojonudo de andrés barba).



el chico de la consuelo dijo...

Peeeero todavía le quedaba una factura pendiente: el negro algodonero que le habia jodido la vuelta entre olor de multitudes, o sea frazier.
Habían disputado un segundo combate después pero de tan evidente mangoneo arbitral (tipo mejuto y su amiguito rafa joder) que no habia satisfecho el ego de clay para nada.
Así que el dictador filipino puso la manduca y los negritos las hostias. Y a Manila que se largaron para zurrarse.
Y ahí se celebró el cobate más despiadado que se recuerda. Donde Frazier canalizó todo su odio. En un momento final cuando le estaban cortando ya las cuerdas de los guantes a Ali, el entrenador de Frazier tiró la toalla. Ali no respiraba, frazier no veía. Frazier perdió la pelea Ali la vida. Debió haberlo dejado entonces dijo su médico. Nunca volvió a ser el mismo.
Frazier se retiró a Philadelfia donde malviviría en su gimnasio. Le preguntaron que sintio cuado vio a Ali encender el pebetero en Atlanta. ganas de tirarlo dentro comentó.

No siempre hay justicia y hoy todos lloran a Ali como buena persona y olvidan a Frazier que falleció hace unos pocos años, casi olvidado.
Dicen que el espiritu de Frazier se encarnó en marquez cuando desintegró al bocazas farsante de Pacquiao en su cuarto combate. Puede ser, pero eso será otra historia.

Podeis leer esto en mi post sobre la filosofia del boxeo

HombreRevenido dijo...

Luxindex, yo creo que fue una estretegia genial. Y además funcionó (que no siempre ocurre).

Genial este contrapunto, Chico de la Consuelo. Que conste que yo no conozco a fondo a Ali, he utilizado el relato para contar algo distinto al boxeo (del que sé más bien poco).

Fuero buena o mala persona, Ali era un gran manipulador, dicho en el mejor de los sentidos. Conseguir que todos bailen a tu alrededor tiene su mérito. Los Guardiola, Simeone o Mourinho lo consiguen y lo utilizan, por poner un ejemplo.

Ali es un icono y contra eso nadie podrá luchar nunca. Como a los mitos, se le atribuyen facultades sobrehumanas.
Tuviera o no mérito, que Ali encendiera la antorcha de Atlanta debió de ser una puñalada para Frazier, pero si lo piensas fríamente: un negro, musulman, encendiendo el pebetero en 1996, en Atlanta (Georgia), es uno de los 3 o 4 momentos más importantes del cambio de siglo en América.

Todos sospechamos que los santos nunca son tan santos como nos cuentan. Pero muchos son llamados y pocos los elegidos.
Y en 100 años, todos calvos.