jueves, mayo 22, 2014

Gráfica Mente

Hoy iba a rajar de un medio de comunicación local pero me voy a contener. Me la habían dejado en bandeja, y sin embargo voy a pasar. No merece la pena. Sería publicidad gratuita. Ayer fue mi cumpleaños y tengo que mantener el karma fresco.

Como tuvisteis día libre hoy tendremos que aprender al doble de velocidad (que tampoco es difícil).
¿Cómo analizar el mundo rápido, a volapié? Con estadísticas.
¿Preparados? ¿sí? ¿no? ¿50% sí? ¿47% no? ¿3% no sabe / no contesta?
Pues allá vamos. ¡Concentración!

(clic para ampliar)


Más encasillados que Pajares y Esteso.



El famoso: "una de cal y otra de arena". Aunque nadie sepa nunca cuál es la buena y cuál la mala.



¡Huesconsin, sois de puta madre!



Camuflaje ortográfico se llama. Antagonista de los correctores ortográficos de los móviles que directamente escriben lo que quieren justo después de darle a enviar. No hay forma de acertar.



Carcajada tántrica, como para dentro.



Universos paralelos.



Aplicable también al mojito, a la sangría y a tantos otros pecados nocturnos.



Uy, esta última se me ha escapado.
Pero ¿a qué mola también?

Estáis en deuda conmigo. Y con casi todos.

miércoles, mayo 21, 2014

Calibre 38


Estoy dispuesto a hacer un ejercicio de instrospección, de investigación interior con cámara oculta. Hay que tratar el asunto con rigor y metafísica.
Hoy cumplo 38 años y, a priori, no encuentro signos externos ni de entusiasmo ni de depresión. Me enfrento a mi propio misterio. Voy a desenmascarar al simio cínico que mueve los hilos de este... simio cínico.

La cuestión es sencilla. Cuando uno lee un libro, ve una serie o una película tiende a identificarse con los personajes. Es un ejemplo asombroso de empatía. Llevamos solamente unos minutos al lado del personaje y ya nos preocupan sus problemas, sus miedos, su dolor, y celebramos sus alegrías, sus logros. El Yo que observa se distingue a sí mismo como algo esencialmente distinto de lo observado, sin embargo no puede evitar esa tendencia natural a identificarse con él.
Algo similarmente igual sucede conmigo mismo y mi mecanismo.

Por un lado hay un mono que actúa, que se inhibe, que va y viene, que sufre y goza. Y por otro lado una conciencia que lo observa todo en segundo plano, que mira por mis ojos como quien mira por una ventana.
El simio no es un personaje excesivamente bien trazado, es algo plano, incoherente, irritante incluso, pero ¡demonios!, en 38 años le he cogido bastante cariño.
Y además tengo la sensación de que esta teleserie extraña va a mejorar muchísimo y pienso seguir viéndola. Así que nada de spoilers.

Hoy haré una pequeña fiesta en la que habrá globos y serpentinas.
Es lo que hago todos los días del año, así que apenas se diferenciará de un día normal.

Y a vosotros... vaya, tanto hablar de mí y me había olvidado de vosotros.
No sé... tomaos el día libre.

jueves, mayo 15, 2014

El experto

Tenía este corto guardado y creo hoy es un buen día. Lo veréis este jueves noche o el viernes por la mañana, incluso habrá alguno que lo vea el fin de semana. Así no tengo remordimientos de recordaros lo absurdo que son muchas veces la mayoría de la reuniones.

Lo mejor de este vídeo es que me ahorra escribir un post sobre el tema porque lo clava.

(Si no os salen los subtítulos activadlos)



Cualquier parecido a la realidad es... la realidad. O una fotografía muy buena.

martes, mayo 13, 2014

No paguéis el rescate ¡¡que me he escapao!!

Hay un tema que me interesa mucho ahora mismo, y es el tema del dentista.
Qué mejor forma de retomar el hilo del blog que un telefilm basado en hechos reales.
La semana pasada la monopolizaron (y la mono-apalizaron) dos asuntos: el trabajo y el dolor de muelas.

Comprenderéis que no escribiera si andaba así por la vida...


Y llegó el momento de ir al dentista.
Lo primero que voy a decir es que los dentistas o dontólogos han mejorado bastante. Serán las nuevas técnicas o lo que sea, pero es evidente que la cosa ha avanzado una barbaridad. Aún recuerdo cuando me arrancaron una muela sin apenas anestesia. Tenía 10 u 11 años, por lo que sea la anestesia no hizo efecto y pasé un rato malo. A aquel señor de los alicates sólo le faltó ponerme el pie en el pecho para estirar. Madre mía qué procedimientos...
Cuando mi cerebro esbozó aquel pensamiento: "Simio, tienes que ir al dentista" mi primer pensamiento fue...



Sea por la experiencia traumática o porque soy una nenaza, me da angustia el dentista. Me entran los siete males cuando cruzo la puerta. Y eso que ahora me atienden con una sonrisa y el nuevo dentista es afable y delicado.
Estoy tranquilo por dentro pero en la superficie un sudor frío recorre mi frente, tiemblo, araño el paritorio ese en el que te tumban. Cuando me ponen la lámpara en la cara tengo ganas de confesarlo todo. Y ojo que la lista sería larga, tengo un historial delictivo bastante majo. Todo esto me lleva a pensar que sería un rehén bastante pusilánime. Si quisieran sonsacarme cualquier cosa los del K.G.B. os delataría a todos vosotros en el mismo momento en el que empezara a girar ese utensilio demoníaco de raspar dientes.

Le dije al dentista que no fuera rácano con la anestesia y creo que me dio ración doble, porque todavía tengo un poco dormida una pierna. Además me recetó ´los antibióticos que me han curado y el nolotil que me terminó de sacar a hombros de la plaza de toros de la desolación.
Fue algo más o menos así...



Sin dolor trabaja cualquiera.
Sin dolor de muelas escribe en el blog cualquier mono.
Incluso pude pasar una gloriosa noche de tweet & chorravision.
¡¡Viva Europa!! ¡¡Viva Polonia!! ¡¡Viva el imperio Austrohúngaro!!
Me vengo arriba.
Estoy de vuelta.