jueves, noviembre 30, 2006

Atención


Cumplo 200 entradas.
Y no se me ocurre qué decir.

Seguramente lo primero de todo... que me alegro de haber empezado.
Y que me lo paso muy bien solo, a este lado.
Puedo asegurar que habrá 200 o 2.000 entradas más (y alguna salida también)

Realmente me asombra captar vuestra atención.

Mañana más.

miércoles, noviembre 29, 2006

Hombre, máquina y ajedrez


Los mass media ningunean el ajedrez por dos motivos fundamentales:
1) No tiene ritmo (ni admite, de momento, animadoras semidesnudas)
2) Enseña a pensar y a analizar situaciones complejas (y eso, se sabe, no es lo que interesa).

En la Academia de chimpancés no es que queramos enseñar a nuestros visitantes a pensar, qué va, queremos ayudar a "pensar mal" (ya sabéis, piensa mal y acertarás); se podría hablar de Bobby Fisher y su duelo con Spassky en Reykjavik (en plena guerra fría las dos superpotencias enfrentadas en un tablero), también del mítico enfrentamiento en Sevilla de los soviéticos Karpov y Kasparov, en el que había en juego algo más que el cetro mundial, era un lucha de ideas, un anticipo del derrumbe del régimen. Podríamos hablar del último gran show, el Kramnik Vs Topalov, con el "toilet gate"
(Parte 1 / Parte 2 / Parte 3).

Dejando a un lado el juego, tan complejo y estimulante que necesitaría una vida extra para poder entenderlo bien, y dejando a un lado las anécdotas del pasado, nos detenemos en un desafío que está en su última fase, el duelo hombre-máquina. Se dirá, ¿no ganó Deep Blue a Kasparov hace unos años? Correcto, así fue, pero jugó con algunas ventajas como sus partidas secretas (el ordenador conocía la trayectoria del "ogro de Baku", todas sus partidas, sin embargo éste no conocía el juego de su rival) o el poco tiempo de descanso entre las partidas (asumiendo que, claro, la máquina no se cansa).
A día de hoy son Vladimir Kramnik, flamante campeón del mundo, y el ordenador Deep Fritz los que se están enfrentando en Bonn. “Si pierdo por amplio margen, el debate habrá terminado”, comenta el humano. El ordenador, de momento, sólo hace "bip... bip..."



Aquí puede seguirse este extraordinario pulso del que iré informando.

De momento gana la máquina, debido a un garrafal error de Kramnik, que rozó la victoria en las dos partidas disputadas. En la primera no consiguió materializar su superioridad. Y en la segunda, cuando tenía una ventaja clara regaló la partida con un despiste increíble, una catástrofe. ¿Cómo explicarlo? El genio humano es capaz de comprender, la máquina de analizar millones de variantes en segundos. El ser humano puede equivocarse, la máquina obcecarse en direcciones de pensamiento inútiles.

Quizás sea la última vez que un ordenador pueda ser derrotado. Quizás en 5 años recordemos con nostalgia los tiempos en los que la profundidad de una mente podía desafiar a la profundidad de cálculo de una computadora.


PD.- La capacidad combinatoria del ajedrez es casi ilimitada: las partidas distintas que pueden disputarse, según algunos matemáticos, conforman un número mitológico (1... seguido de 123 ceros), probablemente más que átomos hay en el universo entero. Vaya.

martes, noviembre 28, 2006

Los martes: CINECLUB - 26 - Dublineses (Los muertos)


The dead - 1987 - Director: John Huston

Reparto:
· Angelica Huston (Gretta Conroy)
· Donal McCann (Gabriel Conroy)
· Helena Carroll (tía Kate)
· Cathleen Delany

Guión: Tony Huston (adaptando a James Joyce)
Música: Alex North

John Huston, en una silla de ruedas, junto a su mascarilla de oxígeno, se planteó su último gran reto, adaptar la magia serena del último relato de "Dublineses", del genio Joyce. La quietud ruidosa de una fiesta, con título extraño "Los muertos", será su testamento cinematográfico, íntimo, una de las mejores películas de la historia.

Es el día de la Epifanía de 1904, las señoras Morkan organizan su fiesta anual y no han faltado ni su sobrino Gabriel, ni su esposa Gretta. Se baila, se bebe, las anfitrionas cantan y tocan el piano, es un mínimo respiro en su inquietud porque no falle ni un detalle. Luminoso y coral, se despliega ante nuestros ojos un teatro de los buenos sentimientos que, acostumbrados como estamos por el cine moderno, nos lleva a desconfiar (si no hemos leído el relato, de lo contrario estaremos fascinados por la exactitud elegante de la recreación). La cena, el discurso de Gabriel, ampuloso y bienintencionado, las conversaciones, la bondad. Nada parece suceder, ni siquiera esa canción, "La joven de Aughrim".

Gretta (una descomunal Angelica Huston) vuelve a casa en silencio. La nostalgia está en sus ojos, y mientras tanto Gabriel la mira, la recupera, la siente, la desea. Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión, que marchitarse consumido funestamente por la vida, piensa el marido, fascinado, destrozado. La confesión de una pasión simple y antigua, de un amor sincero y trágico. El llanto, el dolor del amor. El bullicio es ahora una soledad que mira por la ventana mientras nieva en Dublín; acabó la fiesta, queda un susurro.

Los martes: CINECLUB - 25 - Atrapado en el tiempo


Groundhog day - 1993 - Director: Harold Ramis

Reparto:
· Bill Murray (Phil)
· Andie MacDowell (Rita)
· Chris Elliot (Larry)
· Stephen Tobolowsky

Guión: Danny Rubin y Harold Ramis
Música: George Fenton

Hay pocas fiestas más pintorescas que el "Día de la Marmota" que se celebra en Punxsutawney (Pennsylvania) cada 2 de febrero, donde uno de esos enormes roedores predice si va a adelantarse la primavera o no. Hasta allí se desplaza Phil, hombre del tiempo de profesión, insoportable de vocación (gran Bill Murray). Es un día especial para los habitantes de ese microcosmos (aparentemente limitado) y un suplicio aburridísimo para Phil. Pero... y menos mal que esta historia cuenta con un pero fundamental, con una pregunta que por sí misma nos hace sonreír: ¿qué pasaría si este hombre, amargado y cínico, se viera obligado a repetir el mismo día una y otra vez?

Con esa premisa parte la película, y desde su estreno arrancó con ventaja frente a la gran mayoría, simplemente por tener una idea. El desarrollo es un delirio contenido, que es lo mismo que decir brillante. Sísifo-Phil se verá obligado a recorrer el mismo camino, día tras día. La situación, que en sí misma es cómica, es también metafísica (¿no es nuestra vida un poco asín?). El tono es de alta comedia, inteligente y cuidada, con concesiones al humor visual (el sketch del agua fría en la ducha siempre funciona).

Nadie te entiende, nadie te recuerda. Puedes planificar cada acto con la minuciosidad que desees, puedes jugar, puedes arriesgar, puedes morir y cada mañana a las 6 en punto volverás a despertarte con el "I got you, babe" de Sonny & Cher y un ¡Excursionistas, arriba!. Las combinaciones de días, de emociones y de personas son ilimitadas, y en esas incontables repeticiones se aprende a comprender la propia insignificancia, a ver la propia desesperación, a superarse.
Advertencia a navegantes: es una historia de amor. Advertencia a medusas y peces globo: es más real de lo que parece, anécdotas y fantasías a parte. Advertencia al placton: es mordaz y divertida, una joya.

Los martes: CINECLUB - 24 - Carrie

Este martes hay cineclub, faltaría más. Pero hago un descanso, justo y necesario, recupero alguna de las películas que ya pudieron leerse en el blog del Capitán Lillo. No es pereza, es agotamiento. Así me tomo un respiro y la semana que viene vuelvo a la sección con ideas nuevas.


Carrie - 1976 - Director: Brian De Palma

Reparto:
· Sissy Spacek (Carrie White)
· Piper Laurie (Margaret White)
· Amy Irving (Sue Snell)
· William Katt

Guión: Lawrence D. Cohen (basado en la novela de Stephen King)
Fotografía: Mario Tosi
Música: Pino Donaggio

De entre todas las fiestas paradigmáticas de la vida de cualquier adolescente no hay ninguna como el baile de fin de curso. Vale, lo confieso, en mi instituto nunca hubo ninguno. Vale, lo reconozco, no soy un americano prototípico, soy oscense, no me he puesto traje y pajarita, no he invitado a ninguna chica al baile, sólo me ponía mi camisa vaquera (¡Dios!, la adolescencia y la moda) y luego me emborrachaba, sin más. Pero a pesar de no acudir a ninguno sé sus normas, sé que hay cuencos enormes de ponche, guirnaldas y reina del baile. Suficiente.

En esa América profunda se cría Carrie, extravagante y adorable, víctima de una educación ultracatólica, más bien lunática. Sobresalientes Sissy Spacek en el papel de la adolescente, torpe, hipersensible, y Piper Laurie, en el papel de la madre asfixiante. De Palma desenrolla la película como si se tratara de un palimpsesto asirio de incalculable valor, despacio, con la pausa meditada de la novela, presentando las circunstancias, prefigurando el clímax de muerte y destrucción.

Las burlas, las bromas pesadas, anticipan el escenario mental, la catarsis. Los extraños poderes de Carrie serán el sofisticado medio para la venganza, telequinesis, mover objetos con la mente, solamente con la mente, vamos.
La fiesta, una vez que Carrie parece haber recuperado el hilo social, va a transformarse en pesadilla (nunca mejor empleado el tópico), y a la reina del baile le espera la putada inmisericorde del cubo de sangre. Y ella los mata a todos, claro que sí. Da un poco de angustia, pero se los carga, y no se carga todo el pueblo porque la película no tenía suficiente presupuesto. A Carrie se le ha acabado el buen rollo, se le ha acabado la esperanza, y, criada en la ignorancia, sólo puede explotar irracionalmente.

Para nota el susto final, ¡uh!, imitado después hasta el hastío.

lunes, noviembre 27, 2006

Molusco's Party


Primero dije que no iría. ¡¡¡2,40€ por tapa minúscula y caña!!! Que no cuenten conmigo.

Luego dije que bueno, que aunque sólo fuera probar alguna...

Más tarde, a medida que la semana se desenrollaba como una alfombra, me di cuenta de que no iba a tener tiempo para ir de tapas entre semana, y el finde, con las aglomeraciones típicas, pues "de que no".

Después pensé: oye, si el jueves no se puede quizás el viernes se deba intentar.

Luego decidí que no, que el viernes me iría a ver al Peñas, saldría tarde y vamos, ni tapeo ni ná. (Además, recordé, es carísimo, conmigo que no cuenten).

Al final salí el viernes, como cualquiera podía haber imaginado, me mimeticé en la Huesca La Nuit con mi disfraz de persona, y armado con la frase socorrida "¿qué, de tapas, no?" sobreviví al certamen. Para nota un huesped que sacamos a pasear, procedente de la europa profunda, que miraba con incredulidad todo lo que le rodeaba. A la segunda caña todos hablábamos la lengua de Shakespeare como si fuera propia. A la 6ª caña yo declinaba en latín.

La tapa de la Juliana (que no desmerece la apetitosa foto) me pareció sensacional; hongos, vieira y jamón. Nuestro trilingüe acompañante se despachó con la frase de la noche: "mis amigos no se van a creer que he comido un molusco". Jajaja. Ni los míos, camarada, ni los míos.

sábado, noviembre 25, 2006

El testigo (un cuento de fútbol)


Aunque peque de soberbia les diré que nadie acá sabe más de fútbol que yo; que en la pesadumbre de mi retiro les cuento a los más pendejos la historia de aquella noche del 25 de junio del 78 en la que la Argentina salió campeona del mundo. Los veo escuchar asombrados cada palabra de la misma historia de siempre y siento por un espacio que me envidian, ¿viste?, porque a quién no le hubiera gustado estar donde yo estaba aquella noche.
No me creerán si les digo que era mi primer partido, que estaba un poco nervioso, que al ingresar en la cancha me quedé encandilado con tanto ruido y tanta luz. En el Monumental del River Plate, lleno hasta el tope, se oía el canto especial, creado para la ocasión por la hinchada, que decía: “Vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar”, y cuando el capitán Passarella asomó la cabeza por el túnel se puso todo blanco, lleno de papelitos. La cosa es que yo estaba lo más feliz.
Recién comenzó el partido me sentí especial, sentí que muchos me miraban, qué sé yo… y no es hablar al pedo porque era muy nueva la sensación que tenía, y ahí andaba, desgañado de orgullo, y con un poco de miedo también.
Estaban Passarella, Bertoni, Tarantini, Fillol (un arquero de los de antes, el “Pato”), Gallego, Luque (que era nueve nueve, de los que no achicás ni a trompadas), Ardiles… no se podía perder. Pero desde luego el “Matador” les pasaba por arriba a todos. ¿Vos viste lo que hizo el “Matador”?. Mario Kempes era un tipo alto, fornido, zurdo hasta decir basta. Luego de esa noche volví a coincidir muchos más días con él en la cancha de River porque el cariño de la gente le obligó a volver.

La noche era fresca. Ya se sabía que frío iba a hacer, y en fija que iba a haber que calentar a los nuestros de puro gritar, pues las finales, se dijo siempre, son de juego grave, sin lujos, con patadas, con encontrones. Yo aquel día pensé que era lo normal, aunque después de esa fecha pude ve la cara más amable del fútbol: la extravagancia boluda del “Loco” Gatti, la elegancia envenenada del “Príncipe” Francescoli, la milonga dulce y la suave caricia de fútbol de un muchachito que yo sentía amigo, ¡era Maradona!. Qué lindo, decían con devoción en el barrio de la Boca, levantarse una mañana en domingo cuando a la tarde juega el Diego… que luego lo que le pasó al Diego fue de lo más triste. Que de cocaína no voy a hablar porque no sé nada, pero que no anden con historias porque, de todos, el engañado fue él. Y bueno, lo cierto es que hizo feliz a tanta gente que por ahí le disculpás todo y si sabés como se maneja ya no quedá ninguna duda. Cómo me conocés, Diego. Me tratás bien, Diego.
Me olvidaba de Ricardo Bochini, uno de esos enganches que ya no nacen. ¿Sabés lo que dijo el “Bocha” de Cruyff? Que a pesar de que corría era bueno, je je, todo un personaje el pibe.
Macanás a parte, que Johan Cruyff no estuviera en la cancha con Holanda era todo un alivio. Pero estaba Rep, un extremo de fina intuición y Neeskens, un tipo duro de labor constante, y la calidad sobrada de los demás. Mirá, que si había que perder se perdía, pero no iba a ser sin pelear, claro.

Cuando el ritmo precipitado del encuentro me lo permitía echaba una ojeada a los banquillos. Ernst Happel, el coach de los europeos, tenía la jeta curtida e impertubada del malo de un western. Menotti jamás sonreía, apuraba un cigarrillo y recién después otro y otro, y lo miraba todo con la arrogancia del filósofo indiscutido o del retador que oculta el miedo.
Así me sorprendió el gol de Kempes. Era mi primer gol, y entre el barullo me quedé un espacio emocionado, sin pensar en más nada. Nunca habría podido imaginar un júbilo tal, la felicidad desbordada se extendió como para siempre. Sin embargo, qué hermosos y desconcertantes matices esconde este juego. Cuando Holanda empató, ¿qué sé yo?, sentí como un frío. Me daba bronca, me parecía una cagada grande aflojar ahora, y me ahogué en aquel silencio de tristeza. Con la pálida general la cancha parecía un velatorio, ¿viste?, porque eso mismo es lo que parecía la cancha. Y yo quería ganar, más que nunca; ganar a cualquier precio como el Estudiantes de los tiempos de Zubeldía y Bilardo. El fútbol ya no era el juego más lindo, aquel que encumbraron hombres como el “Charro” Moreno, que comandaba la delantera de River que le decían “La Máquina”, Alfredo Di Stéfano, Pedernera, Brindisi…el fútbol era, más bien, un fervor patriótico, más fuerte que el hambre, más necesario que respirar.
Cuando marcaron, Kempes otra vez, y Bertoni, en el extra-time, me sentí como en un sueño. Ni el más sabio podé definir la felicidad. Es algo como un susurro, ¿viste?, pero que si se grita ya no es nada, no sé, es raro. Y si te da por explicar las cosas te acabás convenciendo de que también pasaste momentos malos, pero luego andás pudiéndolo contar con este orgullo intacto de campeón, y eso es lo mejor de todo… pero era mi primer partido, ¿no es cierto?, yo sería diferente sin aquellos dos goles en la prórroga, ni mejor ni peor, distinto.

Pero la historia no es ésta. La haré corta porque trato de parecer humilde. Al término me quedé mirando al “Flaco” Menotti mientras nos daban la copa y estaba ahí, sentado, con el cigarrillo perpetuo en la cara, y me miró agradecido. Me miró, Menotti, el campeón, el que le había quitado al combinado el miedo a las grandes citas, inventor de un método, de un espíritu, un tipo admirable de veras, me miraba a mí. Entonces comprendí que fue el único que se dio cuenta.
En el minuto 90, antes del final, con uno a uno, Rensenbrink pateó despacio. Suficiente, pensó él. Se acabó, pensó Menotti. Pero no, el poste perdió el gol. Los hay que olvidaron esa jugada, como si les hubieran recetado a todos un golpe en la cabeza, una cura de amnesia.
Vuelvo a repasar en mi interior el lance. Sí, fui yo, yo lo evité. ¡Mírenme bien, yo lo evité!.
No tuve fuerzas para volver a intervenir como aquel día; cuando iba al arco, al botar, tiré por otro rumbo y sólo un hombre lo notó.
Ahora, deshinchado en este cuartito, me entretengo contándole a los demás balones que yo también salí campeón.

viernes, noviembre 24, 2006

Religión


En el blog de Arcadi Espada veo este enlace al NewYork Times.
Se introduce un congreso sobre ciencia y religión, en el Salk Institute for Biological Studies de La Jolla, California.

El doctor Weinberg, inventó una analogía curiosa entre la religión y una vieja tía loca.

Cuenta mentiras, y despierta todo tipo de malicias, y sale adelante, y quizá no le quede mucha vida dentro, pero hubo una vez en que fue hermosa. Cuando se haya ido, quizá la echemos de menos.

Yo me quedo en la anécdota, en la cita, pero la discusión tuvo su miga.
De todos modos, mi visión de la religión cada vez se parece más al budismo dorado de la foto.

jueves, noviembre 23, 2006

Mis circunstancias y yo


Es jodido ser un curri. Por la noche en la oficina en vez de estar tapeando como había decidido, o vendiendo pornografía a los niños, o susurrando versos a la verja de una doña Inés cualquiera, o viendo el rectángulo luminoso que tengo en casa, justo frente al sofá.

Pero pensándolo bien, ¿qué pasa cuando uno trabaja como un curri, pero en el fondo es un gori?

Sabio como la montaña de basura, juguetón e inestable como un fraguel, perseguidor de quimeras como el tío Matt, vigilante y sagaz como Sprocket, soy eso que llaman un subproducto de los 80 (Chernobyl aparte).

Ciertámenes



Me voy a hacer un poco el oscense, venga. Estoy algo nervioso desde que he decidido que iré a tapear un día de estos (hoy o mañana), a pesar del precio y las (posibles) aglomeraciones sociales que tanto me intimidan (hombre, tú por aquí...). Debe de ser porque es una actividad ajena al trabajo, y no sé si voy a saber.

Puestos a elegir me quedo con el certamen que propone Nacho.
Lo cierto es que da la sensación de que son pocos los que quieren potenciar el tapeo en Huesca, y muchos los que pretenden aprovechar este tipo de inicativas para ganar un dinerillo extra. Pero no seré yo quien juzgue esas actitudes. Cada uno en su casa que haga lo que le venga en gana.

Realmente yo echo de menos concursos más auténticos. Me contaban de un pueblo en el que se hace una curiosa competición: la carrera de carretillas con rana dentro. Los competidores dejan sus carretillas metálicas en la plaza durante toda una mañana de verano. Como se puede deducir, al mediodía la carretilla está al rojo vivo. Entonces empieza la carrera, que consiste en trasladar una rana con la carretilla, desde la salida hasta la meta. Pero la carretilla sólo puede avanzar con la rana dentro, y podéis imaginar el tiempo que dura la ranita dentro de la carretilla ardiendo. Salta y comienza la persecución de la rana. Hay que cogerla y volverla a meter en la carretilla. En fin, un sandiós importante, un delirio de película.

Otra competición interesante, de otro pueblo de la provincia, es el fieming. Se trata de una disciplina en la que todos pierden, y consiste en saltar a un remolque de fiemo. Evocador.

Yo abogo porque no se pierdan estas hermosas tradiciones, estos folclorismos insuperables.
En Huesconsin deberíamos fomentar nuestras habilidades esenciales, inventar el capacing, las carreras por el coso con carrito de bebé (esta vez sin dejar el carrito al sol), o concursos de aparcamientos originales en doble fila (puntuado por la policía local, ese colectivo amigo). Sé que seguramente esto que digo lo haya propuesto Gofi en alguno de sus chistes gráficos, pero me arriesgo a quedar a su altura.

¿Conocéis o se os ocurre alguna competición más?

miércoles, noviembre 22, 2006

Animales Acojonantes (10) - EL CORTAPICHAS


No hay nadie más sigiloso ni más mortífero que el cortapichas (también llamado tijereta). Puede estar debajo de cualquier piedra, bajo cualquier mueble, entre la ropa, entre las sábanas, dentro de las hogazas de pan, donde menos te lo esperas. Si te descuidas, por la noche, podría meterse en tu cama y cortártela poquito a poco sin que te dieras cuenta. O meterse por tu oreja y desmigajarte el cerebro. En definitiva, un ninja de la naturaleza.

Sin embargo, lo verdaderamente grande de este bichejo es que, consciente de su enorme capacidad destructiva, es apacible. Se pasea chinochano por cualquier recoveco del planeta (cosmopolita como es él) moviendo las antenas al compás. Nunca ha tenido aspiraciones (¿rey de la selva? ¿presidente de la república del bosque?, ¡ja!), para qué, si puede hacer lo que le plazca, morder de aquí y de allá.
¿No es suficiente ser independiente, omnívoro, ocre-amarillento y tener una tenaza en el culo? Así piensa el cortapichas, el más feliz de los insectos.


Por eso sabemos que un cortapichas es poderoso, porque es capaz de canalizar su potencial y evitar la violencia sin justificación. No como las avispas, tan infantiles que pican a cualquiera.
Por lo demás, los cortapichas se aparean cuando buenamente pueden. Llegado el momento la hembra se dedica con esmero a los huevos y los machos quedan encantadísimos. Ellos también dominan técnicas de masaje a seis manos, que sólo puede superar en alcance sensorial el afortunado ciempiés.

Le gusta:
- El taichi
- Los recortables
- Ir siempre limpio

No le gusta:
- Que se le corte la mayonesa
- Los insectos que sólo saben buscar follón, porque si no pican a alguien no se quedan a gusto
- El pelo largo

martes, noviembre 21, 2006

Los martes: CINECLUB - 23 - Mulholland Drive


Mulholland Drive - 2001 - Director: David Lynch

Reparto:
· Naomi Watts (Betty Elms)
· Laura Elena Harring (Rita)
· Justin Theoux (Adam Kesher)
· Ann Miller

Guión: David Lynch
Fotografía: Peter Deming
Música: Angelo Badalamenti

A una amiga mía le sucedió en el cine, yo, por suerte, pasé por la misma experiencia en la soledad de mi hogar. Declina el verano, vas al videoclub (qué antiguo), alquilas un VHS de aquellos, te dispones a ver una película de la que no sabes nada, salvo que el director parió Twin Peaks (el rarito de David Lynch). Cenas. Te recuestas. Abres los ojos. Te dejas abducir por una película que te fascina, a veces de modo insano. Pasan dos horas y media. Fundido en negro. Acaba la película.
Parapadeo cerebral.
Esto...
Silencio.
¡¡No entiendo nada!!

Así es, jovencillos, estupor absoluto. Yo, que me creía un tipo despierto que entiende los planteamientos complejos, arrollado sin remedio por un final vertiginoso. Fascinado, conmovido... y sin saber por dónde me da el aire.
Soluciones: hay dos. 1) Aquí no ha pasado nada. Si alguna vez sale el tema diré, "no me gustan esas películas de modernos que hacen ahora". 2) Volver a verla. Cuanto antes.
A las 3 de la mañana concluia la revisión del metraje. Por primera vez en la vida veía una película dos veces seguidas. La segunda vez me concentré en los detalles, pero nada. Otra vez el atropello. Me tumbé en la cama, empecé a pensar y poco a poco, durante un par de días, alcancé a comprender.

Mulholland Drive es uno de los accesos a Hollywood, como lo es Sunset Boulevard. Y en esa variedad de caminos, de matices, esta película es un dardo envenenado de sarcasmo contra la industria del cine (...y los sueños, cine son). Además es una turbulenta historia de amor, insólita, visual, siniestra.
Dos actos con el interludio onírico (y qué no es onírico en el cine de Lynch) del Club del Silencio.
La belleza ingenua de Naomi Watts, un guión tramposo y veraz a un tiempo, los misterios, las pistas, el sufrimiento, los lazos; todo empieza y acaba en esa cuneta de Mulholland Drive.
Ni fui yo quien mató a Laura Palmer, ni seré yo quien os desvele las claves de esta arrebatadora película, sin términos medios. Disfrutadla. Advertidos estáis.

lunes, noviembre 20, 2006

Global Orgasm


El objetivo del Orgasmo Global es producir un cambio en el campo energético de la Tierra a través de la mayor oleada posible de energía humana.

Podéis seguir la iniciativa vosotros mismos en esta web: www.globalorgasm.org

Se propone un gran orgasmo sincronizado universal para el viernes 22 de Diciembre, día del solsticio de invierno. Os invito a participar, cada uno a su manera.

¿Por qué correrse podría ayudar a salvar el mundo?

Una pequeña comparación extra (fuera de programa):
- tapa y caña: 2,40 €
- orgasmo: 0 €

domingo, noviembre 19, 2006

Canciones imprescindibles: Corsario de Barrio


Hoy quiero acordarme de esta canción creada por la Factoría Aguarrás para mayor gloria de la música arrabalera. Dedicada a los que pierden, o a los que son aplastados; para los que ganan demasiadas pocas veces y, sin embargo, no reniegan del juego de la vida.


Navegaré entre las olas de los mares
y los bares para huir.
Asaltaré al abordaje una farmacia
en acrobacia de delfín.
Ni un alma hay en la borda,
la noche será larga,
mañana hay que zarpar.
La negra que me importa
trabaja en una sala
con luces colorás.

Soy un pirata de las tragaperras,
soy un pirata, un bicho raro, un desclasao.
Con la bandera negra de la mala conciencia.
Náufrago en la tormenta del "qué te ha pasao".

Conseguiré respeto si hay en los cañones
municiones de postín.
Navegaré en las aceras de mi barrio,
ser corsario no es vivir.
Ni un alma hay en la borda,
la noche será larga,
mañana hay que zarpar.
La negra que me importa
trabaja en una sala
con luces colorás.

Soy un pirata de las tragaperras,
soy un pirata, un bicho raro, un desclasao.
Con la bandera negra de la mala conciencia.
Náufrago en la tormenta del "qué te ha pasao",
náufrago en la tormenta del "qué te ha pasao".

Náufrago en la tormenta, hermano,
qué te ha pasao, mi hermano,
qué te ha pasao, mi brother,
qué te ha pasao
que vas de lao.
Quiero ir donde mi negra
que la noche se acerca;
no tengo un puto duro pa llevarla a bailar.
Y baila
y se mueve
y baila y se vuelve a mover,
mi negra me quiere y no la sé querer.
Atracaré con mi pistola el banco nacional del mundo
pa que sonría un segundo
mi musa de La Habana.

Soy un pirata de las tragaperras,
soy un pirata, un bicho raro, un desclasao.
Con la bandera negra de la mala conciencia,
náufrago en la tormenta del "qué te ha pasao".

sábado, noviembre 18, 2006

Dedos de los pies



Con los dedos de las manos, con los dedos de los pies... así comienza una tonadilla popular de poética difusa. Si con la picha y los cojones todos suman 23, ¿por qué esa discriminación? (sin contar que vosotras, mujeres que en el mundo sois, no llegáis a los 23, aunque podéis tener ese excedente de 3 apéndices disponibles siempre que queráis).

Me refiero a lo siguiente, no os impacientéis: ¿por qué si los dedos de las manos y los pies tienen el mismo valor intrínseco, son dedos a fin de cuentas, los de las manos tienen nombre y los de los pies no?
Pulgar, índice, corazón o medio (o "móntate aquí y pedalea"), anular y meñique. Alguno de los nombres tiene su lógica, su aquel, pero ¿meñique? ¿alquien sabe por qué le llaman meñique?
Cada dedo tiene su nombre. Sin embargo los de los pies no. Tenemos el dedo gordo (¿les costaba mucho decir robusto?) y los demás, como si no importaran, como si no cumplieran su función de dedo con dignidad.
Además de estar casi siempre ocultos, abnegados en la lucha por nuestro equilibrio, tiranizados por el calzado de diseño, les maltratamos ninguneándolos, con el agravio comparativo de sus vecinos ricos de arriba. Sólo de vez en cuando una mano masajeadora se apiada de ellos, pero mientras tanto sufren su sino esquivo, ser el finisterre sureño del cuerpo.

Sirvan estas líneas de homenaje a los dedos de los pies. Una vez con mis amigos decidimos ponerle nombre a cada uno. Hubo agrias discusiones y determinamos que 5 sabios seleccionados pusieran nombre individualmente a cada uno de los dedos. Yo propondría que siguiendo el mismo ejemplo, cada continente decidiera (democráticamente) el nombre definitivo y universal de un dedo. ¿Se os ocurre algo mejor?

¿Alguien se atreve a ponerle nombre a los dedos de los pies? A la mejor propuesta le regalo un soneto o una moneda vieja de 5 duros (a elegir).

viernes, noviembre 17, 2006

TODO ESTÁ EN EL LIBRO



Sai Baba es un santón de la India que puede crear cosas materiales del aire sin más. ¿Es usted Dios? - le preguntó un joven.
Sí. Y usted también - repuso Sai Baba - la diferencia está en que yo lo sé.

Así empieza esta joya de la literatura universal, que se quiten biblias, coranes, taos y milongas. Hace años que mi amigo Perkins me prestó "La magia del poder psicotrónico" de Robert B. Stone, y a sus páginas vuelvo una y otra vez.
Para cerrar la semana de la autoayuda me detendré en este excelente volumen donde, sin pretensiones, podríamos decir que se encuentran todas las respuestas (como prometí).

Prosigue el prefacio después de divagar un rato:
¿Qué conexión existe entre un hombre que produce piedras preciosas de la nada, un hombre que deja de fumar sin esfuerzo, y los hombres que andan sobre fuego sin quemarse?
Los tres están usando la energía psicotrónica.
Y aclara:
Puede que nunca hayan oído hablar de ella, pero no importa. Cuando se le da a un interruptor se encienden las luces aunque nunca se haya oído hablar de la electricidad.

El argumento es sólido, sospechamos, pero ¿para qué podemos utilizar esta extraña energía?. Una acotación del capítulo 2, todavía explicativo, nos avisa: Utilice su poder psicotrónico para hacer realidad sus deseos. Así que era eso. Ante una proposición como esa tenemos que seguir leyendo, diantres. El resultado salta a la vista: a mí me funcionó.

El capítulo 3 entra en materia: Conecte con el generador psicotrónico cósmico para lograr un poder ilimitado sobre los demás. Y posteriormente se detiene en ejercicios menores de proyección psicotrónica para principiantes como aprender a deshacer una nube o la autocuración psicotrónica. Qué sabiduría en el ejemplo y la parábola. En el futuro me haré eco particularizado de alguno de los planes de acción.

El capítulo 5 es contundente y se intitula así: Cómo utilizar los ojos para enfocar la energía psicotrónica en gamberros, tiranos, vecinos molestos y otras personas detestables a las que desee controlar. Ese "controlar" tiene algo de piedad y significa: guiar por el buen camino, más o menos.

El capítulo 7 seguro que os interesará: Alcance un universo de energía psicotrónica para hacer que los demás trabajen para usted. Muy útil.

El capítulo 8 se centra en algo más banal (pero necesario, os pongáis como os pongáis): La mente por encima del dinero, convierta el poder psicotrónico en poder monetario. Ni que decir tiene que todavía no controlo estas técnicas. Lo que sí parece sencillo es revertir el proceso, convertir el poder psicotrónico en dinero (como comprobó el eminente profesor Stone).

El capítulo 9 es elocuente y no precisa comentarios: Poder psicotrónico para superar obstáculos sobrehumanos.

Como veis, nunca un análisis por capítulos fue tan revelador. Pero es que nada hay azaroso en este Libro donde, de forma perfecta, se representan los senderos del alcance ilimitado.
El capítulo 10 nos recuerda ciertos deberes caritativos: Cómo crujen sus manos con la energía creadora para hacer realidad los deseos de los demás.

Y también el capítulo 11, muy útil: Cómo sus ojos pueden dirigir un poder irresistible para lograr que una persona o varias hagan su voluntad. Me gusta el concepto "o varias", es necesario.
Aquí podemos encontrar una técnica que no ha funcionado: Cómo aumentar su coeficiente intelectual y ganarse la admiración y el apoyo de los demás. Sin duda debido a alguna errata de imprenta.

El capítulo 12 nos enseña: Cómo utilizar el poder psicotrónico para predecir el futuro. Y al mismo tiempo incluye un tutorial sobre la forma de cambiar lo que se ve en el futuro (atando todos los cabos, no le llaman poder ilimitado porque sí).

En definitiva, una herramienta de precisión para solucionar vuestros problemas, al precio irrisorio de un puñado de dólares (para qué necesita el profesor Stone vuestras aportaciones si ya tiene su propia máquina de dinero psicotrónica, es sólo una cantidad simbólica para los gastos de distribución).
Todo está en el Libro. Así que si teneís cualquier problema lo consultaré y os daré el plan de actuación. Todo sea por vosotros, lectores ávidos de conocer el funcionamiento del cosmos.
Conecte con el generador psicotrónico universal.
Mire.
Señale con el dedo.
Ejerza un control divino sobre su vida y el mundo.

jueves, noviembre 16, 2006

Al rescate


Dentro de la semana de la autoayuda (qué a gusto me he quedado, por cierto, tras mi reunión de esta mañana) incorporo a la oferta una serie de consejos:

Hacer deporte

Liberar la rabia

Compartir con las amistades


y cualquier otra cosa que se os ocurra

Lo más importante de la vida es respirar.
Además de, claro, visitar este blog curativo, milagroso. Os voy a empezar a cobrar, porque empieza a ser demasiada sabiduría gratuita.
Eso o una subvención de la Unión Europea. Moved el tema vosotros ¿vale?, haced algo, por el amor de Dios.

(en la próxima entrada resolveré todos vuestros problemas)

martes, noviembre 14, 2006

Los martes: CINECLUB - 22 - Bar Coyote


Coyote Ugly - 2000 - Director: David McNally

Reparto:
· Piper Perabo (Violet "Jersey" Sanford)
· Adam Garcia (Kevin O'Donnell)
· Maria Bello (Lil)
· Tyra Banks

Guión: Gina Wendkos
Fotografía: Amir M. Mokri

Dice F.Cueto, que es un partner lúcido, que si no existiera la mierda en el mundo no podríamos apreciar los diamantes. Es la eterna comparación. Así que si a alguno no le gusta esta película que se fastidie, sin contraste no hay fascinación, sin bar coyotes no habría listas de schindler (aunque está claro que me gustan más las listas que las guapas). Dejando a un lado que este experimento creativo queda lejos del gusto del erudito, diré que a veces (de resaca) apetece ver algo que consiga hacerte no-pensar; esta película lo consigue. Y ojo, lo consigue sin ofender a la inteligencia, respetando los instintos primarios, con el efecto teletubbie (en plan adulto), que consiste en que gente vestida de colores (jamelgas varias) bailan al son de la música, y, eso, por sí mismo, ya es mejor que escuchar el retumbar desolador de la oquedad mental.

Con un guión sorprendente que nos guía entre tópicos, argumentos fáciles, vergüenza ajena, buenos sentimientos y estupor surrealista, se cimenta una historia de superación personal de las de toda la vida. ¿Que Violet no se atreve a cantar?, no le demos más vueltas, el Nazareno mismamente tardó 30 años en perder ese miedo escénico a la prédica, la parábola y el music hall. A medio camino entre el videoclip y el melodrama irrisorio crece este hongo espontáneo de humor plano, el exponente definitivo del cine pecera.

Lo mejor de está película, sin duda, es que está hecha en serio. David McNally trata de dirigir una nueva "Cocktail", o una historia desgarradora de la calle, en la que la prota pierde sus inhibiciones y luego triunfa (que cada uno piense lo que quiera). El propio director continuó desgranando sus obsesiones en películas posteriores como "Canguro Jack. Trinca y Brinca".
Pero vamos, caderas cimbreantes, banda sonora al uso, con cameo de LeAnn Rimes incluido, la sonrisa de la prota, camisetas mojadas, ¿se le puede pedir algo más a la vida?

Camino de Damasco


Si hay dos cosas que me atraen (como una polilla a la luz, ¡ja!) son las fechas y las listas (en todos los sentidos). Que lo que voy a contar pasara ayer, precisamente el 13 de noviembre, me tiene estupefacto (cosas mías).

Noche cerrada, 3 de la mañana, estoy en la oficina, trabajando, a golpe de red bull porque tenía un cosa que presentar hoy y tenía que salir todo perfecto. Me detengo. No puedo más, esto no me lleva a ninguna parte, me agoto, me bloqueo, me cabreo... tengo que hacer algo, no puedo seguir así. En esas divagaciones andaba cuando decido apagar el ordenador. Ya vale, leñe, mañana será otro día. Resoplo. En ese momento suena el teléfono. Me da un vuelco el corazón, claro. Nadie me llama los lunes de madrugada.

Miro el móvil, es un número raro: +234803... y un puñao de números más. Me estremezco. Hace un minuto me hacía mil preguntas y ahora... ¿una respuesta?. Hubo un tiempo en que esto se hacía con una zarza ardiendo o un arcángel, pero la tecnología lo facilita todo. En vez de pensar en una de esas películas japonesas en las que suena el teléfono y estás perdido, me da un subidón de intriga. Al descolgar estoy a punto de preguntar: ¿Dios?, pero sólo digo "¿sí?". Cuelgan o llego tarde, no sé. Silencio. La oficina desierta, el ordenador apagado. Silencio.

Lista de signos de la revelación:
1) Llamada telefónica extrañísima
2) Luna menguante en forma de sonrisa sin gato
3) Canción que suena al iniciar el iPod en modo aleatorio: "It's so easy" de los Guns'n'Roses
4) Un pensamiento que cruza el frontón de mi cabeza, oblicua y rápidamente, como una salamandra


Comprendí (precisamente en mi semana de la autoayuda) que lo que necesitaba era:
1) Dormir
2) No dejar de sonreír
3) No dejar de escribir
4) No dejar de dar
5) Aprovechar el tiempo un poco más
6) Fijarme objetivos realistas

Con eso garantizaba el 85% de mi felicidad. Porque seamos serios, el esfuerzo inhumano de ayer por la noche no ha contribuido a mi desempeño de hoy, en nada.
Estoy a gusto con la persona que soy, ¿por qué amargarme? ¿por qué exprimirme?

Es difícil autoayudarse, más fácil es autodestruirse. Tal vez sólo necesitamos un empujón, una revelación, una conclusión, para espolearnos, conociendo nuestras fortalezas y nuestras limitaciones.
Es como cuando vas en un avión y dicen: en caso de accidente meta la cabeza entre las piernas, y tú piensas: si pudiera meter la cabeza entre las piernas no tendría ninguna necesidad de salir de casa.

lunes, noviembre 13, 2006

Guerreros de la noche


Influido por mi recuperación del ánimo y por el descacharrante recital de Les Luthiers (qué buenos son, pardiez) protagonicé un interesante episodio anoche que trataré de relatar sin caer en la tentación de la épica.

Entradas las agoreras tinieblas de la noche en el profuso mar de mi habitación, rodeado de peligros indómitos... vale, de acuerdo, sin apelar a la épica, sólo lo que pasó, sin adornos.
Llegué a casa anoche, eran las 2 de la mañana y procedí a desvestirme. Cuando me hallaba descalzo, con el torso desnudo y vestido sólo con mi pantalón de pijama (de felpa) fui atacado inmisericodemente por una enorme polilla. La polilla más grande de la historia, como una croqueta. Qué digo una polilla, era un pequeño pterodáctilo asesino. En un respingo ágil, errollflyniano casi, esquivé al bichejo y comprendí instantáneamente que estaba indefenso, que empezaba una lucha a muerte, sólo podía quedar uno. Sin más armas que mi arrojo, a pecho descubierto, me enfrenté con la polilla. Tomé en mi mano derecha un libro que escribí hace 12 años, intitulado: "Cómo hacer el amor a los 70, sin que los otros 69 se enteren", recopilando fragmentos delirantes de mis escritos en BUP, COU y primero de carrera (mi etapa azul). Blandí el libro desafiante. Ya puedes venir a por mí, te estoy esperando.

El animal se agitaba nervioso. La polilla también. Casi tiro la lámpara, no conseguía alcanzarla por más que braceara, sólo agitar el viento y desequilibrar su vuelo con las turbulencias. Necesitaba más espacio para concretar la cacería. Siempre he sido pacífico, pero la polilla me había atacado, y yo no iba a poder dormir tranquilo sabiendo que en la oscuridad de la noche ella podía volver a posarse en mi cara o algo peor. Intenté dialogar. Abrí la puerta, la invité a irse al pasillo, y de ahí a la calle. Si quería quedarse que pagara el alquiler.
Ideé un plan siniestro. Salí al pasillo, encendí la luz, entré en mi habitación, la apagué. Agité el aire amenazante. La polilla se precipitó en un vuelo feroz hasta salir hacia la única luz que se divisaba. Lo había conseguido, al menos estaba fuera de la habitación.
Nos miramos. Ella con todas sus patas y sus alas y ese zumbido. Yo, apolíneo, torso al viento, libro encuadernado con espiral como arma y escudo. Era la lucha final. Empecé a perseguirla por toda la casa. Luego ella me persiguió a mí un rato. Hasta que cometió un error que fue fatídico, voló a media altura y le pegué un volea de revés mortal de necesidad. Juego, set y partido.

Sentí lástima por tan bravo enemigo. Me cubrí púdicamente y leí unas palabras del libro durante su entierro solemne. Tiré de la cadena y me fui a la cama. El descanso del guerrero.

Niños


El niño rompía las hojas en pedazos y casi lloraba.
Romper algo bello, algo superfluo, sin entender el porqué de su impulso. Abandonándose, sintiendo y, por primera vez, comprendiendo que ese es el desamparo mayor que nos otorga la existencia, que la desazón de estar haciendo mal, de estar blasfemando del universo de una forma que nadie, ni cualquiera de los demonios de las horas tristes, podría realmente perdonar.
De qué servían todo el silencio, toda la ocultación al mundo, toda su bondad subsiguiente, si había sido capaz de arrancar esa flor y romperla en pedazos, arrancar esa rama y romperla en pedazos, arrancar las hojas, todo lo bello e inevitable, y romperlas en pedazos. Llorar no sirve. Llorar es fácil. La realidad, el indescriptible abismo, produce un placer sordo y un dolor inmenso. Llorar sería otra blasfemia (su vida de niño se estaba convirtiendo en una concatenación de pecados). Por el mal perpetuo de la humanidad no conviene llorar; los árboles, los niños y las montañas lo aprenden una vez, y es para siempre. No hay que confundirlo con la inspiración de los pies fríos, que dura hasta la lumbre.

Que nadie interprete que allí se acaba todo.
Entender que la pérdida es el principio ofende los instintos, luego debe de tener algo de cierto, como el hambre de los viejos o la esperanza de los escépticos.

sábado, noviembre 11, 2006

"Psico" - terapia


Hoy voy a ver a Les Luthiers, pero pido atención para otro visionario del humor, también argentino (corrijo, es uruguayo), con un inmenso talento para retratar la vida: Leo Masliah.

Hoy estoy cansado, estoy mustio, con una bronca tremenda, con demasiado trabajo. También tengo ganas de salir, pero no creo que pueda. Es la típica mierda envuelta en el típico lazo.
Pero no hablemos de mí que es algo aburridísimo. Hablemos de las soluciones.
El monólogo de la autoayuda, por Leo Masliah.

En una época la gente era muy solidaria, todo el mundo se ayudaba, se daba una mano en lo que cada uno podía precisar. Después poco a poco las cosas empezaron a cambiar la gente dejó de contar con la ayuda de los demás y le empezó a pedir las cosas a Dios. Y Dios al principio les daba todo lo que le pedíam pero después se borró: la gente rezaba, rezaba y no pasaba nada. Entonces la gente como ya no podía contar con la ayuda de la demás gente ni con Dios, se inventó el camino de la "autoayuda". Hoy en día es la única manera de mantenere siempre a flote: nadie puede esperar nada de los demás, los demás siempre te van a hundir.

Por eso hay que practicar la "auto-ayuda". Pero paradójicamente la autoayuda no es algo que se pueda aprender solo, hay libros por ahí que te dicen lo que hay que hacer, pero no les hagan caso, porque son libros de autoayuda, sí, pero para el autor nada más. Son para que él gane guita. Las técnicas de autoayuda que proponen esos libros son falsas, son para que el lector se perjudique, y es lógico porque cuando uno jode a los demás, siempre mejora un poquito: aunque sea por la posición en la que queda con respecto a ellos.

Así que bueno, yo tengo otro método de autoayuda que me gustaría poner en consideración de ustedes. El asunto es así: yo digo frases y ustedes las tienen que repetir en voz alta. Quizás algunas les cuesta un poco repetirlas porque no están muy de acuerdo con lo que dicen, pero yo les pido que no se fijen en eso ahora. El ejercicio consiste en dejarse llevar, para practicar siempre hay tiempo.

Así que vamos a probar con la primera frase que es así: "soy una buena persona". Repitan conmigo: "soooy una bueeena peeersooona". No sean tímidos, aunque no lo crean repítanlo igual, aunque sea falso. Desués se van a ir autoconvenciendo. Vamos a probar con la siguiente frase: "soy una excelente persona". No tengan un dejo de modestia que les impida superarse. Una técnica para poder decir esto mejor es en la palabra excelente, que tiene cuatro "e", la tercera la pueden alargar un poco, pueden decir "soy una exceleeeeente persona" o la "n" que sigue: "soy una excelennnnnnte persona". Enfatiza más la idea.

La siguiente frase: "los demás son una basura". Se lo pueden decir a quien tienen al lado si necesitan material para inspirarse, pero de todas maneras esa frase cuesta mucho menos, genera un poco más de convicción. Sigamos: "yo no lo soy, si basureo a alguien es porque él primero basureó". La frase es larga pero apréndansela porque es muy importante. Igual que esta otra: "todo el mundo, en mayor o menor grado, me jodió; todos tienen su parte de responsabilidad de la situación por la que estoy pasando". No los veo anotar, se están perdiendo esto que es la medula de la parte interpretativa del asunto: porque para poder salir del pozo en el que estamos, lo primero que tenemos que hacer es entender cómo fuimos a parar ahí. Recién después vamos a poder tomar las medidas que nos conduzcan a superar esa situación, situación que a esta altura la podríamos resumir tal vez en la fórmula "todo el mundo me jodió".

La actitud que vamos a contraponer a eso está dada por esta frase: "ya que todo el mundo me jodió, yo tengo el derecho de joder a todos". Anoten eso por favor, pero no lo repitan en voz alta porque sino el que tienen al lado puede empezar a sospechar que ustedes le van a hacer algo. Pero el quid del asunto es: "tengo el derecho de joder a todos". ¿Y cómo puedo ejercer tal derecho? Muy simple, con la siguiente frase: "voy a joder a todos".
Repítanla, pero en voz baja, mientras van planificando la forma de llevarla a cabo; y planifiquen con total libertad, dejen de lado cualquier escrúpulo. Recuerden que esto es nada más que un ejercicio, un ejercicio de autoayuda.

Si les preocupa el daño que podrían causar a los demás, están meando fuera del tarro. Porque acá no se trata de los demás, se trata de uno mismo. La caridad bien entendida empieza por casa. Además ustedes no se pueden preocupar por los demás porque los demás ahora ya vimos que tienen quien les ayude: se tienen a ELLOS. Y ustedes se tienen a USTEDES. Eso no quiere decir que de vez en cuando uno no le pueda tender una mano a otra persona. Sí, se puede hacer, porque sirve mucho de práctica. O sea, todos los errores que ustedes cometan cuando ayuden a otro, después, cuando necesiten hacer eso a ustedes mismos, ya no los van a cometer, les va a salir mucho mejor.

Todo sabemos que esto pasa. ¿Verdad, canallas?

jueves, noviembre 09, 2006

Palabras más, palabras menos


Que todo es relativo no vamos a descubrirlo ahora. Todos creemos poder distinguir Cocacola y Pepsicola, buenos y malos, heroicidad e ignominia. La verdad, dicen, está en los matices. En la Academia de Chimpancés no nos casamos con nadie, nos va la marcha y también nos gusta jugar.

Un jueguecito perverso. Diez frases. Unas son de Ernesto "Che" Guevara. Otras de Adolfo Hitler. ¿Alguien se atreve a distinguirlas con los ojos vendados?


1) Son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma. El pueblo no es de ninguna manera moderado.


2) En nuestra sociedad, juegan un papel la juventud y el Partido.Particularmente importante es la primera, por ser la arcilla maleable con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores


3) Fusilamientos, sí. Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte


4) Siento dilatarse mis fosas nasales saboreando el acre olor a pólvora y a sangre de enemigo


5) El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar


6) Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión, hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de los cuarteles, y aun dentro de los mismos; atacarlo dondequiera que se encuentre, hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite.


7) Allá se negaba todo: la nación no era otra cosa que una invención de los "capitalistas"; la patria, un instrumento de la burguesía destinado a explotar a la clase obrera; la autoridad de la ley, un medio de subyugar el proletariado; la escuela, una institución para educar esclavos y también amos; la religión, un recurso para idiotizar a la masa predestinada a la explotación; la moral, signo de estúpida resignación, etc. Nada había pues, que no fuese arrojado en el lodo más inmundo.


8) Para empeñar la lucha desde afuera contra un poder semejante, era preciso revestirse de coraje indomable y hallarse dispuesto a cualquier sacrificio. Para esto, empero, era menester el concurso de los hijos del pueblo.


9) Si uno se preguntase, cuáles son en realidad las fuerzas que crean o que, por lo menos, sostienen un Estado, podríase, resumiendo, formular el siguiente concepto: Espíritu y voluntad de sacrificio del individuo en pro de la colectividad. Que estas virtudes nada tienen de común con la economía, fluye de la sencilla consideración de que el hombre jamás va hasta el sacrificio por esta última, es decir, que no se muere por negocios, pero sí por ideales.


10) Toda propaganda debe ser popular, y situar su nivel en el límite de las facultades de asimilación del más corto de alcances de entre aquellos a quienes se dirige... La facultad de asimilación de la masa es muy restringida, su entendimiento limitado; por el contrario, su falta de memoria es muy grande. Por lo tanto, toda propaganda eficaz debe limitarse a algunos puntos fuertes poco numerosos, e imponerlos a fuerza de fórmulas repetidas, por tanto tiempo como sea necesario, para que el último de los oyentes sea también capaz de captar la idea.

miércoles, noviembre 08, 2006

No fue fácil

La vida adulta (ejem) es complicada, pero si lo pensamos detenidamente, la adolescencia fue mucho peor.

¡Dame una P!
¡Dame una O!
¡Dame una L!
¡Dame otra L!
...



No, es broma. Les queda muy bien el azul.
En el fondo todos llevamos un Joey Jeremiah dentro. Nos quedaremos a vivir para siempre entre la resonsabilidad laboral y el Instituto Degrassi.

El Traje del Rey



Una cosa es lo que diga el cuento, y otra lo que pasó de verdad. Antes de que empezara toda la historia del traje, qué queréis que os diga, el Rey era el mismo déspota imbécil y sin argumentos, que es lo mismo que decir cruel. Así se sucedían sus caprichosos decretos, desde sus "ahora que se vayan los judios", "ahora los moriscos", hasta la cárcel de la moral para vagos, maleantes, librepensadores, gomorritas, ateos, pelirrojos, etc.
A nadie sorprendió por tanto el episodio que aconteció después. El sastre manipulador (vago, maleante y librepensador encorsetado, gomorrita armarizado, ateo comulgante y pelirrojo teñido, para más inri) le vendió al monarca la idea de un traje que despertara admiración. Lo tejió, o simuló tejerlo, con esmero. Y llegado el día, cuando hizo esperar lo suficiente a Su Bobalicona Majestad, le enseñó el traje más fastuoso hecho en toda la historia de las historias, cosido enteramente con el oro entregado, engarzado de piedras preciosas. Aunque el traje tenía una particularidad, tan refulgente era, tan contrario a las leyes naturales de la fascinación, que los tontos no podían verlo.
Al Rey se le quedó cara de sota de bastos y ojos de 2 de oros al comprobar que él no lo veía, pero disimuló, para eso era la máxima autoridad (aunque, como ya sospechaba, sus méritos fueran escasos y su inteligencia limitada). Los demás miembros de la corte, advertidos de la condición de tan reales tejidos, también admiraron sus múltiples matices (tantos como individuos). Así que al Rey no le quedó más remedio que acomodarse. Si los demás podían verlo le bastaba; además, era un tejido tan ligero y tan cómodo... ideal de la muerte para el verano en ciernes.

Paseaba la carroza de Su Despelotada Majestad por las calles, congregada la plebe sólo para ver desfilar bajo palio el nuevo vestido mágico. Primero estupor en los ojos de los presentes, luego miedo, luego autocensura, y en cuanto un descerebrado se arrancaba con vítores y alabanzas, los demás le seguían. El Rey no podía estar más orgulloso, por fin una estampa imperial, un traje a la medida de su linaje.

Como afirma el cuento, fue una niña, subida a los hombros de su padre, quien interrumpió con su candidez la patochada. "Pero si no lleva nada", afirmó. Los demás se reconocieron en la inocencia de la niña (tonta, a fin de cuentas). Carraspearon nerviosos. "Ay, que niñita más salada", dijeron algunos. Si hubieran podido verse por dentro, qué ganas tenían, todos y cada uno, de rebelarse, de alzar la voz y decir: "yo tampoco lo veo claro".
Cuando la niña insistió en la evidencia, ya nadie podía quedar indiferente. La multitud, indignada, linchó a la niña disidente, y a su padre también, que parecía quejarse. Todo volvió a la normalidad. Y el Rey, que era más tonto que los demás (lo que no dejaba de tener mucho mérito) y sus adláteres, disfrutaron de un poder mayor, incluso, que el que tenían antes del venturoso episodio del traje.

martes, noviembre 07, 2006

Los martes: CINECLUB - 21 - Ciudad de Dios


Cidade de Deus - 2002 -
Director: Fernando Meirelles y Kátia Lund

Reparto:
· Alexandre Rodríguez (Buscapé)
· Leandro Firmino da Hora (Zé Pequeno)
· Seu Jorge (Mané Galinha)
· Phellipe Haagensen

Guión: Bráulio Mantovani (basado en una novela de Paolo Lins)
Música: Antonio Pinto y Ed Côrtes
Montaje: Daniel Rezende

Impactante. En una primera palabra. Quien se adentra en este laberinto, hecho de sangre y celuloide, se espera una calmosa historia de desheredados, y sin saber cómo, se encuentra con una obra maestra, cuidada, auténtica, frenética, desgarradora, siguiendo a la perfección los cánones invisibles del lenguaje cinematográfico.
Un guión monumental, basado en la novela de Paolo Lins, de sus cientos de páginas, de sus cientos de personajes, sostiene este recorrido real (repito, real y valiente) por la cotidianidad soterrada de una favela de Río de Janeiro entre los años 60 y 80.

Coppola, Scorssese, no se nombra en vano a los artesanos del género en cualquier aproximación a la factura de este convulso relato. "Ciudad de Dios" es una maravilla global, con una osadía que le desconocíamos (siempre mirándonos el ombligo) al cine brasileño. Todo un universo de codicia, de violencia, donde se nace sin motivo y se vive sin otra aspiración que asomar la cabeza por encima de ese mundo que nos oprime, la soledad intocable del asesino, la camaradería del peligro, la enorme lealtad de la guerra. No por otra cosa las favelas son feudos del narcotráfico, esquivados por la policía corrupta.

Hay feroces pistoleros sin escrúpulos, bandidos respetuosos, hombres buenos corrompidos por la venganza, niños de la calle. Es un universo masculino y feroz, de colorido rítmico, de brutalidad insoportable. Yo quiero matar, robar y ser respetado. Ante los ojos de niño y adolescente de Buscapé se desborda esta historia. Esos mismos ojos, pacíficos, temerosos, superados, acaban siendo los nuestros, salvo por la diferencia de que nosotros no estábamos preparados por toda una vida de absurdos. Y digerimos el impacto. Una orgía de miseria y destrucción (autodestrucción inevitable, tal vez) vista desde nuestra propia orgía de comodidad.

Latitud


Hasta que tenga un minuto tranquilo para volver a escribir, me sigo aprovechando del enorme talento de otros.
En este caso José Ángel Valente (1929-2000)


No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.

Se disuelve en el aire el llanto roto,
al pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.

El pensamiento melancólico
se tiende, cuerpo, a tus orillas,
bajo el temblor del párpado, el delgado
fluir de las arterias,
la duración nocturna del latido,
la luminosa latitud del vientre,
a tu costado, cuerpo, a tus orillas,
como animal que vuelve a sus orígenes.

lunes, noviembre 06, 2006

Cioran (2)



El espermatozoide es un bandido en estado puro.



Emile Cioran (1911-1995)

Cioran (1)



Orgullo moderno: he perdido a un amigo al que estimaba por haberme obstinado en repetirle que yo era más degenerado que él.

Emile Cioran (1911-1995)

domingo, noviembre 05, 2006

Vida

Por alguna extraña razón la entrada de ayer se ha borrado. Precisamente la de ayer. Me parece increíble, pero bueno, qué le vamos a hacer. Si hay algo, destino o similar, que se empeña en que no ponga esta canción, tendrá que discutirlo conmigo personalmente y, ojo, soy terco como una pared.
Vuelvo a empezar.

La música nos salva acoge, nos persigue, nos encuentra, nos quiere, nos cuida. Porque siempre hay una solución. Porque la emoción es el cabo al que asirse en el naufragio, es nuestra esperanza.
La música es mi luz, mi playa, mi drogaína.

Señoras y señores, con todos ustedes: Nina Simone.
¡Tengo la vida! , claro que sí.



Ain't got no home, ain't got no shoes
Ain't got no money, ain't got no class
Ain't got no skirts, ain't got no sweater
Ain't got no perfume, ain't got no bed
Ain't got no mind

Ain't got no mother, ain't got no culture
Ain't got no friends, ain't got no schooling
Ain't got no love, ain't got no name
Ain't got no ticket, ain't got no token
Ain't got no god

What about God?
Why am I alive anyway?
Yeah, what about God?
Nobody can take away

I got my hair, I got my head
I got my brains, I got my ears
I got my eyes, I got my nose
I got my mouth, I got my smile
I got my tongue, I got my chin
I got my neck, I got my boobs

I got my heart, I got my soul
I got my back, I got my sex
I got my arms, I got my hands
I got my fingers, got my legs
I got my feet, I got my toes
I got my liver, got my blood

I've got life , I've got my freedom
I've got the life

And I'm gonna keep it
I've got the life
And nobody's gonna take it away
I've got the life

viernes, noviembre 03, 2006

Animales Acojonantes (9) - EL CABALLITO DE MAR


El hipocampo o caballito de mar es un pequeño pez, apto para las películas de dibujos animados y para los murales marinos. Tiene una característica única entre el pescado, su cabeza en ángulo recto, además de una gran facilidad para el camuflaje. Cambia de color adaptándose a su entorno, aunque a veces se han encontrado caballitos de mar fluorescentes, sin duda inmersos en algún complejo cortejo sexual.

El caballito de mar se alimenta de minúsculos crustáceos del zooplancton (que es lo que tiene más a mano), y los captura succionando con rápidos golpes de cabeza. Traga a sus presas enteras al no disponer de dentadura, y a veces se atraganta y otras veces le entra el hipo (de ahí su nombre).


Es la única especie animal en la que el macho se queda embarazado. Los óvulos fertilizados son alojados en una bolsa incubadora que tiene el hipocampo macho (él sabrá dónde), y allí permanecen un tiempo variable en función de la temperatura del agua. Pasado ese tiempo, el macho expulsa a las crías en un parto trabajoso que dura horas. Las crías (o potrillos de mar) son réplicas en miniatura de sus padres y pueden arreglárselas por sí mismas perfectamente, a no ser que un depredador piense lo contrario (y en ese trance no vale de nada ser monísimo, diga lo que diga la Disney).

Le gusta:
- Hacer ruido de galope mientras nada
- Intercambiar los roles dentro de la pareja
- Bailar el swing

No le gusta:
- Que le traten como si fuera un pez retrasado
- El turrón de guirlache
- Las esponjas y jabones con su forma

jueves, noviembre 02, 2006

Cavilaciones balompédicas


El fútbol es un juego de equipo, de orquestas, no de solistas, pero se acerca esa melonada del balón de oro y toca recapitular y plantearse la pregunta con trampa: ¿quién es el mejor?

¿El mejor es el que juega mejor? ¿el mejor es el que más aporta al equipo?, ¿al espectáculo? ¿el mejor es el que gana? ¿el mejor es el más guapo?
Si fuera por esto último, no estaría Ronaldinho en todas las quinielas. Pero ¿por que lo está entonces?
Sé que es un debate estéril, pero a mí Ronaldinho no me parece el mejor del mundo, me parece un jugador demagógico, de sonrisa falsa, piscina fácil y aportación irregular. Ya sé que es un futbolista brillante que puede resolver un partido en una jugada, pero no es el único. No puedo entender que sea el mejor del mundo si ni siquiera está entre los 3 mejores de su equipo.

Observo el panorama y veo, de todos modos, una difícil elección. La retirada de Zidane, la falta de ambición de otros como Riquelme o Adriano, la cuesta abajo de Figo, Raúl, Ronaldo, Shevhenko, Totti, la juventud de otros, Robinho, Messi, Cesc, Gago, Rooney... es difícil.

¿Por qué no un portero? Pienso en Buffon o, sobre todo, en Casillas. Pero no, no es lo que me pide el cuerpo. Tal vez un todocampista al estilo Gerrard o Deco o Lamprad, o un fino estilista, como Henry. Pero yo, personalmente, me quedo con Kaká. Tiene carácter, toque, velocidad, visión de juego, dinamismo, humildad y gol.
¿Alguien da más?

miércoles, noviembre 01, 2006

Jalogüins a mí...


A veces, cuando me detengo a mirar fijamente mis propios miedos, no sé distinguir cuáles son reales y cuáles un holodrama.