martes, octubre 23, 2012

Lo realmente serio

En la Academia, uno de los rasgos que definen la genialidad es la capacidad de inventarse juegos.
Cuando uno tiene que estudiar (por ejemplo) se le vienen toda clase de entretenimientos chorras a la cabeza. Cualquier cosa parece más apasionante que clavar los codos.
Yo solía hacer competir a mi mano izquierda contra mi mano derecha en un badminton loco, con la goma de borrar como volante. Y luego me autoengañaba: un set y comienzo con el tema 7.
Iluso. No iba a poder empezar el tema 7 porque después de ese set venía la final. ¡La final! Y eso había pasado a ser algo mucho más importante que estudiar. Era una lucha a brazo partido por el cetro mundial del tenis-mano sobre grapadora.

En la Academia, uno puede eludir el examen presentando el juego que se le ha ocurrido mientras estudiaba. Notable automático.

En nuestro último máster de simio avanzado, que se perpetró en la Universidad de Columbia, uno de los alumnos obtuvo matrícula de honor sin necesidad de presentarse.
Para que luego digan que es malo el Facebook.


Traduzco:
A veces, cuando como M&Ms, me gusta coger 2 M&Ms entre mis dedos y apretarlos tan fuerte como puedo hasta que uno de los M&M se rompe.
Me como el roto y el que no se rompió se convierte en el campeón.
Entonces agarro otro M&M y le obligo a competir con el campeón en este juego a muerte de M&Ms gladiadores.

Hago esto hasta que acabo los M&Ms, y cuando hay sólo un M&M superviviente, envío una carta a la marca M&M con el M&M campeón en ella, con una nota que dice: "Por favor, usen este M&M con fines reproductivos"


¿Y vosotros qué?
¿Alguno tiene algún otro juego propio que nos alegre la tarde?

19 comentarios:

Mara dijo...

Lo pensaré... Te prometo que lo voy a pensar, porque alguno debo tener...

Anónimo dijo...

GRANDE, MUY GRANDE!!! a mí se me ocurrían multitud de juegos para eludir la responsabilidad de estudiar, oh wait.. aún me pasa (qué vergüenza!), pero esto es digno de admiración, sí señor ;)

Besos!

El niño desgraciaíto dijo...

La idea de M&Ms copulando es algo bastante perturbador. No me extraña que luego no se pueda estudiar...

molinos dijo...

...mmm...no consigo imaginar a un M&M reproduciéndose y sin embargo mi imaginación es capaz de visualizar orgias de conguitos...

..si, vale..estoy enferma.

molinos dijo...

..seguimiento..tampoco lo consigo con los sugus...y sin embargo los chupachups me parecen altamente capaces de ser viciosos...

HombreRevenido dijo...

Mara, prueba poniéndote una tarea que no te apetezca nada hacer, cerrando los libros, apagando la tele, el móvil y el rooter.
Entonces te saldrán solos.

Aliena, es magnífico. Aunque tiene un fallo. Los últimos M&Ms juegan con ventaja. El campeón podría ser un M&M que sólo ganó un combate.

Niño desgraciaíto, pero de alguna forma se crean los M&Ms. No los van a fabricar con una máquina.

Molinos, no es mente sucia hasta que no empieces a mezclar conguitos con otros dulces: gominolas de mora, por ejemplo. Eso ya es vicio asquerosillo.

El chupachups lo inventó un señor español cuya mujer se llamaba Chus. Ahí es nada.

Anónimo dijo...

Ohhhh claro, tienes toda la razón. Lo ideal sería organizar un sorteo y enfrentarlos por grupos en liguilla previa!

Anónimo dijo...

Un apunte a los comentarios de Moli: qué ocurre con los ositos de gominola??? nadie en su sano juicio, salvo una mente enferma, podría vislumbrar ni un atisbo de sexualidad ni "fornicio" entre los ositos de goma, además, nunca hay ositas, siempre son ositos!!! nadie lo ha pensado nunca? de dónde vienen???!!!! ¬¬

Anónimo dijo...

Goma no, gominola.. (el ansia por darle a la tecla, el ansia XD)

Peter dijo...

Está bien esto del M&M indultat pero veo que el tema ha derivado en parafilias con gominolas y esto me perturba

Por cierto en mi grupo de amigos solíamos usar el concepto M&M para identificar momentos Kas cuando bajaba la temperatura.

Anniehall dijo...

Todo muy total, parafilias dulces incluidas pero... Peter, ¿qué demonios significa tu segundo párrafo? No entiendo nada.

Peter dijo...

Anijol, pues resulta queen nuestra adolescencia era el término para referirnos a los pezones de las chicas cuando el aire acondiconado provocaba un momento kas naranja.

Mrs. Nancy Botwin dijo...

Madre como están las cabecitas...

En mi época, por lo visto prehistórica, había lacasitos y el mundo se acababa en el boli bic (la revolución fue el tipex).

Ahora no lo veo claro: ¿llegaré a ser mayorette practicando con el teclado?, ¿podría renunciar a según qué chocolates por unos simples M&Ms?





HombreRevenido dijo...

Aliena, lo de la liguilla previa es la mejor solución. O al menos eliminatorias a sorteo puro.

Los ositos de gominola son diabólicos.

Peter, partimos de una idea perturbador y vamos cayendo por el tobogán de la perversión.
Adolescentes poetas, eso es lo que erais.

Anniehall, ahí lo tienes. Por preguntar.

Mrs.Nancy Botwin, ¿por qué no se le ocurrió a nadie un desfile de muchachas girando alegremente sus bolis bics?
En eso los americanos nos llevan mucha ventaja.

Lilith dijo...

Bueno, este vídeo podría explicar lo de los ositos. Lo de los M&Ms en lucha grecorromana, full contact....... simplemente genial.
http://youtu.be/gpr-46kBitg

Anónimo dijo...

jajajaja Lilith, qué gracioso el vídeo!

HombreRevenido dijo...

Lilith, madre mía. Qué derroche de sensualidad gelatinosa.

Aliena, gracioso pero también perturbador.

La Maripili dijo...

Yo jugaba mucho. Cualquier cosa con tal de no estudiar. Pero lo que más me sorprende a mi misma cuando lo recuerdo es que una vez que me encontré una moneda decidí que sería mi moneda de la suerte. La llevaba a todas partes y le preguntaba cosas estúpidas a las que tan sólo podía dar dos respuestas que asociaba a cara o cruz.
Cuando le preguntaba a la moneda si aprobaría el examen y ésta decía que no, no podía dormir por la noche pero lo peor venía cuando se me ocurría preguntarle si yo le gustaba a tal o cual chico...indescriptible.

HombreRevenido dijo...

Maripili, la idiotez de la moneda (con diferentes formatos o instrumentos) la hemos hecho todos alguna vez. Es curioso, pero también muy humano.

Me recuerda al I Ching, el oráculo chino en forma de libro.