martes, febrero 02, 2010

Los martes: CINECLUB - 107 - El último tango en París


Last tango in Paris - 1972 - Director: Bernardo Bertolucci

Reparto:
Marlon Brando (Paul)
Maria Schneider (Jeanne)
Jean Pierre Léaud (Tom)
Maria Michi

Guión: Bernardo Bertolucci y Franco Arcalli
Fotografía: Vittorio Storaro
Música: Gato Barbieri

Hay días en los que apetece ir al cine pero da pereza. Dices, buah, salir ahora, con este frío, me quedo en casa a leerme el listín telefónico. Ahora imaginemos que para ir el cine hubiera que coger el coche, hacer un montón de kilómetros y cruzar la frontera con el pasaporte entre los dientes.
¿Qué movía a tantos españoles a trasladarse al sur de Francia para ver “El último tango en París”? Yo os lo digo: el morbo. La atracción insana por lo prohibido es uno de los trucos más viejos del demonio. Adán y Eva se hubieran montado en un seiscientos, con la fiambrera y la bota de vino, hubieran conducido hasta donde hiciera falta para comer del árbol de la sabiduría. Y poder contarlo luego, claro.

Que nadie espere ver, pese a todo, una panoplia de desempeños eróticos al uso. Entonces, el desnudo frontal de Maria Schneider, su orografía redondeada, su gato acostao, era suficiente. Lo verdaderamente transgresor es que se trata de una película amargamente bella, poética (que es lo mismo que decir áspera y difícil). La fotografía de Vittorio Storaro afina cada rincón de París, mientras el saxo desgarrado de Gato Barbieri lo ilumina.

Película de náufragos, donde no hay sexo sino palabras, rabia, refugio, profanación.
Marlon Brando no interpreta. Marlon Brando es. Tú no tienes nombre y yo tampoco tengo nombre; no hay nombres, dice.
Despojarnos del nombre es despojarnos de la familia, de las convenciones, de la hipocresía, del dolor antiguo. Es una pasión desbordada en lugar de una hipoteca. Es una salida de emergencia dibujada en la pared.
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4 comentarios:

duende dijo...

viendo esta peli en casa de un amigo, con nuestras palomitas y nuestras cosas, llegó la madre de trabajar una escena subidilla, y dijo: ¿que veis? ¿la está matando?... nos jartamos a reir, la pobre se había dejado las gafas...

Ra dijo...

De verdad, cuánto daño han hecho las hipotecas.

Si por algo me jode haber venido al mundo cuando vine, es por no haber podido decir que me fui al sur de Francia a ver tal peli. Eso dá un caché histórico innegable.


No podía usted haberlo sinopsiado mejor, Reve.

Ra dijo...

Con ese "no haber podido decir" cualquiera diría que llevo una vida a cuestas. Es que es festivo.

HombreRevenido dijo...

Gran anécdota, Duende. Es que a veces la película (como la vida) es un poco confusa. Comprendo a esa madre muy bien. La imagino quitándole el protagonismo al mismísimo Marlon Brando.

Ra, hasta la represión sexual puede idealizarse, tomando su lado bueno, el descubrimiento, la inocencia...
Quedo agradecido por su crítica de mi crítica.