martes, febrero 23, 2010

Los martes: CINECLUB - 108 - El show de Truman


El show de Truman - 1998 - Director: Peter Weir

Reparto:
Jim Carrey (Truman Burbank)
Ed Harris (Christof)
Laura Linney (Meryl / Hanna Gill)
Natasha McElhone

Guión: Andrew Nicol
Fotografía: Peter Biziou

En la caverna platónica, los hombres como Truman o como nosotros, vivimos creyendo que el mundo es tal y como lo vemos. No hay razón para pensar que no sea así. Si ocurre algo que nos lleve a imaginar lo contrario lo sepultamos en el trastero de la memoria.
Algo similar encontramos en el guión redondo y lúcido de Andrew Niccol. También nos reencontramos con esa fantasía recurrente que todos hemos tenido, la de ser únicos, la de que un mundo falso se tramaba a nuestro alrededor.
Estamos ante una comedia. Pero una comedia muy seria.

La televisión es el medio masivo por excelencia, permite audiencias millonarias y simultáneas. “El show de Truman” es un gran retrato sobre el poder de la televisión, sobre sus excesos. Es el reality definitivo. Un hombre crece ante las cámaras, sin saberlo, viviendo una vida manipulada para brindarle a la audiencia emociones reales, auténticas (true man).

La controvertida elección de Jim Carrey para encarnar a este esclavo hertziano no decepciona, ya sea por la dosis extra de valium que le administraron o porque su registro contribuye a la pátina de irrealidad de su mundo ficticio. Sin embargo, alejándonos varios pasos y viendo la obra en perspectiva, no distinguimos en el retrato la imagen de Truman Burbank sino algo más tétrico: la burda comercialización (geniales los mensajes publicitarios que insertan en su vida), la falta de ética de los productores (el demiurgo Christof como paradigma) y, por último, los espectadores cómplices.
A la gente hay que darle lo que pide, dicen como un mantra. ¿Será cierto?
Porque yo nunca pedí que rodaran “El show de Truman” y ahora me encanta.
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5 comentarios:

Timonera dijo...

Una de mis películas favoritas... Nunca me canso de verla. Curiosamente, mucho antes de verla por primera vez, yo ya había tenido ese pensamiento recurrente durante mucho tiempo...

¡Gracias hoy a ti por recordarla! Una crítica redonda también, por cierto.

Espartaco dijo...

Muy buena crítica

nhtg dijo...

También la considero una gran película, y me trajo, al igual que Pajares en Ay Carmela, la sorpresa de ver un cómico imposible haciendo de actor de verdad. Recuerdo como una dentellada la escena del amigo de toda la vida que va a verle con unas cervezas para calmarle cuando todo se viene abajo. Esa confianza ciega en el amigo destrozada desde el punto de vista del espectador... dolió.

Leon dijo...

Grande Peter Weir, casi todas sus pelis son buenas. Comparto lo de Carrey, me sorprendió porque demuestra que cuando quiere puede. El resto de sus pelis me resultan infumables.
Y la peli es inquietante, tiene ratos que realmente son muy agobiantes. Gran elección de música por cierto, al que le mole la música clásica.

HombreRevenido dijo...

Timonera, te confesaré que yo también. Y me temo que es un pensamiento demasiado extendido, metafísica involuntaria, instintiva.
Yo tampoco me canso de verla, incluso descubro nuevos matices cada visionado.

Espartaco, gracias. Se hace lo que se puede.

Nhtg, a eso me refería, la parte más desgarradora es esa que queda en segundo plano, la que no tiene que ver con el dominador o el dominado, sino que enfoca directamente a todos nosotros, los cómplices silenciosos.

Leon, está muy bien conseguido eso de empezar como una comedia: mira lo que le hacen a este tío. Sonriamos. Y poco a poco llevarnos a reconocer la parte más sórdida del ser humano.
Simplemente por eso ya merecería ser reconocido el infravalorado Peter Weir.