lunes, julio 23, 2007

Recreo en los recreativos


Recuerdo los salones recreativos, no tienen el halo mitológico de otros lugares de la infancia, más bien pasan desapercibidos en mi memoria, como la mugre de los momentos perdidos (que a pesar de todo son imprescindibles). Sí, yo estuve. Pero ha sido después de pensar y pensar cuando me he acordado de las cosas, las horas, que pasaban en esos lugares (los pac, los juniors, los parque... no sigo porque seguro que estoy quedando como un antiguo).

En uno de esos lugares, a los 13 años, vi fumar a mis compañeros de clase por primera vez. Aparenté indiferencia (aunque por dentro me escandalicé reflexionando y me retorcí asimilando, porque así era la adolescencia, lo que un segundo antes te parecía inadmisible, un segundo después era una vivencia superada y, cómo decirlo, normalizada).
En estos lugares había de todo, el señor vendiendo pipas, gominolas (¿qué fingíamos? ¿la ingenuidad o la madurez?), el anciano sospechoso, la minoría étnica con mote y privilegios, la chica que mira, la chica que juega a lo que no juega nadie, la chica de uno alto que grita en el pinball, el joven callado, atropellado por la vorágine de ruido, el que se abstraía de todo, jugaba y se iba, el que no tenía casa, la que no tenía hora, el invisible, el camorrista y el geek de salón recreativo (ese chavalín que, cuando perdías una vida en una partida, te decía "¿te la paso?" refiriendose a la pantalla en la que se producía el deceso).
A este último está dedicada la semana temática. Porque todos somos un poco parecidos, sentimos cierto orgullo por las cosas absurdas que sabemos hacer bien. También porque ganó el sorteo, claro.
Por extensión hablaremos de videojuegos y de entretenimiento juvenil (exceptuando las masturbaciones en grupo y el juego de la galleta).

¿Qué nos llevaba hasta esos sitios? Tengo una lista. La llamo las 8 I.

Impunidad
Podias beber y luego acudir, en notable estado de embriaguez, y nadie iba a decirte nada. Podías fumar y jurar en arameo o en estéreo hi-fi, allí no había reglas ni convenciones.

Individualidad
Cuando jugabas eras tú. El resto miraba. Cuando no jugabas estabas solo entre el resto de una manada ficticia. El record, la firma, el sello, era, en muchos casos, el mayor logro posible en público.

Imitación
Si uno no sabe muy bien qué debe hacer, qué camino tomar, es fácil asumir modelos, referentes. Los había (deportistas, músicos, actores) inalcanzables. Los había más cercanos, con hazañas de todo a 100, a la vuelta de la esquina. ¿No entras un rato? Sí, entro.

Idiotez
Las personas no tienen joystick ni 2 botones (no es metáfora). Las máquinas no hacen pensar, entretienen por una moneda. Una moneda tengo. Una idea... de momento no.

Imaginación
Yo conduzco ese Ferrari Testarossa, ese F16, a ese cachas con cinta en el pelo, y soy otro. Pero no por falta de personalidad, sino porque jugar es eso, cambiar los roles sin temer.
Estos algún día se armaron de valor, sustituyeron los conceptos y abrieron un libro.

Invierno
Adolescentes productores de calor versus Calle gélida.
No hay color.

Incitación familiar
Que sobrepasa el típico: "va mi hermano" o "va mi primo". Es más que eso.
Situémonos: Estás con tus padres de vacaciones, entras a un bar, hay una máquina de videjuegos, tus padres te dan dinero para que juegues y les dejes tranquilos. O en la comunión de tu primo Dani, mientras los mayores toman café los niños corretean, para evitar el tumulto la abuela reparte propinas pa la maquinita.
Esa legitimidad adulta ayuda a discernir con claridad más adelante, cuando recibes la paga: ya sabes que nada hay inmoral en esos videojuegos luminosos, que entretienen, agudizan los reflejos, otorgan pose varonil y que, alguna vez, atraerán a una bella mujer que, excitada por tu habilidad, se quedará embelesada mirándote jugar, deseándote, y antes de que te des cuenta te propondrá hacerla suya, o hacerte suya, o hacerse tuya... llegados a este punto de la fantasía me pongo nervioso, me hago un lío y se me empañan las gafas.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajja que suerte la tuya. Yo terminaba rodeada de niñatos que no entendían que la forastera se pasara más pantallas que ellos, y terminaban diciendo sandeces como que las niñas no podíamos jugar a eso…y también me subían los calores, pero de otro tipo. Pacífica que es una, que si no…

Anónimo dijo...

yo siempre fui un asco jugando... es lo que tiene tener ideas pero no psicomotricidad jajajajaja

por dios que miticos los parque y los pac no? los otros que dices no me suenan, será porque nunca estuve de moda

un muxu!

Peibols dijo...

A mi a los Pac me daba miedo ir porque en los billares estaban los malos.
Siempre a los Parque.
A los Junior no, porque eramos de Salesianos.

Mi infancia en los recreativos era la del niño con gafas que jugaba fatal a casi todos, que nadie lo quería en su equipo en las maquinetas de 4 jugadores y que acababa aburrido y prefería la MegaDrive de su casa.

Serjuzu dijo...

En mi aldea no había PAcn ni Parque ni junior...

Allí era el Cosmos, donde el abuelo que daba los cambios le vendía a la muchachada cigarros a duro, el Bilbilis, o una que no recuerdo como se llamaba en la que el dueño le arrimaba la cebolleta a las niñas.

¿Aquí tambien estaba la máquina de los tres volantes? recuerdo que nos hicimos con la llave que abría la maquina y jugabamos siempre con 99 creditos

Cambridge dijo...

El primer vídeo juego al que jugué, en Los Parque, fue una máquina que consistía en bombardear barcos desde el aire, long time ago. Después, en los que estaban al lado del Odeón, a cazar morsas, y ya estrenamos los Comecocos.

En los de la Calle Cleriguech, ya vimos los primeros digitales, (Beyond Ave Fenix).

La máquina más alucinante a la que jugué, fue en Tenerife, y consistía en Pilotar un caza, atacando diversos objetivos, que eran maquetas. El realismo era brutal.

Ahora, lanzo estacas con el PainKiller. LOL!

HombreRevenido dijo...

Nuakchot, algunos hombres no aceptan que les gane una mujer porque necesitan reafirmar una masculinidad de las que les aterra dudar. Hiciste bien enfadándoles. Eso es que eras realmente buena.

Meri, los que somos guapos no necesitamos ser hábiles, es una ley universal.

Peibols, comprendo perfectamente. Tu caso se parece al mío. Y el Spectrum antecedió a la MegaDrive, pa que veas.

Serjuzu, qué cosa bonita eso de viajar en tiempo y lugar. Descripción interesante (sobre todo de un hecho delictivo, aunque supongo que habrá prescrito).
Lo de los 3 volantes, lamento decirte, lo has soñado.

Cambridge, qué interesante esa evolución, de ayer a hoy. Un juego de matar morsas es... no sé... un poco raro ¿no?. La máquina esa de Tenerife no me la puedo imaginar, de verdad, me supera.
Y yo creía que Painkiller era una canción de los Judas Priest.

Anónimo dijo...

Pssssss, era realmente buena pero porque tenía cerca una de esas llavecitas de las que hablaba serjuzu, y dándole a la palanquita te podías pasar toda la mañana jugando (cuando no había cole, of course)… y metía horas como nadie.

HombreRevenido dijo...

Vaya vaya, Nuakchot, lo de la palanquita es una forma interesante de sufragar la inversión en aprendizaje.
¿Y se puede saber a qué juego jugabas más y mejor?

Cambridge dijo...

El Caza Morsas era un fusil, que disparaba a focas, y al final, tenías que acertar a una gran morsa, que oscilaba de lado a lado de la pantalla. Si acertabas un número de veces, te cantaba partida.

La máquina era un enorme bicho, con una gran pantalla, a todo color, y un gran Joystick. Volabas sobre valles, con sus cañones, etc, y finalmente, llegabas a los objetivos, que tenías que bombardear. Para esos años, (84) una caña. (Lo más moderno que había era el juego del ataque a la Estrella de la muerte). XD

El Painkiller es un vídeo juego muy cañero. Vicios que tiene uno. ;)

http://www.painkillergame.com/

HombreRevenido dijo...

Gracias por la aclaración, Cambridge. Ahora lo veo todo un poco más nítido. Pero vamos, disparar a las focas me sigue pareciendo algo raro (lo normal era apalearlas ¿no?)

Unknown dijo...

Como 'ganador' del sorteo, y a pesar del cambio de nick (me repetía con algun otro 'aportante' a este blog), me doy por enormemente satisfecho con esta retrospectiva a los videojuegos. Para haberlos pisado poco, los ha descrito Vd con maestría.

En la nebulosa de mis primeros recuerdos están las primeras máquinas de videojuegos. Finales de los 70. De ahí recibieron su nombre más habitual: "Máquinas de marcianitos". Lo de videojuegos fue más tarde. Naturalmente, no había consolas con las que comparar, y cuando las empezó a haber no resistían la comparación.

Fué mucho tiempo (y dinero) invertido en esos sitios, pero en muchos casos mereció la pena. Y este post sintoniza perfectamente con aquellos recuerdos.

Además, software como MAME y hardware como XARCADE hacen que se pueda seguir disfrutando de esos juegos (y sobre todo de esos recuerdos) hoy en día. Si hubiese sabido que estas cosas iban a existir un día, hubiese gastado menos en videojuegos.

Anónimo dijo...

Pues ni yo lo sé, hombre revenido, porque han sido muchos, a mí me salía gratis. Entre los primeros que recuerdo están el comecocos y uno de las olimpiadas. Si estuvieses delante te enseñaría la posición de los dedos para pulsar el botón cien veces por segundo para coger impulso en el lanzamiento de jabalina. Los demás eran de matar monstruos, pantallas laberínticas, buscar tesoros, salvar las vidas, yo que sé… En mi caso lo del tetris rozó lo enfermizo, me metía en la cama y al cerrar los ojos veía cómo bajaban las fichas y mentalmente las encajaba.Y finalmente llegaron los de tocar la pantallita, era guay porque eran muchos juegos en uno y podías elegir lo que quisieras, diferencias, preguntas tipo trivial, buscar parejas…lo mejor era jugar cuando había gente, porque todo el mundo colaboraba y terminaba siendo un bombardeo de dedos intentando llegar a la pantalla, y luego el record era mío…:P

HombreRevenido dijo...

Me alegro de que haya cumplido tus expectativas, Expatriado. Pero todavía queda mucha semana.
De los marcianitos a la máquina en casa (buenos y tentadores enlaces). No era un gasto, era una inversión.

Nuakchot, el comecocos lo conozco, y el de las olimpiadas era genial: Hypersports (que te acababa doliendo todo, como si hubieras competido de verdad).
Te me has adelantado con el Tetris, pero esta semana hablaré de ese juego. Y yo también veía caer las fichas por la noche (aunque yo me enganché a una versión cutre para PC).

Anónimo dijo...

¿Soy tan mayor que nadie recuerda haber llamado "javis" o "habbys" a los salones de recreativos en Huesca?
Parece que ser que hubo unos con ese nombre (sala con billares, futbolín y "petacos" o pinballs) y la tradición oral generalizó el nombre, a pesar de la evolución de los lugares y los cacharros para jugar. A mí me llegó asín y por eso no sé escribirlo.
Había "javis" en la acera contraria de "La Normal" -puede que ahora haya un comercio chino- y cerca del desaparecido cine Odeón, en la calle Fatás.
El videojuego fue matando al pinball o "petaco". Al principio lo llamábamos jugar a marcianitos por culpa de esto. Puro vicio. Y sí, soy mayor.

HombreRevenido dijo...

No, Guillermo, mayor no, eres joven pero no mucho.
Los marcianitos son el paradigma de la máquina recreativa, y sólo espero que llegue la noche para poder jugar al link que has puesto.

Y lo de los javis lo decían mis padres, siempre me pareció curioso.