martes, agosto 19, 2008

Empensar de nuevo


El término "pensamiento lateral" fue acuñado en 1967 por el doctor Edward de Bono, eminente personalidad inclasificable, adiestrador intelectual o gurú, como lo queramos llamar.
Consiste en trascender la lógica (en eso es prácticamente zen), en estirar la mente hasta alcanzar ideas insensatas a priori y luego rellenar los huecos entre el nuevo concepto transversal y la realidad (en pirueta gestáltica), introduciendo lo inesperado, el germen de las grandes ideas, en el razonamiento lineal.

Un ejemplo, evidente, es el humor. El chiste nos traslada por el camino de baldosas amarillas de la lógica lineal, donde el siguiente paso es previsible, como sucede en la mayoría de las historias (recordemos que los patrones de comportamiento conforman nuestra apariencia de civilización). Pero de repente aparece la gracia, premeditada o no. Aparece por sorpresa, es el ingenio liberado. Un placer.

Dice De Bono: ¿Por qué la religión no pone énfasis en el 'humor'? El humor es el lubricante de la vida. El humor es el mayor antídoto frente a la desesperación y la arrogancia. El humor puede crear marcos 'posibles'. Es probable que la religión vea en el humor un peligro que podría erosionar su solemnidad.
Me encanta eso del "lubricante de la vida".

En fin, que todas las ideas parecen insensatas hasta que se demuestra que funcionan. Y para Edward De Bono, puede encontrarse un enfoque sistemático que permita ser creativo. La creatividad, para él, no es un don. La creatividad puede trabajarse.

Sabemos, descubrimos o aprendemos de nuestro entorno, que 2 + 6 = 8. Lo interiorizamos y nos ablanda un deje de orgullo; sí, tenemos una certeza delante, un axioma, y lo reconocemos. Será sencillo entonces que cuando nos planteen ¿8 = ... ?
no tengamos dudas: 8 = 2 + 6. Conocemos una respuesta correcta, e incluso podemos asegurar que no encontraremos otra que sea, a priori, más correcta. Fin del problema.
Esto es una simplificación, claro, pero a menudo nos sucede en la vida, no nos paramos a pensar que puede ser 3+5, o 4+4, o 2+2+2+2, o incluso 9-1.
El resultado automático, innegociable, 8 = 2 + 6, es una limitación severa del pensamiento.

Yo, personalmente, creo que hay que confiar en los sueños, y desconfiar de los callejones sin salida (si tienen entrada... tienen que tener salida). La lógica nos ayuda a vivir, claro, pero en los flancos de la lógica está esa idea que resolverá el problema imposible.
Recomiendo a todo el mundo los textos del doctor De Bono, y sus ejercicios prácticos. Seguro que aprendéis algo de vosotros mismos.

Ahora dos historias:

1) El 25 de mayo de 1961 John F. Kennedy, en una sesión conjunta del congreso y el senado, asumió el reto de llevar a un hombre a la luna antes de acabar esa década. El presidente de los Estados Unidos de América había empeñado su palabra. No importaba que no pudiera hacerse. En lugar de planificar con pequeños pasos adelante, se fijaba un sueño y se iban planificando en orden inverso las tareas, los hitos que lo harían posible. Kennedy había muerto cuando el proyecto se completó, por los pelos, el 20 de julio de 1969.

2) Elucubra Borges sobre la figura de Cristóbal Colón y, a mi entender, da en el clavo. Cuenta que seguramente el navegante se crió con las viejas historias de los marineros, contradictorias. Y oyó más de una vez la idea de que la tierra era redonda. Borges imagina a Colón burlándose de esa idea, denostándola con energía. Creció y esas voces siguieron llegando, y empezaron a hacer mella, tal vez una conversación agraciada, la contemplación del entorno, algún conocimiento colateral de geometría, quién sabe. El caso es que un día Colón, no sólo estaba convencido, sino que defendía con vehemencia la idea que en tiempos rechazó. Hasta el punto de soñar con alcanzar el oriente navegando a poniente. Hasta el punto de emprender la aventura.
Así funcionamos nosotros también.

Pensar es chocar contra una puerta cerrada. Otras veces es tachar, empezar de nuevo. Casi siempre es arriesgar el pellejo.
Podemos ir por la vida reaccionando ante los problemas y las oportunidades allí donde surjan, o podemos tomar la iniciativa, anticiparnos al cambio y prepararnos para encajar las contrariedades hostias.
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5 comentarios:

la maru dijo...

"Tomar la iniciativa, arriesgar el pellejo, confiar en los sueños, y usar el humor como lubricante de la vida". No parece muy difícil. Ahora que sabemos lo que es, sólo hay que ponerlo en práctica. Ánimo!

Wilwarin dijo...

Yo es que hasta cuando pienso me puede el absurdo (me di cuenta el día que jugando al Party definí a Kasparov como deportista ruso que no suda) así que eso del "pensamiento lateral" puede serme útil...

No se si la creatividad puede trabajarse... yo diría más bien que hay que permitírsela, como el humor. Como los sueños, como la valentía de saber que puedes volver a caer pero aun así darte la oportunidad de levantarte nuevamente.

HombreRevenido dijo...

Sí, parece sencillo pero, como todo, lleva implícito una derrota potencial.
Quizás eso sea lo interesante también, Maru.

La creatividad es algo que surge espontáneamente, Wilwarin. Pero tras su observación bajo microscopio podemos sorprendernos con sus componentes.
Sólo el que lo intenta se equivoca. Aunque bueno, tampoco conviene equivocarse todo el tiempo.

Anónimo dijo...

parece que la clave es tener un objetivo y estar convencido, no??claro, así cualquiera con las ideas tan claras...

HombreRevenido dijo...

No, Cardo, la clave es que si el pensamiento recorre siempre los mismos caminos, con los mismos temores y sobre las mismas huellas, al final se llega a la misma encrucijada, al bloqueo de siempre.

Por supuesto que un objetivo ayuda, pero pensar en tener un objetivo ya es un objetivo. Y mientras tanto el futuro se fabrica solo. No espera a nadie.