jueves, julio 09, 2009

Te noto raro


Dicen que las comparaciones son odiosas. Comparaciones = odiosas (¿por qué no ociosas?, ¿ah, también?). Aquí tenemos uno de esos tópicos absurdos de la modernidad, desenmascarando nuestra tendencia a la simplificación refranera, tan española.
A veces comparar crea conflictos innecesarios, está claro. No necesitamos una frase hecha para darnos cuenta. Los celos, la envidia, entre otros, son efectos secundarios de la comparación. Aunque también lo son el pensamiento, el respeto, la poesía.
Qué cosas, ¿verdad?. Sigo.

Incluso en el cole nos enseñan lo contrario, que si el mínimo común múltiplo, que si el máximo común divisor... ¿no es eso comparar? ¿es eso odioso para los números? A lo mejor, pero no lo es para mí, matemático inalienable. ¡¿Qué sería entonces del sentido común sin estadística?! ¡¿cómo jugaríamos a "encuentra las 7 diferencias"?!
Comparar mola. Medirse las colas, también.

Como no es mi intención (al menos hoy) ser odioso, no haré comparaciones que raspen, como la despiadada guerra de Irak y la angelical y humanitaria de Afganistán. Tampoco compararé el sueldo de Cristiano Ronaldo con los 6 millones de niños que mueren al año por desnutrición (Cristiano, no comas tanto tío). Compararíamos las distintas tramas de corrupción del país, empezando por el canon digital para la SGAE, si no fuera porque los simios bloggers que citamos a Faulkner estamos esperando que nos pongan una paga y conviene no criticar alegremente.

Así que vamos a probar con la literatura. Vamos a comparar "Ulysses" de James Joyce, con "Watchmen" de Alan Moore. ¿Y por qué? Por dos razones de peso. 1) Porque me sale a mí de los santos huevos. 2) Porque lo soñé el otro día. Soñé que comparaba los dos libros y cuando desperté me gustó la idea. Para que luego digan que la resaca no es productiva.
Comparese (si se desea) toda mi introducción al asunto con las diferentes formas de autojustificar los propios sueños o eludir a la justicia.

Diferencias hay muchas, evidentes la mayoría. Por si alguien no lo sabía, en el "Ulysses" no hay dibujos.

Similitudes hay unas cuantas, quién lo iba a decir.
- Ambos libros me impactaron profundamente.
- Ambos asumen un riesgo formal del que salen airosos (lo cual no es fácil).
- Bajo una apariencia caótica, están elaborados al milímetro.
- Marcaron una pauta a imitar, crearon dos arquetipos de la novela que luego han tenido demasiados seguidores ("muchos son los llamados y pocos los elegidos").
- Las dos historias han originado infinitas interpretaciones.
- Crean un salvoconducto de complicidad entre sus respectivos lectores.
- Utilizan un humor agrio que no puede dejar a nadie indiferente.

¿Y la trama?
- Leopold Bloom es el antihéroe por antonomasia, las referencias a la "Odisea" remarcan más todavía esa circunstancia. Y qué otra mitología (además de la griega) más adecuada que la de los superhéroes de los cómics, mitos de los que se sirve "Watchmen" para contar una historia de altas y bajas pasiones (otra coincidencia).
- Encontramos personajes solitarios que buscan darle un sentido a su vida.
- Vivimos universos muy masculinos, pero con un sutil deje de tolerancia y feminismo.
- En ambas novelas aparecen ninjas en el momento del climax narrativo.
- Leopold Bloom es a Ulises, como Rorschach es a Leopold Bloom.
- Stephen Dedalus es a Telémaco, como Laurie Juspeczyk es a Stephen Dedalus.
- Molly Bloom es a Penélope, como Adrian Veidt es a Molly Bloom.
- Y por último esos dos finales, tan crudos, tan diferentes, pero tan brillantes ambos.

Bueno, pues ya.
Me he quedado tranquilo, gracias.
¿Los blogs no servían para esto?
Otro día compararé las necrológicas de El País con el Infierno de Dante. O el videoclip de Thriller con la resurrección de Lázaro.

Si se os ocurre alguna otra cosa que comparar, para bien o para mal, lo dejáis en ese hermoso saco roto que son los comentarios.
No olvidéis pasar a recoger vuestras navajas y puños americanos en el tenderete del hall. Ya podéis salir a delinquir tranquilos. No todo va a ser cultura, diablillos.
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