miércoles, junio 18, 2008

Guay (así pasó todo)


Antes de nada observemos el fenómeno. No ha hecho más que comenzar la semana temática y ya estamos en la primera página de Google con la búsqueda "pulgar prensil".
Eso significa que todos, vosotros y yo, tenemos una enorme responsabilidad frente a las futuras generaciones de ignorantes que buscarán la luz en internet durante milésimas de segundo de conocimiento pleno, para luego olvidarlo de inmediato.
¿Para qué memorizar cosas que están en primera línea de Google? Obvio.


Se ha comentado mucho (¿?) que las ardillas o las cacatúas, cogen cosas con sus manos. Y los cangrejos también, con las pinzas. Y si me apuras hasta los playmobil. Pero somos los primates, los homínidos, quienes ostentamos la versatilidad del pulgar prensil. En algún momento de la historia la mano dejó de apoyarse en el suelo para caminar, el dedo inició su desapego y, zas, un homo lamazo miró a sus congéneres y dijo: "guay". Cerró el puño y alzó el pulgar para decirlo. Todos le comprendieron. Ser un mono antes era divertido, pero desde entonces fue guay.

El hombre ton de las cavernas, que habitaba las sabanas subsaharianas había empezado miles de años antes a usar el dedo índice. Primero para señalar: "sí, tú". Luego para mandar: "tú, ven; tú, allí". Después para decir que no.
Poco tardó en llegar el nuevo prodigio evolutivo, el homo faltoncicus, para rebelarse ante el silencio impuesto a base de dedos índices y "ssssshhhhhtt". Aún no dominaba el lenguaje verbal (predicado, verbo, complemento directo y complemento circunstancial de Zara) pero inventó el dedo corazón extendido. Si le mandaban algo decía: que te den. Si le decían que no, respondía: que os den. La vida se hizo confusa en el África. Pero el hombre era más responsable de sus decisiones (obsérvese que el Génesis propone una idea afín).

Todo el mundo era hostil, libre pero caótico. Tuvo que llegar el matrimonithecus, en la cordillera donde nace el Nilosueñes. Los machos y las hembras empezaron a darse cuenta de que procrear era importante, pero como todos tenían un aspecto simiesco, peludo y atractivo, no se diferenciaban, y eso generaba conflictos, dedos corazón al viento y alguna que otra hostieja a rodabrazo con la mano abierta. La solución era un desarrollo integral del dedo anular. Darle autonomía ornamental, sello de posesión. Empezaron los compromisos y las sortijas de hueso, luego se puso muy de moda el cordel nupcial para diferenciar que "seré tuya y mío tú serás" como decía una ranchera de entonces.
Allí, advierten los antropólogos, se empiezan a ver los primeros avances en la manipulación de objetos y sujetos.

Tuvo que llegar el homo habilis, para sacar partido al dedo meñique. Con él conseguía un grado de higiene impensable, podía sacarse las garrapatas del culo y ser adorable. Eso provocó desequilibrios emocionales, roturas de huesos, cordeles, alianzas, y que volvieran otra vez las tiranteces del que-te-den. Pero estaba en camino el cambio más drástico, el mejor. La genética tenía preparado su golpe maestro.
El homo lamazo (pariente lejano del homo lamil) miró sus manos, miró a su alrededor y comprendió (sin necesidad de la música de Strauss) que la existencia era guay.

Las primeras personas que sacaron partido del pulgar prensil fueron las madres. Le ponían un poco de saliva y podían limpiar la cara de su cría, frotando. Las madres y la evolución, el binomio que nunca falla.

El homo lamazo (a veces homo erectus, otras veces sapiens, ambas cosas a la vez difícil por causa del reparto sanguíneo) empezó chupándose el dedo y terminó rozándose el labio de forma sensual como el chico Martini, agarró un palo, agarró el mango de la sartén, agarró el mando de la wii, el mando a distancia, se hizo los porros gracias a su pulgar oponible, encendió el mechero por lo mismo, con uno cambiaba las marchas de la bici, con el otro marcaba el ritmo en el contrabajo del universo, escribía una nota en el móvil con el principio de un estudio científico que publicaría en el blog, rozaba con suavidad su iPod, lanzaba una canica o se demoraba en la presión mientras daba un masaje en la espalda. También era guay dar le a la ba rra es pa cia do ra de for ma com pul si va.

Somos parientes de ese simio que desplegó sus pulgares como alas.
Todos.
Sí, vale, algunos más que otros.
.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Un post realmente increíble. Te felicito. He de comentar que realmente es uno de los dedos más importantes de todos los del mundo, habiendo tantos como hay.
Los dos pulgares que ocupan mis dos manos están muy valorados, como ustedes sabrán, pues asisto partos y sin pulgares con los que realizar mi trabajo no podría asir a los recién llegados a este injusto mundo y terminarían llegando al suelo las criaturas, lo cual, creo, detendría la evolución del ser humano. Aunque no estaría mal del todo ya que entonces sólo los más resistentes perdurarían...

HombreRevenido dijo...

Señor Ep, el dedo más importante del mundo siempre es el propio, claro. Salvo en ocasiones íntimas, pero eso lo comentamos otro día.

Razón no le falta, amable caballero, en lo de los partos. Como usted sabrá, porque se da en segundo de comadrón, en la antigüedad, los monos se disponían en equipos de tres, uno recepcionaba, otro colocaba y al final el tercero es el que agarraba al niño. De allí nació el voleibol, que es un juego de la época en que no había pulgares oponibles. Y así le va.

Carburo dijo...

Tu tienes mucho tiempo libre ¿no?... porque ...que bueno y currado el post..

Chic dijo...

¿El pulgar es el dedo gordo no?... a ver si vamos a estar toda la semana hablando de pulgares y resulta que no es el dedo que yo me pienso, y me frustro como cuando confundo la derecha con la izquierda.

Felicidades por el post. Es bonito esto de ser simios.

HombreRevenido dijo...

El tiempo libre es mi punto débil, Carburo. Vivo en una contrarreloj constante, pero bueno, la literatura científica se escribe sola.

Chic, yo espero que cuando dices dedo gordo te estés refiriendo al pulgar. Que también me frustraría estar hablando de cosas distintas.

Felicidades a ti, por lo ser un simio.

Anónimo dijo...

Te olvidas del homo que cuando se sienta delante de un volante se acerca a su antepasado simio hurgándose la nariz.

Aunque eso no es nada nada guay.

Baladre dijo...

¡Muy buena entrada! Me recuerda la ardua tarea que supuso estudiar el tema de la hominización. ¡Ojalá la pregunta del examen hubiera sido el matrimonithecus! De todas formas, el resto de simios pueden coger cosas con los pies, ahí queda eso...

¡Y enhorabuena por tu primera posición en la búsqueda googlesca de "pulgar prensil"!

Lupus dijo...

Guay.

Verdaderamente, extiendo mi prensil ante ti.

HombreRevenido dijo...

Anay, esa es una variante del homo habilis que se ha quedado en los cuartos de final de la evolución.
No es guay, pero es inevitable.

Varislav, sí, lo de los pies es cierto, pero no es plan de hurgar en la herida, todo el mundo sabe que el simio fue favorecido en el reparto evolutivo. Y los humanos son tan susceptibles...

La hominización fue un tema complicado, pero se exagera mucho. Seguro que el examen lo pusieron a pillar.

Lupus, espero que el pulgar prensil hacia arriba y no hacia abajo. Que los leones del circo ya han desayunado.

Jasco dijo...

¡Qué buena entrada!

Un poco al margen: me ha dado por pensar en cómo, yo creo, el gesto "guay" a superado al ya casi extinguido "Ok", que se hacía formando una "o" con el pulgar y el índice, y manteniendo el resto levantados. Tuvo su momento, pero parece que ya ha quedado medio olvidado, engullido por el "Guay". Sugiero este posible tema socio-histórico-político para una futura entrad... clase quería decir^^

¡Saludos!

RJ

Wilwarin dijo...

Un post muy bueno... nunca pensé que semejante tema diera tanto de si en el mundo de los monos...

HombreRevenido dijo...

RJ, al gesto OK le hizo mucho daño la marca aquella de batidos de chocolate y vainilla. Obsérvese que fue declinar el batido de vainilla y acabar la moda del gesto Ok.

Pero habría que profundizar, sin duda. Espero que alguien lo haga.
Saludos.

Wilwarin, podría hacer un lustro temático, con este o con cualquier tema. Tenemos tanto por aprender...

Lupus dijo...

Me ha recordado a esta entrada, ya lo siento:
http://bigeyedeer.files.wordpress.com/2007/07/thumb.jpg
Un abrazo,