domingo, octubre 24, 2010

Honor y Adrenalina

Vaya día.

Victoria tras victoria. Y no sólo me refiero al mono con carné.

Por la mañana coronando Gratal, en un alarde montañero de primer nivel. Dicen que tiene 1.567 metros de altura. Pero yo, in situ, altímetro en mano, he comprobado que es algo más: unos 15.000.

De todos modos, si nos atenemos a las cifras oficiales (aunque la orografía es muy cambiante), es casi un 18% del Everest. Deduzco entonces que en 6 días se sube y se baja el Everest fácil.

Yo llevaba una camiseta con un lema: "honor y adrenalina". No soy nadie automotivándome.


Después de comer, mi hazaña mañanera parecía insuperable. Pero no.
Raza Becaria concedía en su blog un suculento premio: dos pastelitos de la Pantera Rosa (chafados por ella misma).

Todo partía del Premio Nobel de literatura. Ella, que es joven e impresionable, pensaba que a Vargas Llosa le habían dado de verdad 10 millones de coronas suecas. Si se ponía 1 corona por día tardaría más de 27.000 años en usarlas todas.
Ese fue el concurso, saber qué podría hacerse con las coronas sobrantes. Ingenioso ¿verdad?. Yo empalidecí de envidia. Por qué, Dios santo, no se me había ocurrido la idea a mí (¡¡Por queeeeeeeeeeeé!!).

Mi propuesta fue la siguiente: coger todas las coronas, fundirlas y fabricar una única corona gigante para luego ponérsela al Big Ben. Algo fino y con estilo.

Pues he ganado. ¡Toma toma y toma!
Creo que me dan los premios por verme feliz.


Espero que hayáis sacado dos conclusiones de este post lamentable de autobombo:
1) Que soy un montañero consumado
2) Que el blog de Raza Becaria es muy bueno y hay que leerlo más

Una de las dos teorías es falsa.
Confío en vuestro criterio.

Umm...

Bueno, no confío, la verdadera es la 2ª.
.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena su entrada, tu comentario a la altura. Ahora bien, esta entrada los supera. Si supieras lo que daría yo por un pastelito pantera rosa (o, en su defecto, un tigretón, bucanero o phoskito...) en estas tierras lejanas...

Eso si, el bollicao siempre fue un engañabobos. Mal pan con mal chocolate no era la forma de honrrar la merienda típica española de los cincuenta y sesenta...

El guardian del Faro dijo...

Había acertado. Ya he leído el blog que citas merecidamente.
En cuanto a tí...me siento muy orgullosa, ya es hora de que aproveches el tiempo en cosas útiles, como ganar premios. ;DD

Y tiene razón Expatriado, nada como una barra de chocolate Lingotín en tu bocata, fundida lentamente al calor de los radiadores que calentaban las aulas del cole. Eso sí era una merienda.
Besos.

HombreRevenido dijo...

Expatriado, no me podía haber imaginado que al otro lado del mundo no hubiera pastelitos de estos.
Mucha tecnología y luego fallan en lo básico.

Bollicao = fraude. Sólo publicidad.

Guardián del Faro, premios comestibles, nada más y nada menos.
Ganándome el pan.

Bocadillos de pan con chocolate. Hay que reivindicarlos ya.