miércoles, junio 22, 2011

Selectividad

Quemar después de estudiar

No sé si os he contado que yo una vez, en Carnaval, me disfracé de selectividad. Fue difícil de explicar, demasiado conceptual, demasiado arriesgado, pero yo era así, tontuelo.
Llevaban medio año dando la brasa con el dichoso examen y, sinceramente, para mí empezaba a ser una especie de parodia. Por eso el disfraz. Por eso las risas (pocas).

La selectividad era ese examen de todas las materias que empezaba por el comentario de texto y acababa deslavazadamente, cada uno por su lado con un examen de su especialidad, a una hora diferente, sálvese quien pueda... Lo ordenado que llegaba todo el mundo, en hordas nerviosas mentalizadas para la batalla, y lo desperdigados que volvíamos para casa, estandarte partido, yelmo del revés, armadura de papel de aluminio...
Se preveía una juerga descomunal tras finalizarla (el mejor verano de nuestra vida, ya lo veréis, tíassss) y fue una noche más, como casi siempre ocurre cuando uno tiene demasiadas expectativas.

Yo en la selectividad no necesitaba ninguna nota especial. Sabía lo que iba a estudiar y sabía que sólo una debacle absoluta me dejaría fuera. Me lo tomé con calma. En filosofía siempre caía uno de los clásicos (era una evidencia estadística innegable, un 100%), así que me preparé a conciencia Sócrates, Platón y Aristóteles, griegos acentuados, luminarias de la sabiduría antigua. Al final pusieron a Locke y a Marx, y yo me pasé todo el examen comparándoles con los clásicos, como hace mi abuelo con todo.
Y no sé, la selectividad iba a ser una cosa tan tan especial... que luego decepciona un poco. A posteriori, cuando veías cómo corregían los exámenes, te entraba algo de canguelo, pero ya estabas de vacaciones y todo te pasaba por debajo.

Tal vez no la recuerdo como algo épico porque estábamos curtidos por la vida. A nosotros, si no recuerdo mal, nos azotaban, nos daban 20 latigazos por cada falta de ortografía. Ahora los chavales lo tienen más fácil, les hacen el examen tipo test y les dan las opciones del 50%, el comodín de la llamada y el del público. Incluso ahora, en bachiller, si no te sabes una pregunta puedes contestar: "La responderá mi padre" y entonces en la revisión va tu padre, que se ha preparado previamente el tema, y lo explica con un powerpoint. ¿A dónde vamos a llegar con esta dejadez? Os lo explico yo, a que dentro de poco nadie sabrá ni cómo se pela un plátano (fruta) y vendréis en masa a matricularos en la Academia, vendréis a obtener vuestro título en la universidad de la vida, y yo me haré rico. Eso es lo que va a pasar. Reactivación económica. Selectividad natural, como dijo Darwin.

Al hilo de las diferencias entre la feroz selectividad de antes y la selectividad de malvavisco y margarina actual se pronunciaron varios parroquianos de twitter el otro día, con bastante acierto.
Con el hashtag #selectividaddeantes, le contaron a los más jóvenes, cómo era la cosa:

La #selectividaddeantes era tan dura que cuando ibas a empezar el examen te decian: "Y recordad, SÓLO PUEDE QUEDAR UNO"
(@tanbanal)

La #selectividaddeantes era tan dura que fue el único momento de su vida en el que Chuck Norris lo pasó mal
(@JuanmaMarchal)

La #selectividaddeantes era tan difícil que te daban una hoja en blanco. Tenías que adivinar las preguntas del sobre cerrado y contestarlas
(@aEntrari)

La #selectividaddeantes era tan dura que el examen de griego constaba de dos partes. La teórica y... la práctica.
(@Me_Llamo_Carlos)

En la #selectividaddeantes uno se tenía que hacer su propio papel, y destilar su propia tinta. Y todo ello en el tiempo del examen.
(@aEntrari)

Y no hay selectividades como la #selectividaddeantes , ahora todo es pladur.
(@amar_nta)

La #selectividaddeantes era tan dura, que un problema del exámen de física, tuve que resolverlo a hostias
(@08181)

Mi selectividad fue tan dura que el examen de flauta dulce se me hizo amarga... #selectividaddeantes
(@Pasilvaglez)

#SelectividadDeAntes Mi selectividad fue tan dura que para accedr a ella me hicieron una entrevista de selección.
(@manudelgado)

Mi selectividad fue tan dura que en vez de chuletas había que hacerse entrecots #selectividaddeantes
(@pedagoliver)

Mi selectividad fue tan dura que para el examen de lengua necesité la calculadora #selectividaddeantes
(@enrimuca)

Y luego, claro, la eterna duda:
¿Alguien puede decirme en que momento la #selectividaddeantes pasó a ser la #selectividaddeahora?
(@fdetweeter)

Como algunos periodistas de hoy en día, que en lugar de investigar las noticias en el mundo real las buscan en twitter, yo me postulo a hacer lo mismo en el blog.

Y ahora...
Venga, se ha acabado el tiempo, dejad de escribir y traedme los exámenes a mi mesa.
No lo voy a repetir.
.

12 comentarios:

sucuri dijo...

Joer, yo me acuerdo de tu disfraz de Selectividad...

Muy acertada tu visión de la selectividad (que sólo era "chunga" si tenías que mantener una nota), e incluso de esa noche. Me ha recordado un monólogo que decía "las mejores noches son las que no se planifican. Pues eso es porque te planificas MAL".

El niño desgraciaíto dijo...

Yo recuerdo que en el examen de filosofía yo estaba sentado al final del aula. Nosotros no habíamos pasado de Nietzsche que, además, no lo habíamos terminado de dar en clase.

Empecé a oir comentarios que decían "Marx!", "Nietzsche!" y yo pensaba "ya la hemos cagao!"

Finalmente no era Marx sino Santo Tomás y pude defenderme.

HombreRevenido dijo...

Sucuri, esa memoria tuya me costará la ruina.
La selectividad fue para mí un paseo. Y escarmentados de la juergo post-selectividad, todos tuvimos un verano por delante para resarcirnos.

Niño desgraciaíto, qué grandes esos rumores que recorrían las clases durante los exámenes. Podía darte un vuelco al corazón sin motivo.

Hemithecomix dijo...

Yo lo único que recuerdo de la selectividad fueron las noches en vela y los cafés con leche a cubos de mi novia de entonces y los infructuosos intentos por ayudarla con lo que yo (por ser 6 años mayor que ella) sabia que era lo que necesitaba, masajes, baños relajantes, sexo, alcohol, música discotequera de lo mejorcito de los 90, pero nada conseguía despegarla de los libros. Ahora con la perspectiva que da la experiencia y los años pasados se que fue por mi parte un error, error por no darle pitillos de María que es lo que seguro hubiese funcionado.

HombreRevenido dijo...

Hemithecomix, no hay duda de que tus remedios contra la tensión hubieran funcionado. Incluso le hubieran dado mucha más notoriedad a ese maldito examen del que pocas cosas positivas pueden recordarse.

En la Academia lo recomendaremos desde ya: masajes, baños relajantes, sexo, alcohol, marihuana y música antes de los exámenes.
Después el resultado del examen en comparación con el rato que has pasado ya es lo de menos.

ojal-a dijo...

Yo este examen no sé si lo voy a pasar...

Charlton Heston dijo...

Locke y Marx, exactamente. Yo elegí Locke. Dos días y medio (yo hice ciencias puras y acabamos el último día a la hora de comer, a las 5 ya estaba en el Rancho) de lucha en la antigua residencia de niños (posterior Conservatorio de Música, escuela de empresariales...).
Como anécdota recuerdo también que el día que nos dieron las notas del examen coincidió con el partido España-Alemania del Mundial (el del goikogol) y muchos, casi todos los del Seminario, fuimos corriendo con el sobre abierto al Quijote a animar (ese día, 1-1 no se nos dio mal, fue peor contra Italia en Niza, ¿te acuerdas?).

Un abrazo, Dr. Zaius.

HombreRevenido dijo...

Ojal-a, si aquí aprueba hasta el último mono.
Con tal de que no se te olvide la donación a la Fundación Salva a un Chimpancé (que curiosamente soy yo), todo irá bien.

Charlton Heston, me acuerdo de todo. Como si hubiera sido esta mañana.

Yo que venía por el carril de las letras mixtas acabé con historia del arte a media tarde. Pan comido.

Recuerdo el día de las notas. Recuerdo el España-Alemania. Recuerdo el Italia-Nigeria que desató la locura en Roma y que, por prudencia, aconsejó que hiciéramos noche en Niza el día del Italia-España.
Qué tiempos.

el Sr. Skywalker dijo...

Lo que más recuerdo de la Selectividad fue el verano posterior. ¡Qué verano más bueno!
Y luego, las noches en vela a base de Catovit y café con hielo. Ese cuerpo que te lo aguantaba todo.
¡Ay, Señor, llévame pronto!

HombreRevenido dijo...

Sr. Skywalker, me dicen a mí ahora que tengo que quedarme una noche en vela estudiando y mato a alguien. Es verdad que los cuerpos ya no se amoldan a todo como antes y es una pena. Pero menos mal que las mentes tampoco se amoldan, y eso es una buena noticia.

Yo recuerdo ese verano como un gran descanso. Aunque disfruto más ahora las pequeñas escapadillas.

Anónimo dijo...

Buen post! me ha traído muchos recuerdos :)

Lo peor de la Selectividad fueron los días previos, la tensión acumulada, los nervios... nos enfrentábamos a nuestra primera gran prueba de fuego en la vida académica!
Después no fue para tanto y luego vinieron otros muchísimo peores, pero aquel hito marcó un antes y un después en nuestras vidas....
...ainss y pensar en lo que se ha convertido ahora...

HombreRevenido dijo...

Aliena, yo recuerdo el subidón de aquellos tres días, pero poco más. Ni una gran presión previa ni un gran alivio posterior.

Si soy sincero, lo que más me preocupaba en aquella fecha era el mundial de fútbol que estaba a punto de comenzar.