domingo, abril 04, 2010

La mascota sin cuello

Venga, hablemos de una vez de Naranjito. Que lo estáis deseando.


En este santo país los monos de mi generación hemos medido siempre las superficies usando campos de fútbol, ejemplo: le detuvieron porque tenía una plantación de marihuana que era del tamaño de 3 campos de fútbol.
Y en este diabólico país mi generación siempre ha medido la edad de las personas en función de un parámetro: ¿conoció o no conoció a Naranjito?.
Imagino que lo primero se seguirá haciendo y lo segundo habrá sido sustituido por otro acontecimiento de los 90 (tampoco cultural, seguramente).

El mundial 82 fue impactante, fue en España y nos cogió de improviso. Lo recordamos con nostalgia de la buena, pero merece la pena recordar que Naranjito creó una polémica de la hostia.

Escribía Juan Benet en El País: Es preciso suprimirlo ya. Ya. Suprimirlo, aniquilarlo, enterrarlo, olvidarlo como un mal sueño. Que no se reproduzca más, que no se publique, que no llegue a la retina de los españoles, que no asome a la calle ni alcance sus hogares. Ha sido un mal paso, que puede tener consecuencias funestas, pero que todavía se puede enmendar. Espero fervientemente que el país no dejará crecer ese monstruo, insultante resumen de sus más sobresalientes defectos: la ramplonería, la voracidad, el homúnculo vegetal, la repugnante sonrisa, el satánico desprecio al ridículo. Por favor, que no se entere el mundo que hemos engendrado eso.

Contaba Paco Umbral en La Vanguardia: A mí me gusta el Naranjito porque responde bien al horterismo nacional, al mal gusto de la calle, a las aberraciones publicitarias que más venden y a la estética niñoide de la tele (...). Somos así y al fin lo hemos sabido por Naranjito.

Estadísticamente, cada uno de los dos escribió media buena novela ("Mortal y rosa").
Estadísticamente, representan la reacción mayoritaria de la intelectualidad ante la elección (que se hizo pública en mayo del 79, en época de crisis económica galopante).
El pueblo se dividió. O se era crítico o se era cítrico.

Cuando llegó el año 1982 no advertí ningún desacuerdo. Y lo hubiera notado, porque yo era talibán de la mascota. Resulta que a alguien se le ocurrió hacer una serie de dibujos animados con Naranjito y sus amigos viajando, jugando al fútbol y recuperando imágenes de los mundiales de fútbol pasados. Tenía 6 años y estaba maravillado. Mezclar dibujos animados, viajes y fútbol... aquello era maravilloso, sublime, ¿a quién había que chupársela?.
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9 comentarios:

Ra dijo...

Ah, no, no... menudo Condéname Deluxe iban a hacer esos dos. Qué gentuza.

Vamos, yo tenía un año, pero recuerdo de cada limpieza general, año tras año tras año, una camisola de playa de mi madre con Naranjito en la manga, la cual cuando crecí osé llevar orgullosamente (conato de retro style) hasta que ella me la presentó hecha paños de cocina.


"Cuando llegó el año 1982 no advertí ningún desacuerdo. Y lo hubiera notado, porque yo era talibán de la mascota. Resulta que a alguien se le ocurrió hacer una serie de dibujos animados con Naranjito y sus amigos viajando, jugando al fútbol y recuperando imágenes de los mundiales de fútbol pasados. Tenía 6 años y estaba maravillado. Mezclar dibujos animados, viajes y fútbol... aquello era maravilloso, sublime, ¿a quién había que chupársela?".

Me he dado el gustazo de copiar ese colofón sublime suyo, Reve.

Unknown dijo...

¿Y lo fácil de dibujar que era para los niños de siete años (los míos en el 82)? Pues no dibujé yo naranjitos ni nada...

¿Y la de televisiones en color que se vendieron ese año? ¡Hasta el apagón analógico no había habido nada igual!

Visto desde ahora, me gusta más el Cobi, mira...

HombreRevenido dijo...

Sin duda, Ra, la moda retro ha tenido en Naranjito un símbolo. Lo grandioso es que esa rebeldía empezó ya en 1983.

Gracias por lo de sublime colofón. Hacía tanto que no me decían una cosa así...

Expatriado, eso es realmente importante. Para un niño, poder dibujar la mascota con gusto es el 50% del valor de la misma. En eso, tanto Cobi como Naranjito fueron perfectos.

Espartaco dijo...

Aquellos fueron buenos tiempos porque hace muchos años de Naranjito y ¡éramos tan jóvenes!

Lo cierto es que la mezcla de imágenes reales con dibujos fue fantástico.

HombreRevenido dijo...

Éramos jóvenes e ingenuos, Espartaco.
Son momentos de mucha nostalgia que no nos convienen.

Nana dijo...

Es la cuarta vez que vuelvo a esta entrada, y sigo sin saber muy bien qué comentar. Nací un año después del advenimiento de Naranjito, pero sospecho que he sufrido las consecuencias de su existencia igualmente.

Naranjito me da miedo. Sé que esconde algo tras esa sonrisa untuosa.

P.S verificación de la palabra: torti [¿es que acaso tengo pinta? Alucino pepinillos, oiga]

HombreRevenido dijo...

Nana Nicotina, ¿y quién no esconde algo tras su sonrisa? Hasta los cítricos tienen secretos.

Las palabras de verificación son tronchantes. El otro día, en otro blog, me salió: "copon". Muy apropiado.

Anónimo dijo...

¿COBI? Eso si que era un engendro...

HombreRevenido dijo...

Diego, echando la vista (y comparando con sus sucesores) Cobi es la capilla sixtina de las mascotas olímpicas.
Desde mi humilde punto de vista, claro.